"…Porque muchas son las luchas que hemos protagonizado en procura de una vida digna en el marco de un sistema cuya esencia consiste en sacrificar al ser humano en el altar de la ganancia…"
Muchas son las fechas conmemorativas que los trabajadores tenemos presentes. Porque muchas son las luchas que hemos protagonizado en procura de una vida digna en el marco de un sistema cuya esencia consiste en sacrificar al ser humano en el altar de la ganancia.
La explotación de los trabajadores, acrecentada incluso por medio de descubrimientos que debieran servir para aliviar su carga, ha llegado a niveles tan grandes como las superganancias que generan los enormes pulpos transnacionales. Es que la superexplotación es un objetivo básico, razón de ser del sistema capitalista.
A la resistencia opuesta por los trabajadores, los capitalistas han respondido siempre con la represión más brutal, la promesa ilusoria o el simple engaño.
Por ello la memoria recoge tantas fechas que indican avances obreros u ofensivas burguesas, porque permanentemente, a veces con las mayúsculas de los grandes acontecimientos, a veces con las minúsculas de contar nuestro cotidiano enfrentamieno con los patrones, siempre está y estará presente la lucha de la clase obrera por sus derechos dentro de este sistema y por los que deben ser derechos.
La decisión del Congreso Obrero de París realizado en 1889, distinguió entre tantas memorables fechas, la del 1′ de Mayo como el día mundial para que …los trabajadores emplacen a los poderes públicos ante la obligación de reducir legalmente a ocho horas la jornada de trabajo y de aplicar las demás resoluciones del Congreso…y este emplazamiento mundial a los Estados Burgueses, llevaba consigo el homenaje a los Mártires de Chicago.
Pero es necesario recuperar la parte casi oculta de aquellas Resoluciones Mundiales, relegada hasta por los más eufóricamente internacionalistas, disimulada detrás de un pliego de reclamos puramente reivindicativos, económicos, que hacen simplemente al precio y condiciones de compra-venta de la fuerza de trabajo. El Congreso, en absoluta concomitancia con el reclamo vital y primero, señala que “…la emancipación del trabajo y de la Humanidad no puede salir más que de la acción del proletariado organizado en partido de clase apoderándose del poder político…” .
En esa emancipación del trabajo que es la emancipación de la Humanidad misma, esta la médula del pronunciamiento proletario: porque ese partido de clase apoderándose del poder político es el que encabezará la revolución social necesaria a los intereses históricos de nuestra clase, que requieren para su realización, esencialmente, la destrucción del Estado Burgués, la instauración del Socialismo y la construcción de la sociedad sin explotados ni explotadores.
En una palabra, cuando convocamos a un 1′ de Mayo Obrero y Socialista, no lo hacemos forzando ninguna interpretación de lo que originariamente fue concebido. Todo lo contrario: lo hacemos expresando cabalmente el objetivo de aquellas luchas del proletariado para que las presentes tengan el contenido de fraternidad internacional.
Hoy mismo la crisis, con sus rasgos más lacerantes tira por el piso la peregrina idea de que el capitalismo es capaz de resolver los problemas de la Humanidad. Y en su andar de catástrofe tras catástrofe, pisotea a los trabajadores y a todos los oprimidos del mundo dejando tras de sí un sendero de huellas de miseria, desamparo social, postración moral, muerte e indignidad. No es este el sendero que fatalmente tenemos que transitar. Es precisamente esta constancia que intentan borrar con algunas concesiones económicas cuando llegan los cada vez más pálidos y cortos períodos de bonanza. Es ese carácter esclavizador y hambreador del sistema (que pretenden ocultar con planes de asistencialismo social) el que los trabajadores debemos tener en cuenta frente a cada discurso de austeridad y salvación.
En nuestro país no podemos ignorar que hay millones de integrantes de familias proletarias que viven en la más absoluta indigencia y millones que sacrifican sus vidas nada más que para subsistir, o, lo que es lo mismo, sin el más mínimo atisbo de cumplimiento de los sueños que cada mujer, cada hombre, porta al nacer por el sólo hecho de ser parte de la Humanidad.
Dicen que estamos libres de la crisis mundial del sistema. Nos dicen que estamos libres de los temibles ajustes como los que vemos asolar a los trabajadores europeos o estodounidenses. Nos dicen que por su modelo de crecimiento con inclusión nos salvamos de padecer como el resto del mundo.
Sin embargo la simple carestía de la vida, que arrasa con los enclenques aumentos cuyo techo puso el Gobierno, indica para quienes saben hacer cuentas que estamos mucho peor que el año pasado y que el año pasado, peor que el anterior. No existe un rumbo de mejoramiento de la situación de la clase obrera y ya asoma, especialmente con la entrada en recesión de la industria en Argentina, la escalada de desocupación en el horizonte cercano.
Si ante esto los partidos patronales y especialmente el que es Gobierno nos recomienda no extorsionar con los paros, no bajar de la vereda para protestar porque es un pecado marchar la calle, un choque de mayor profundidad será inevitable ante el previsible agravamiento de las condiciones de vida de los trabajadores.
Y ellos se preparan para los mismos. No tendría ninguna lógica una ley ultrarrepresiva como la Ley Antiterrorista si lo que viniera es el Paraíso Terrenal…A quién se le ocurriría armarse hasta los dientes y extenderse una autorización para encarcelar, perseguir, matar, si la perspectiva es la felicidad de todo el pueblo y la ausencia de lucha. Por supuesto que a nadie. Y si bien la escritura de la Ley está dictada palabra por palabra por el imperialismo, quienes acá se arrodillan ante ese dictado saben que es para su actuación doméstica a placer cada vez que les sea conveniente.
Por esto lo que destacamos de entrada en esta declaración es de suma importancia. En el Día Internacional de los Trabajadores, miramos que en cada reclamo estamos al inicio de la lucha y que como escribiera Federico Engels, muchas manifestaciones tienen un objetivo inmediato, como fue el reclamo aún no satisfecho de la jornada de ocho horas. Pero tal como el mismo Engels, autor con Marx del Manifiesto del Partido Comunista, lo respaldara, debemos elevarnos por sobre el objetivo inmediato y repetir, enseñar, insistir, valorar concientemente lo que el Congreso Obrero de Paris lanzó a nuestra consideración: “…la emancipación del trabajo y de la Humanidad no puede salir más que de la acción del proletariado organizado en partido de clase apoderándose del poder político…”.
Entonces, y sólo entonces, podremos decir con el Che: Porque esta gran humanidad ha dicho «¡Basta!» y ha echado a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera e irrenunciable independencia.»
¡Viva la Clase Obrera!
¡Vivan en nuestras luchas los ejemplares Mártires de Chicago!
1º de Mayo Obrero y Socialista.<
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PLENARIO OBRERO POPULAR