Según una encuesta de la Universidad Nacional de Rosario, los rosarinos no ahorramos críticas, pero confiamos en que la ciudad mejorará y decimos que los habitantes de Rosario son los que la hacen única. Podría discutirse esta encuesta aduciendo que fue realizada sobre un número pequeño de personas, pero se supone que es representativo. ¿O no?. Lea los datos y vote en la encuesta … Según el análisis de la encuesta: los rosarinos están contentos con su ciudad y aseguran que tiene el tamaño «ideal». No piensan en mudarse a otro lugar del país ni del mundo. Y, aunque reconocen que en los últimos cinco años la imagen de Rosario empeoró, apuestan a que mejorará en el futuro y hasta creen que volverá a convertirse en un polo industrial y comercial. Así, a pesar de la crisis, de los apabullantes índices de desocupación y del incesante éxodo al extranjero, los rosarinos no ven con tan malos ojos a la ciudad y mantienen el optimismo.
Estas son sólo algunas de las respuestas que encontró la Universidad Nacional de Rosario (UNR) al poner en marcha el proyecto «5 de Agosto», una encuesta entre 400 personas que intentó desentramar el interrogante: «¿Cómo somos los rosarinos?».
«Ibamos en busca de la identidad de Rosario y nos encontramos con que la gente asegura que es una ciudad con un perfil fuerte y marcado. Aunque claro que como toda identidad, tiene sus paradojas», aseguró a La Capital Lucio Guberman, docente de la Facultad de Ciencia Política de la UNR y director del proyecto.
Es que algunos resultados fueron obvios. El Monumento a la Bandera y el Parque Independencia aparecieron como los lugares más representativos, así como Alberto Olmedo y el Che Guevara surgieron como dos mitos de la ciudad, junto a los que dicen que «las rosarinas son las más lindas del país».
Pero claro que también hubo sorpresas. «Los rosarinos no registran a ninguna figura fuerte que haya ayudado al desarrollo de la ciudad en el siglo XIX (sólo aparecen Manuel Belgrano con el 5,3% y Justo José de Urquiza con el 2), lo que indica un gran desconocimiento de la historia local», explicó Guberman. Y más aún, también «fue inesperado que en medio del descrédito de la clase dirigente aparezcan políticos como los principales propulsores del desarrollo de Rosario en el siglo XX».
Otro de los datos que surgió es que no aparecieron costumbres rosarinas. La mayoría de los encuestados planteó a la hora de la recreación hábitos comunes a los de cualquier ciudad del país, como ir al parque y tomar mate. «Le faltó fuerza a lo típicamente rosarino, aunque algunos se refirieron a las salidas de los jueves por la noche que sí son marca registrada de Rosario», apuntó Guberman.
Y algunos mitos cayeron. Es que el fútbol, con el clásico Central versus Ñewell’s, no apareció como un rasgo determinante.
Lo cierto es que los rosarinos dijeron con cierto orgullo intelectual que viven en una ciudad que es universitaria (87%) y cultural (81,5%). Pero fueron críticos cuando señalaron que es burocrática (64%). Y aunque creen que Rosario es parecida a Córdoba y les gustaría que fuera como Mendoza, perdieron la modestia al asegurar que son los mismos rosarinos los que la hacen una ciudad única.