Nada por reclamar. Newell’s no tuvo poder ofensivo y tampoco solidez defensiva. Como consecuencia de esto, el resultado no podía ser otro que una derrota. El equipo de Ribeca tuvo una baja producción futbolística y el golpeado Quilmes resucitó con una victoria casi impensada después de los cuatro cachetazos seguidos que había sufrido en el torneo.
Newell`s volvió a sufrir en las pelotas aéreas, por donde vinieron los goles. |
Entender a este Newell’s es bastante complejo. Porque de protagonizar partidos emotivos y remontar resultados adversos pasa a jugar y perder otros de una manera desconcertante. Recordemos: le ganó a River en un choque increíble, cayó frente a Estudiantes cuando parecía que lo tenía dominado y rescató un empate con Racing remontando el resultado tres veces.
Pero este Quilmes, golpeado por los resultados adversos y con problemas económicos, con un juego sólido y ordenado le ganó con autoridad al último campeón. Claro, la clave estuvo en tratar de anular a Ortega y Belluschi, los encargados de generar el fútbol rojinegro, y proponer ataques rápidos.
Sin los conductores habituales y sin la posesión de la pelota, a Newell’s se le complicó la existencia. Encima, el cervecero aprovechó los pelotazos frontales hacia el área que enviaba con suma eficacia Leandro Benítez.
Otro achique. El rojinegro volvió a utilizarlo como lo hizo ante el Pincha en La Plata y lo pagó caro. La defensa jugó al fuera de juego, Osorio había quedado dudosamente solo (la TV mostró luego que estaba habilitado) y tocó hacia el medio para que Alayes empujara la pelota hacia el fondo del arco.
El achique utilizado puede tildarse de innecesario. Más aún cuando es una jugada que Newell’s no aplica a menudo y que cuando lo hizo no sacó ningún provecho. Todo lo contrario.
El cervecero propuso el juego lejos del arco de Pontiroli y jugó con la desesperación de la Lepra. Que no encontraba los huecos necesarios y, por ende, no lograba lastimar. Sólo un remate desde lejos de Belluschi sobresalió del primer tiempo. Encima, cuando todos se iban al descanso Benítez le dio otro duro golpe al ánimo leproso.
Ribeca mandó a Vella a la izquierda y a Belluschi por derecha para tratar de encontrarle una solución al partido. Quilmes lo esperó y apostó todas sus fichas a liquidar el pleito con el contragolpe. Newell’s era puro esfuerzo y empeño, pero se le hacía difícil superar la muralla cervecera. Esnaider y Borghello estuvieron cerca. Pero se quedaron con las ganas.
Las pocas chances que le quedaban a Newell’s por pelear arriba quedaron sepultadas bajo la espuma. El objetivo sólo será la Copa Sudamericana. En la tarde-noche de ayer dejó tres puntos valiosos. Y ahora no podrá darse más lujos de perder otros si quiere alcanzar esa meta.
Luis Castro
El extraño caso de Steinert
Se luxó el hombro, salió, volvió a entrar lesionado y debió retirarse de nuevo
Steinert no puede creer su mala suerte. |
Damián Steinert sufrió una luxación del hombro derecho que lo dejará fuera de competencia por aproximadamente un mes, según el diagnóstico que entregó el médico rojinegro, Ignacio Astore, antes de que la delegación partiera de regreso hacia Rosario. Y después de que se sucediera una situación, por lo menos, llamativa.
El delantero ingresó a los 64′ por Luciano Vella, cuando Ribeca lo mandó a la cancha con la intención de encontrar algún hueco en la férrea defensa del cervecero. Le puso velocidad a los ataques, hasta que Alayes lo cruzó fuerte abajo, voló y cayó pesadamente sobre su hombro derecho.
Rápidamente lo sacaron de la cancha y lo trasladaron hasta el vestuario. Steinert (hasta ahí había jugado sólo 9′) se tomaba la cabeza esperando lo peor. El médico lo acompañaba a su lado teniéndole el brazo para que no lo moviera. Newell’s se quedó con un hombre menos y, encima, ya había completado todos los cambios.
