Los canallas vencieron a San Lorenzo 3 a 1 y se subieron otra vez a la punta del torneo.
Pablo Vitti, la figura de la cancha, celebra su primera conquista junto con Papa. |
Encina escapa a la marca de Santana. |
El equipo de Galloni no tuvo reacción y perdió. |
«¿Están bailando con los pibes de Central”, bramaba la hinchada auriazul que no cabía de ancha en la popular. Pero esa verdad expresada en el final del gran triunfo canalla en el Nuevo Gasómetro resulta a medias. Son pibes, sí. Pero están creciendo a pasos agigantados. Tanto que la ilusión natural de protagonismo se cimenta en bases cada vez más sólidas. La tabla lo atestigua. Central puntero, Central goleador. Central va en serio.
Se había sugerido en estas páginas tras el partido con Lanús, que valorar el empate era todo un signo de madurez. ¿Cuánto vale no haber perdido ante los granates? Esta victoria frente a San Lorenzo no hace más que dimensionarlo en su justa medida.
Es más. Hasta al cuerpo técnico canalla le sirvió aquella experiencia para no repetir errores. Esta vez, no vio tan bien a Andrés Díaz y lo sacó. Central metió el segundo gol e inmediatamente reforzó la contención sustituyendo a Encina por Moreira. Impecable demostración de saber reaccionar a tiempo y factor clave en el triunfo.
Central no modificó el libreto porque está probado que le da réditos, pero supo adaptarse a las circunstancias. Aprovechó el nerviosismo de un desesperado San Lorenzo y el iluminado Vitti no lo perdonó. Tocó la pelota como sabe hacerlo pero además le agregó sacrificio, como el de Encina que esta vez se preocupó por ayudar a Ferrari. Y mostró a un Ledesma mucho más aplomado que entendió la frase de que “la camiseta está colgada y hay que ponérsela”.
Pecó otra vez, eso sí, por sus dos talones de Aquiles. Lo hizo poco, es cierto, pero pudo costarle caro. Por un lado, en un par de ocasiones, el lateral y el volante del mismo sector se iban juntos y no regresaban a tiempo, como lo hicieron Rivarola y Papa. Por otro lado, en el juego aéreo Raldes y Fassi anduvieron bien pero bastó una falla para complicar sin sentido un partido ganable por donde se lo mire. Tiro libre de Paredes, el boliviano que pierde a Michelini y gol de cabeza del veterano mediocampista.
Los fantasmas de Lanús volvían a aparecer, pero como se dijo, esas debilidades auriazules quedaron mucho menos expuestas que en el cotejo anterior. Y el zarpazo, tal vez impensado, de Monges y la nueva genialidad de Vitti hicieron el resto para dibujarle una gran sonrisa al pueblo canalla.
Las fechas pasan y el equipo continúa invicto. Es por ahora el que más convirtió en el campeonato y al menos hasta mañana seguirá solo arriba con el campeonato cumplido casi en su tercera parte. Son signos inequívocos de que Central ha dado un salto cualitativo importante, y que las cosas que hoy lo hacen feliz no son por casualidad. ¿O alguno acaso anoche se acordó del Chacho?
Fuente: diario La Capital – Gustavo Conti – Imágenes: Hugo Ferreyra