En el día Viernes 2 Abril 2010, en un especial del programa de noticias de Canal 3 de nuestra ciudad, "De 12 a 14", llamado "Una gota de paz y esperanza", conducido por el periodista Julio Orselli y con la presencia del Padre Ignacio, su colega Juan Estrade y el médico Jorge Speranza, se vertieron opiniones tendientes a minimizar las denuncias de abusos sexuales protagonizadas por miembros de la Iglesia Católica, así como a oponerse a las Leyes Nacionales, en este caso la de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes, el Programa de Educación Sexual Integral, la Ratificación de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
Durante el programa, los sacerdotes homologaron expresiones de afecto naturales (como besos y abrazos) a los abusos que reiteradamente fueron y son denunciados en nuestro país y todo el mundo, quitándoles de esa manera la trascendecia y gravedad que implican. Esto lo hicieron explicando que dichas expresiones, que Orselli había dado como ejemplo en la relación con su propia nieta, "ahora pueden ser malinterpretados y denunciados". Por respeto a las víctimas deberían, al menos, pedir disculpas públicas.
También los sacerdotes, en este caso apoyados por el médico presente, se refirieron a la "inconveniencia" de educar y proveer a los/as adolescentes de métodos anticonceptivos, según la visión de la Iglesia de que se debe confiar en la abstinencia sexual, negando absolutamente la realidad cotidiana de la inmensa mayoría de los/as jóvenes. En este caso, el Speranza afirmó: "antes de darle preservativos, debemos asegurarnos que estén maduros, porque no los saben usar". Preguntamos: ¿quién sería la "autoridad" que determinaría la "madurez" de un/a adolescente, para resolver si corresponde entregarle un método anticonceptivo (como indica la ley), o no? ¿Qué hacemos con los y las adolescentes mientras dicha "autoridad" determina su "madurez"? ¿Confiaríamos en su abstinencia?
Asimismo, el Padre Ignacio demostró una vez más la posición retrógrada de la institución que representa, cuando pretendía hacer gala de su "respeto" hacia las mujeres, niños y niñas. Recordando un caso en el que se había negado a expulsar del colegio (como pedía un grupo de padres/madres) a un chico que había sido denunciado por abusar de una compañera, dijo que prefirió dialogar con el chico, "educarlo" en el respeto a sus compañeras. En el marco de ese diálogo, el sacerdote le explicó "cuando sea TU mujer, podés hacer con ella lo que quieras". Sería interesante que el cura se interiorice en la problemática de la violencia de género, que incluye una importante cantidad de situaciones de abuso sexual dentro de los hogares, los que en su mayoría no son denunciados. También sería interesante, en el marco de la conmemoración de nuestro Bicentenario, que recuerde que, desde que se abolió la esclavitud en nuestro país, allá por 1810, NADIE ES PROPIEDAD DE NADIE.
Repudiamos absolutamente estas expresiones, apelamos a la responsabilidad de los medios de comunicación a la hora de seguir reproduciendo posiciones que, además de atentar contra la posibilidad de tener un país con una mejor calidad de vida para todos y todas, simplemente van contra las Leyes que rigen nuestra convivencia como sociedad. Así como estos medios destinan gran cantidad de espacios a quienes cometen delitos contra la propiedad, bueno sería también que se dedicaran (al menos) a no instigar la comisión de delitos contra la vida y la dignidad de las personas. Sobre todo de quienes merecen nuestra mayor atención por su debilidad y la importancia que tienen por ser el futuro de nuestro país: los niños, niñas y adolescentes.
Movimiento
LIBRES DEL SUR
02/04/2010