Los psiquiatras alertan de que que el uso de ketamina sin supervisión médica puede ser peligroso.
Médicos que trabajan en ‘startups’ sanitarias de Estados Unidos prescriben ketamina por Internet para tratar problemas de salud mental, como la depresión severa. Esta situación preocupa a psiquiatras, ya que el uso sin supervisión médica de anestésicos que alteran la mente puede tener peligrosos efectos secundarios, informa The Wall Street Journal.
La ketamina es una droga disociativa con potencial alucinógeno (lo que la convirtió en una popular droga recreativa), aprobada en EE.UU. para su uso médico como anestésico. Sin embargo, el fármaco también se prescribe de forma extra-etiqueta, es decir, por fuera de los casos autorizados, para el tratamiento de afecciones mentales como la depresión o el trastorno de estrés postraumático. Aunque puede aliviar los síntomas de la depresión, hay pocos datos sobre los efectos del uso a largo plazo.
Un fármaco basado en la ketamina llamado ‘esketamina’ fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. para el tratamiento de enfermedades mentales. Se administra en forma de aerosol nasal y las clínicas que lo hacen deben mantener a los pacientes en observación durante dos horas después de la aplicación. Sin embargo, la ketamina genérica no está aprobada para estos fines y las personas que la toman lo hacen sin vigilancia.
Tomar un potente anestésico en casa sin control médico puede llevar a los pacientes a hacerse daño o a tomar una dosis mayor a la prescrita, advierten los médicos. Además, la ketamina puede ser adictiva y los pacientes podrían no recibir la ayuda que necesitan si experimentan una reacción adversa tras su consumo, agregan los expertos.
«La administración de cualquier fármaco de este tipo tiene el potencial de provocar una anestesia general en casa, en un entorno completamente no supervisado», afirmó el Dr. Michael Champeau, presidente de la Sociedad Americana de Anestesiólogos.
Ketamina recetada en línea
Actualmente, varias ‘startups’ como Mindbloom, Nue Life Health y Wondermed venden pastillas de ketamina genérica en línea. Estas empresas trabajan con médicos que pueden recetar el fármaco a pacientes basándose simplemente en un cuestionario y una evaluación virtual.
Por su parte, las compañías sostienen que la prescripción de esta medicación a domicilio puede ayudar a las personas que no responden a los medicamentos existentes o que no pueden costear el tratamiento. También señalan que se niegan a tratar a personas que tienen síntomas demasiado graves o que poseen antecedentes como trastornos por consumo de sustancias, psicosis o hipertensión no controlada.
Sin embargo, estas empresas pueden prescribir grandes dosis de ketamina, de unos 750 miligramos o incluso de 1.000. Tales cantidades aumentan el riesgo de padecer efectos secundarios graves, como convulsiones, hemorragias o derrames cerebrales poco frecuentes, afirma Ari Aal, un psiquiatra que prescribe ketamina en dosis más bajas en su clínica. «[1.000 miligramos] es una dosis demasiado elevada para tomarla en casa y probablemente en general», apuntó.
Epidemias de drogas
Según los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el uso de drogas antidepresivas entre los periodos de 2009-2010 y 2017-2018, aumentó del 10,6 % al 13,8 %, con «una tendencia significativa al alza» en mujeres. Su utilización se disparó aún más tras el inicio de la pandemia de covid-19, afirma la empresas sanitaria Express Scripts.
Mientras tanto, otro problema relacionado con las drogas, la epidemia de opioides, también se agrava en Estados Unidos. El aumento en la cantidad de muertes por sobredosis de todo tipo de drogas se ha convertido en una «crisis humanitaria» sin parangón en la historia de EE.UU. Alrededor del 60 % de estas muertes están relacionadas con los opioides sintéticos.
Entre 2007 y 2017 las muertes por sobredosis casi se duplicaron, indican los datos de CDC, y en 2021 superaron por primera vez las 100.000 decesos. Las consecuencias de estas crisis afectan también la economía del país, socavando su potencial productivo y costando billones de dolares al erario público estadounidense.
RT