Atrás quedaron las campanadas, las burbujas del champán, las uvas de España y los turrones y sidra en Argentina. El año 2008 ya está en marcha. O al menos eso marca el calendario gregoriano, el almanaque que rige las festividades de casi todo Occidente y cuyo punto de partida es el nacimiento de Jesucristo. La mayoría de las culturas celebra ya el 1 de enero a golpe de fuego artificial, comilonas y reuniones familiares o discotecas entre los más jóvenes. Sin embargo, decenas de civilizaciones conservan aún sus tradiciones milenarias. Desde los mapuches hasta los chinos, pasando por los etíopes o los iraníes; tomamos un lápiz rojo y marcamos en el calendario gregoriano cómo, dónde y cuándo se celebran los otros años nuevos.
La primera cita lleva nombre de roedor: el 7 de febrero, 1.300 millones de chinos despedirán el año del Perro y recibirán el de la Rata. Una tradición basada en el calendario lunar y en leyendas como la del monstruo Nien, que antaño devoraba humanos en la víspera de Año Nuevo. Según reza esta fábula, sólo el rojo consigue ahuyentar a la enorme y feroz bestia. Un color que este año teñirá el castizo y madrileño barrio de Lavapiés y la calle barcelonesa de Buenos Aires. Dos ciudades que entrarán en el año chino 4706 con petardos, farolillos,ideogramas y mucho karaoke. Londres y París acogerán asimismo el festival asiático. En la capital británica, tres escenarios exorcizarán los malos espíritus: Trafalgar Square, Leicester Square y Chinatown vibrarán con el baile del dragón y se iluminarán con cientos de antorchas. Y desde el Ayuntamiento del distrito 3 de París está previsto que una exótica comitiva de leones y dragones parta el 7 de febrero.
La segunda parada rezuma espiritualidad: el próximo 8 de febrero, monasterios budistas como el de Tsurphu, al norte de Lhasa, se llenarán de colgantes de seda y oro para recibir el Losar, el año nuevo tibetano. El más curioso tiene dos opciones: volar al Tíbet, Nepal, Ladakh o Sikkimf, y empaparse del misticismo de los bailes de máscaras y los rituales de antorchas, o celebrar el nuevo año 2135 con los bailes que ha programado la Casa del Tíbet de Barcelona (www.casadeltibetbcn.org).
Las 81 cuerdas del santur, el tamboreo del tonbak y la gaita persa neyanban marcarán el Noruz, el año nuevo iraní, el 1387, según marca su calendario. Los sonidos de estos antiguos instrumentos persas invadirán la Asociación Persépolis de Madrid (913 60 02 02) el próximo 21 de marzo. Un espectáculo con el que la comunidad iraní invita a conmemorar el despertar de la naturaleza. El concierto terminará alrededor de una mesa donde se podrá degustar sabzipolo, un plato de arroz, hierbas aromáticas, pescado y pollo, y dulces como el gaz, una especie de turrón iraní.
El baile de las tijeras y el trono del Inca compiten el día 24 de junio con las monumentales fogueres de Alicante. La urbe peruana de Cuzco, que en quechua significa «ombligo del mundo», celebra el año nuevo inca con una impresionante procesión. Un desfile que pasa por la catedral, se aleja de la ciudad y asciende 350 metros por la montaña hasta la imponente fortaleza de Sacsayhuamán. El viajero que pise la antigua capital inca disfrutará con las decenas de banderas con los colores del arco iris, emblemas del imperio inca que vestirán ese día las calles de la ciudad.
‘Shofar’ o mantra
El Rosh Hashanah, o año nuevo judío, se celebra este año entre el 29 de septiembre y el 1 de octubre. En las sinagogas de medio mundo, el shofar, un instrumento de cuernos de carnero, recordará el sacrificio de Abraham.
Pero la vuelta por los calendarios del mundo no finaliza aquí; quedan muchas fiestas por reseñar: desde el año nuevo hindú (el 6 de abril, las regiones indias de Karnataka, Andhra Pradesh y Maharastra darán la bienvenida al nuevo año recitando mantras en sus templos) hasta el revolucionario 1 de vendimiario francés, que coincide con el 22 de septiembre. Un recorrido que pasa por las iglesias excavadas en piedra de Lalibela, donde los etíopes recordarán el 11 de septiembre el regreso de la reina de Saba de Jerusalén.