
Perú: Fallo sin precedentes cimenta justicia climática
Por Doris Balvín. Pressenza.com. Medio Ambiente
Esta semana un tribunal alemán de Hamm, falló en el caso que Saúl Luciano Lliuya seguía desde el año 2015 contra RWE, responsabilizando a los emisores de gases efecto invernadero por el riesgo al que se ven sometidos los afectados a causa de tales emisiones.
El agricultor peruano y guía de montaña demandó al gigante energético alemán RWE por el riesgo al que se ve expuesta su vivienda y tierras de cultivo en su ciudad natal Huaraz – Perú por efectos del cambio climático responsabilizándolo de los posibles daños a su vivienda y cultivos en proporción a sus emisiones globales de dióxido de carbono.
La sentencia
El caso sienta un importante precedente, aunque el tribunal no falló a favor de Saúl Luciano. Según el Tribunal no se habría demostrado con prueba suficiente que la vivienda y cultivos del demandante se pudieran ver afectados por el deshielo de los andes y el posible desborde de la laguna glacial Palcachocha ubicada aguas arriba de su pueblo.
Según El Comercio la Corte sustenta su sentencia en cuatro argumentos claves:
El código civil alemán da la razón al demandante respecto del principio de indemnización por daños climáticos, si estos se demostrarán.
Considera que, si se determina que hay un riesgo, “el emisor de CO2 puede estar obligado a tomar medidas” para evitar que éste se materialice.
La negativa a actuar, obligaría al emisor a pagar los costes “antes de que se materialice” el riesgo y el productor de energía y a “compensar en proporción a su cuota de emisiones”.
Desestima el argumento de RWE sobre la gran distancia entre el lugar de residencia del demandante y las centrales eléctricas. Reconoce así la existencia de responsabilidad jurídica global refiriendo que la distancia “no puede constituir un motivo suficiente para considerar infundado el recurso”.
Un caso de justicia climática
Se denomina justicia climática a la responsabilidad que tienen los grandes emisores a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la adaptación al cambio climático y al pago de las pérdidas y daños que ya están produciendo.
La decisión del Tribunal alemán de Hamm sin duda constituye un importante avance en el reconocimiento de que los afectados merecen ser compensados por las emisiones de las empresas del norte en el sur global y que la misma no solo debe corresponder a los gobiernos sino directamente a los emisores.
Este caso sin duda representa un punto de quiebre en la asunción de responsabilidades en tanto obligará a las empresas como RWE a producir cambios en su matriz energética para evitar futuras demandas ante las cortes.
Esta acción judicial se ha abierto paso gracias al esfuerzo de este pionero guía de montaña que tuvo el coraje de enfrentar a este gigante energético, así como a la colaboración de organizaciones no gubernamentales como Germanwatch quienes asesoraron durante 10 años ante los tribunales alemanes a Saúl Luciano Lliuya.
Christoph Bals, director de Políticas de Germanwatch dijo esta sentencia constituye “una presión sobre el modelo de negocio de los combustibles fósiles ha aumentado. El mercado financiero debe reevaluar los riesgos que representan las emisiones de gases de efecto invernadero de los mayores emisores.”
De igual manera Bals señaló que “para evitar una multitud de demandas individuales, los políticos deben exigir a los grandes emisores que paguen de forma vinculante y ordenada, basándose en el principio de que quien contamina paga, por los daños causados y por la protección contra los riesgos.”
Parar la violencia
Un sistema económico global que pone como centro el dinero, que privilegia el beneficio de unos cuantos en desmedro de las grandes mayorías que sufren las consecuencias, ejerce violencia contra los seres humanos y la naturaleza.
Acciones como la emprendida por Saul Luciano Lliuya cuestionan esta lógica perversa y violenta de unos pocos, contra quienes habitamos esta casa común y que nos vemos perjudicados por sus equivocadas decisiones.
La demanda contra RWE, así como aquellas que llaman a parar el ecocidio, entendido este como cualquier acto ilícito o arbitrario perpetrado a sabiendas de que existe una probabilidad sustancial de que cause daños graves que sean extensos o duraderos al medioambiente, obligarán sin duda a los grandes emisores de CO2 a reducirlas.
Para Saúl Luciano Lliuya con este fallo “las montañas han ganado” por su parte Roda Verheyen, lo considera un hito en la lucha contra el cambio climático pues abre la puerta para que otros fallos se basen en este importante precedente en tanto confirmó el principio: una empresa debe responder de las consecuencias de sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Pareciera que una nueva sensibilidad se va abriendo paso en este mundo respecto a la necesidad de cuidar nuestra casa la casa de todos ¡Gracias Saúl Luciano Lliuya!
Doris Balvín
Nota original en: PRESSENZA.COM