El aroma de shawarmas, patas de ternera asadas, chucrut, kepis, pizzas, paellas, cazuelas de mariscos y piadinas inunda la gran carpa que cada año se levanta en la Exposición Rural de Pergamino…
Formación durante un acto en la Exposición Rural de Pergamino |
Carpa de las colectividades |
El aroma de shawarmas, patas de ternera asadas, chucrut, kepis, pizzas, paellas, cazuelas de mariscos y piadinas inunda la gran carpa que cada año se levanta en la Exposición Rural de Pergamino. Es el sello propio de las comidas típicas de las colectividades que a fines del siglo XIX llegaron a estas tierras para laborear los campos y que hoy son representadas por las actuales generaciones.
Desde 1988, los descendientes de croatas, alemanes, españoles, catalanes, vascos, italianos, sirio libaneses, irlandeses y sanmarinenses forman la Comisión de las Colectividades de Pergamino, que está presente en cuanto acto cívico se celebre en el distrito, aportando su color y tradición.
«La historia comenzó hace veinte años por inquietud de la ingeniera Nelly Cansiglieri, del INTA Pergamino, que nos reunió a todos en la Estación Experimental, como un modo de dar testimonio de aquellos inmigrantes que habían trabajado la tierra en este lugar. A partir de esa experiencia, decidimos formar una comisión para poder actuar en conjunto», explicó Gustavo Schutz, nieto de alemanes y presidente de la Comisión de las Colectividades.
El grupo también está integrado por la Agrupación Tradicionalista El Fortín, porque se pensó que si se homenajeaba a la labranza de estos campos, no podía dejarse de lado a la institución que preserva las costumbres camperas de esta región. Así fue como se sumaron otros aromas a la carpa de las colectividades: los de las empanadas y los costillares al asador. «Se les ocurrió que una entidad que honra a la tierra que albergó a sus antepasados merecía ser invitada», explicó Martha Romero, representante de El Fortín y secretaria de la Comisión de Colectividades.
Reflejo del encuentro
Esta unión es una forma de reflejar el encuentro de todos aquellos pioneros que eligieron este suelo para empezar una nueva vida y que se entrelazaron bajo la influencia de las tareas rurales. Generalmente, aquellos hombres y mujeres eran recibidos en los grandes galpones de las estancias locales, hasta que poco a poco organizaban sus actividades. Algunos fueron peones, mientras que otros formaron sus propios tambos, huertas y chacras.
Más allá de los diferentes encuentros que celebra durante el año, el grupo se destaca por su presencia en la Exposición Rural local. «Se alquila una carpa y cada colectividad arma su stand. La gente se desespera por ir a comer los platos típicos, y muchas veces nos quedamos sin espacio», comentó Romero.
«La exposición cierra a las 21, pero nosotros seguimos con el servicio de gastronomía y los bailes tradicionales hasta la madrugada», agregó Schutz, cuyos antepasados llegaron en 1898, provenientes de Tilsit (por ese entonces ciudad de Prusia Oriental, parte del Imperio Alemán).
Así es como en cierto momento, la mixtura de sabores da paso a otra no menos cautivante: la de los bailes típicos. Sardanas (catalanes), mazurcas (sanmarinenses), colos (croatas), jigs (irlandeses), dabkes (sirio libaneses), polcas (alemanes), tarantelas (italianos), jotas (vascos) y gatos (El Fortín), inundan el aire pergaminense con melodías de reminiscencias nostálgicas.
Fuente: diario La Nación – Carlos Manzoni – Fotos: Rafael Calviño