Pero sorpresivamente, cuando el Colorado Ré veía la roja y se tenía que ir a las duchas por una dura infracción sobre Caneo, Steinert apareció nuevamente en la cancha. Incluso, se mandó un pique, pero con el brazo casi pegado a su cuerpo y con gestos de dolor. Lo que motivó a que Angel Sánchez hiciera señas hacia el banco de que no iba más después de que permaneciera cinco minutos más en el terreno de juego. Y, con la comprobación de la lesión, la gran pregunta que circuló en el vestuario leproso es cómo se le permitió que siguiera jugando.
Por otra parte, una de las polémicas que se había generado giraba en torno al primer gol de Quilmes. Los jugadores de Newell’s reclamaron posición adelantada luego de que tiraran el achique. Osorio apareció solo, le cedió la pelota a Alayes (la TV muestra que está habilitado) y este convierte el primer tanto para su equipo.
La mayor duda se centró en la posición del delantero cervecero, pero en las repeticiones de la jugada que brindó la televisión mostró que entra de atrás luego de que Benítez ejecutara el tiro libre.
Ribeca: «Quiero seguir»
El técnico leproso igual admitió que «si tengo que dar un paso al costado lo haré»
Ribeca se molestó mucho con la prensa cuando salió a la luz el nombre del chileno Juvenal Olmos, ex DT de la selección de su país, como posible técnico rojinegro. Eso fue después de la derrota con Estudiantes cuando la campaña leprosa todavía era aceptable. Pero tras la caída de ayer debió abordar este rumor cuando fue consultado en primer lugar por los periodistas de TV que emitieron el partido. «Yo quiero seguir pero si tengo que dar un paso al costado lo haré».
A esa altura, antes de enfrentar al grueso de los medios, por TV se dijo no sólo que podría llegar Juvenal Olmos, sino que Ramón Díaz, desvinculado recientemente del fútbol de ascenso inglés, sería también candidato. Y una vez más reiteró que «quiero seguir» hasta el final del Clausura al menos.
Con 17 goles a favor y 16 en contra (en los últimos 6 partidos, Newell’s recibió 14 goles, 3 más que en todo el Apertura pasado), con 3 victorias, 3 derrotas y 6 empates, este momento rojinegro dista mucho de ser el que lo llevó al título. La campaña hoy por hoy pasó de aceptable a mediocre, y por eso aparecieron las dudas, más allá de que Ribeca le apuntó al árbitro.
«Cuando a ellos se les antoja una cosa, te vacunan y chau…», dijo en referencia a la jugada del primer gol, donde Ribeca vio un off side que no fue. Y también se quejó de la expulsión de Ré: «No puede ser, en la primer patada que pegó lo expulsan», disparó.
El técnico dijo que su equipo tuvo «una noche donde salió todo mal, y me voy preocupado por los lesionados», explicó. Y luego exageró: «Fue la peor noche de la vida, incluso debe ser el único caso que un jugador sale lesionado (por Steinert), vuelve y se vuelve a lesionar».
Como para graficar el supuesto maleficio de anoche en Quilmes, Ribeca recordó que «incluso jugando con nueve hombres, en el final generamos dos situaciones de gol, pero en una de ellas la pelota le pegó en el taco a uno y salió… Estaba escrito que teníamos que perder», profetizó.
Aguirre regresó en una noche sin festejo
Gastón Aguirre volvió a la primera leprosa después de 11 meses y 8 días, tras la fractura de tibia sufrida el 29 de mayo de 2004 en Córdoba, frente a Talleres. El defensor había vuelto al fútbol la semana anterior, cuando jugó entero el partido de reserva frente a Racing, y ante la suspensión de Spolli se apuró su retorno. Si bien se lo notó con una lógica falta de ritmo, el oriundo de Adrogué pudo completar los 90 minutos sin problemas lo cual ya significó todo un aliciente. Igual, al finalizar el partido, el defensor no quiso hacer hincapié en su vuelta sino en que «cometimos errores que vamos a tener que trabajar bien, porque nos cuestan muy caro».
Fuente: diario La Capital – Fotos: Marcelo Bustamante