Ojo por ojo: los sin sentidos de la fe
Una sed de venganza sin fin. Un cruce de miradas y odios organizados por una tradición demasiado infranqueable. Un hombre arriesgándolo todo por su pueblo. por Anabel Donnet.Calificación: * * * *
Una sed de venganza sin fin. Un cruce de miradas y odios organizados por una tradición demasiado infranqueable. Un hombre arriesgándolo todo por su pueblo. por Anabel Donnet.
Calificación: * * * * Una sed de venganza sin fin. Un cruce de miradas y odios organizados por una tradición demasiado infranqueable. Un hombre arriesgándolo todo por su pueblo. Un héroe enloquecido por el horror que es capaz de gestar el ser humano.
Por Anabel Donnet especial para Rosarinos.com
Avner (Eric Bana, con una notable actuación) está a punto de ser padre por primera vez. Lleva una vida normal. Tranquila. En donde las leyes de la tradición y la religión arraigan no solamente los pies sobre una tierra común, sino el corazón sobre una forma de razonar acerca del bien y del mal.
Avner es judío y pertenece al MOZAD (ejército preparado para “defender” al pueblo de Israel); y es uno de los tantos judíos que se escandalizó frente a los medios que transmitían en vivo el secuestro de 11 deportistas que estaban participando de los JUEGOS OLÍMPICOS de Alemania en 1972.
Era igual a todos hasta que la Primer Ministra, quien se justificara de estar ausente en el funeral de las víctimas porque su hermana había fallecido en el mismo momento, lo llama para encargarle una desmedida y secreta misión: exterminar a los 11 palestinos que habían llevado adelante tal atrocidad.
Son objetivos. Son blancos que deben ser bañados en rojo. Son seres que, para los judíos, no merecen vivir.
¿Qué pensaron los secuestradores? Que hacían lo correcto. Que no son asesinos sino que están actuando para que “el mundo entero sepa cómo nos han tratado como animales durante tanto tiempo; no nos importa morir, tendremos muchos hijos; no nos importa tardar 100 años: nosotros seremos poder”.
¿Qué pensó el pueblo palestino cuando vio por TV como “todos están muertos”? Que se hacía justicia y que era momento de festejar en familia.
¿Qué quiso el Estado Israel? La venganza. “Que en el diario se diga que matamos a un terrorista”. Para ello lo han contratado, junto a otros 4 ignorantes de todo tipo de maldad y belicosidad: uno vende muebles, el otro está ahí para “pensar”, otro arma juguetes. Los cinco fueron elegidos por sus superiores. La ley les exige obedecer, aún no sabiendo bien qué cosa.
Un ida y vuelta de matanzas y asesinatos sin fin. Todavía hoy seguimos mirando las noticias que dan cuenta de los números de muertos. Claro que, desde lejos, parece ser una guerra ridícula, sin sentido.
De allí que el genial Steven Spielberg nos metiera bien adentro del asunto. Con sus típicos efectos especiales (Jurasik Park; Día de la Independencia, entre otros) esta vez logra una realidad demasiado real. Lo de los Juegos Olímpicos fue cierto. Se vio por televisión, en vivo y en directo, por todo el mundo. Pero nadie se enteró del después.
Y su MUNICH hace hincapié, precisamente, en el desenlace filosófico y político que se produce cuando un atentado, en nombre de un Dios, se lleva más almas al más allá.
La brutalidad de las escenas, filmadas con perfectos travellings y acompañadas por la música adecuada (es sumamente plausible el primer asesinato en donde una orquesta ensaya, desafinando, música clásica; igual a ese encuentro desafinado entre los inexpertos próximos a transformarse en asesinos acompañado por un ritmo agitado y decidido por el impulso, o por el simple temor a decir “no”).
Una película fuerte pero digna de ser reflexionada en cuanto a que aquello que está ocurriendo es producto de la intolerancia más empecinada y caprichosa porque aquello que está sangrando puede llegar a sangrar aquí también. De hecho sangra en todos los continentes aunque no estalle ningún coche bomba frente a nuestra casa.
| | Munich Título original: Munich Género: Drama Dirección: Steven Spielberg Guión: Tony Kushner, Eric Roth Interpretes: Eric Bana, Daniel Craig, Geoffrey Rush, Mathieu Kassovitz, Hanns Zischler, Ciarán Hinds Fotografía: Janusz Kaminski Música: John Williams Montaje: Michael Kahn Origen: Estados Unidos (2005) Duración: 159 minutos Calificación: Apta para mayores de 13 años Sitio Web: www.munichmovie.com Horarios: Monumental: 13:00 16:00 19:00 22:00 Trasnoche: Viernes y Sábado 0:55 – Village: 13:00 16:00 19:00 22:00 Trasnoche: Viernes Sábado y Miércoles 1:00 – ShowCase: 12:35 15:50 19:00 22:10 Trasnoche: Viernes Sábado y Miércoles 1:25 |
