Whisky, Romeo y Zulu es el nombre de la matrícula del Boeing 737 que se estrellara a escasos minutos de haberse elevado el 31 de Agosto de 1999. Fue hace apenas 6 años y ya parecía que los argentinos nos habíamos olvidado de esta tragedia hasta que Enrique Piñeyro re-invadió la escena pública con este drama que, seguramente, sigue siendo pan de cada día para muchas empresas de aerolíneas.
Calificación: * * * * 1/2 Whisky, Romeo y Zulu es el nombre de la matrícula del Boeing 737 que se estrellara a escasos minutos de haberse elevado el 31 de Agosto de 1999. Fue hace apenas 6 años y ya parecía que los argentinos nos habíamos olvidado de esta tragedia hasta que Enrique Piñeyro re-invadió la escena pública con este drama que, seguramente, sigue siendo pan de cada día para muchas empresas de aerolíneas.
Escribe Anabel Donnet para Rosarinos.com
La caja negra es la única testigo que queda en pie para confesarnos qué pasó exactamente. Voces ciegas. Un agujero negro cargado de palabras claves, de sentimientos, de miedo, de desesperación que dan cuenta de los múltiples intentos fallidos para evitar la fatalidad. Una oscuridad que deja huellas de una verdad instantánea e irreversible.
Así arranca esta película de Enrique Piñeyro. Él lo cuenta todo porque él lo vio todo en carne propia. Él era comandante de vuelos de la empresa LAPA y desde 1996 intentaba hacer tomar conciencia a directores y compañeros de la gravedad espeluznante que implica viajar en aviones con “pequeñas imperfecciones”.
Después un hombre compungido (acaba de escuchar el archivo de la caja negra) nos saluda.
Se dirige exactamente a la cámara, a nosotros espectadores. Nos dice “Buen día. ¿Está preparado?.” Y nos mete en su oficina. Es la oficina de un abogado que justamente está tratando de desmenuzar las bestialidades con la que esta empresa maneja sus tareas.
¿Está preparado señor espectador que tal vez viajó en el LAPA alguna vez? ¿Está preparado para ver la inoperancia de los que hacen el servicio técnico de esos enormes pájaros que viajan entre las nubes? ¿Está preparado para hacerse cómplice de la irresponsabilidad mediocre con la que habitualmente muchos argentinos se manejan? ¿Está preparado para sentir cómo golpea duro la injusticia cuando uno quiere decir la verdad?
De ser así, seguimos viaje.
El mismo Enrique Piñeyro es el personaje principal, por cierto demasiado soso e inexpresivo. Un comandante que se niega a pilotar cuando nota, por ejemplo, que el matafuegos está vacío o que la línea de horizonte está demasiado inclinada como para poder aterrizar como corresponde. Entre otros tantísimos defectos que en el manual figuran claramente como razones por las cuales debe suspenderse el vuelo.
Para el servicio técnico todo está perfecto, siempre. Para los directores también. Así que… si todos dicen lo contrario el que está equivocado es este comandante que, según el departamento médico-psiquiátrico de las Fuerzas Armadas Argentinas, parece que está un poco fóbico y por eso no se anima a volar.
En el medio de esta pesadilla, intercalándose sutilmente, aparecen los restos de muchas fantasías de aquel niño que soñaba con ser aviador (a pesar de que sus abuelos habían muerto en un accidente), y con tener a su lado la chica más hermosa del colegio: la noble dama (Mercedes Morán en un excelente trabajo actoral).
Entonces las imágenes son un deleite fresco para los ojos. Tomas aéreas de las bellezas naturales de nuestro país, de las nubes abriéndose paso para que la creación humana siga su curso celestial. Pero hay una, soberbia, en donde las luces de Río de Janeiro se mimetizan con las de la cabina del avión. Infinidad de puntos luminosos para mantener el control preciso de cada sistema que no debe interrumpirse por ningún motivo porque eso implicaría el corte del circuito que le da vida al aparato.
Piñeyro lo había advertido: uno de esos botoncitos de colores no estaba funcionando nada bien.
En 4 meses se presentaron 96 falsas alarmas. ¿Qué hace un piloto en ese caso? ¿Supone que esta es también falsa o será porque de verdad hay algún problema serio?
La situación esclavizante de muchos trabajadores argentinos provoca esto: el cerrar la boca con tal de no perder el sueldo de fin de mes. Pero esto trae cola, tarde o temprano el desbarajuste hace que sea la misma tecnología la encargada de decir “¡basta, en estas condiciones no trabajo más!”. Tal como lo hizo el Boeing 737 aquel 31 de Agosto de 1999.
Claro que la caradurez de los gerentes tuvo una respuesta mucho más sarcástica: para ellos la causante de este cataclismo fue “una bandada de pájaros”.
Una película-documental imperdible. Porque es argentina, porque habla de los argentinos y porque está muy bien filmada.
Whisky Romeo Zulu Título original: Whisky Romeo Zulu Género: Drama Dirección: Enrique Piñeyro Guión: Enrique Piñeyro Interpretes: Mercedes Morán, Enrique Piñeyro, Alejandro Awada, Adolfo Yanelli, Carlos Portaluppi, Martín Slipak, Sergio Boris Fotografía: Ramiro Civita Sonido: Marcos de Aguirre Montaje: Jacopo Quadri Origen: Argentina (2003) Duración: 105 minutos Calificación: Apta para todo público Web: http://www.aquafilms.com.ar/films_wrz.html Horarios: Complejo Monumental 13:40, 16:50 y 21:00 hs. |
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