ARGENTINA AÑO VERDE
Y después de varias décadas, una pena menos para los argentinos: ahora obtener un Documento Nacional de Identidad —DNI— se ha convertido en un trámite de 30 minutos, previsible, altamente tecnificado y con resultado inmediato. En siete días le llega al interesado a la puerta de su domicilio. Una nueva fábrica de documentos se montó en el barrio de Parque de los Patricios de la Capital Federal, con mil empleados en dos turnos y con capacidad de producir 20 mil DNI por día.
De la confección artesanal —manuscritos, como se realizaban hasta ayer—, ahora el DNI se convirtió en una pieza totalmente digitalizada donde la huella digital la toma un scanner y ya no corre más la molesta mancha de tinta en el dedo pulgar que solía acompañar al ciudadano durante varias horas.
EN DOS PARTES:
Quizá lo más novedoso sea el desdoblamiento del DNI, que ahora cuenta con dos piezas: por un lado, la tradicional libreta —en un papel resistente, plastificado, y con media docena de marcas de seguridad que dificultan mucho su falsificación— y por el otro, un complemento similar a una cédula (equivalente a la que emite la Policía Federal) donde se repiten los datos principales, foto, nombre, y un código de barras que encierra todo el perfil del ciudadano en cuestión.
La libreta propiamente dicha tiene utilidad exclusiva sólo para el momento ir a votar, para todo lo demás, el ciudadano queda habilitado para manejarse con la Cédula DNI —acredita identidad en bancos, registro civil y de la propiedad, entre otros organismos—. La versátil y dura de romper tarjeta ofrece un uso mucho más amigable en las estrechas billeteras y porta documentos que suelen friccionar y sufrir todo tipo de aplastamiento en los bolsillos muchas veces ceñidos, húmedos, o arenosos de los ciudadanos argentinos.
La tecnificación del sistema llega después de una experiencia aciaga para la Argentina, el intento de privatización de los DNI a favor de la empresa Alemana Siemens, que a un costo de 1260 millones de dólares terminó en un escándalo mundial por coimas. Y que implicó el mayor golpe de su historia a la multinacional, que luego se vio obligada a asumir durísimas consecuencias económicas y comerciales en todo el planeta, como la caída de su CEO en Alemania, y desde ya, la caída del contrato con la Argentina.
Una década después, y tras dos años de preparación, el propio Estado argentino creó la fábrica, preparó el personal, creó el software —software libre, sin pago de licencias—, y puso en marcha la producción que ya está provocando un cambio radical en el histórico atraso de producción de DNI que dejaban, se calcula, al menos, a unos dos millones de argentinos sin documentos.
COSTOS
El costo total del emprendimiento nacional, según informó el propio ministro del Interior Florencio Randazzo a La Capital fue de 18,7 millones de dólares, una cifra ínfima respecto de los 1.260 millones que un momento de la década de los 90 la Argentina había decido pagar por el mismo servicio, aunque no por el mismo costo para el ciudadano.
El documento actual se tramita con 15 pesos —en el caso del primer documento—, o con 35, si se trata de una renovación, bastante menos de los 32 dólares que pagarían los argentinos si Siemens estuviera hoy haciendo los DNI.
El proceso de digitalización de todo el sistema de producción de DNI en el país ahora pasó a las distintas oficinas de los registros nacionales de las personas en todas las provincias argentinas. “Las provincias ya están en condiciones se incorporarse, y lo están haciendo. Depende en parte de que vayan resolviendo las obras civiles e instalen la tecnología”, comentó Randazzo, en una visita a la fábrica porteña.
Y LUEGO TODO ON LINE
El proyecto culminará en un par de años —se estima— cuando todos los registros del país, estén on line con la fábrica en Buenos Aires. “Entonces desaparecerá por completo el formulario, el papel”, explicó el ministro. Hasta tanto, y en la transición, las oficinas en el interior del país que aún no estén preparadas, continúan tomando los datos de los interesados en el tradicional formulario y luego lo envían a la fábrica de Buenos Aires donde se ingresan esos datos al sistema, y desde ese instante se inicia el trámite de producción digital.
A los 7 días de tardanza que implica sacar hoy el documento mediante oficinas on line con la fábrica, hay que sumar —en el caso de interior dónde toman los datos en papel— una semana más, que es el tiempo de envío a Buenos Aires y carga en el sistema.
En el caso de la ciudad de Rosario, se calcula que en los próximos 60 a 90 días ya estará funcionando la recepción de pedidos de DNIs vía electrónica, con lo cual un rosarino y porteño tendrán el DNI en la puerta de su casa —vía cartero— a los 7 de realizado el trámite.
La fábrica de documentos cuenta con unas 50 millones de fichas originales, ordenadas en un archivo inteligente que permite encontrar los datos de cualquier argentino en pocos minutos, lo que fue verificado por los periodistas.
FABRICAS MOVILES
Además de los centros de documentación rápida, el Ministerio del Interior dispone de 12 fábricas móviles. Son 12 vehículos que cuentan con el personal y la tecnología necesaria para receptar el pedido de los ciudadanos por la mañana. Las oficinas móviles se sitúan en distintas localidades, mayormente del Gran Buenos Aires en esta etapa, y a primera hora de la tarde se entregan los documentos ya confeccionados. Para los habitantes de los barrios menos favorecidos, es lo que se dice "Argentina año verde".
Fuente: La Capital / Nuevaregion.com
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