Caputo busca mantener la estabilidad económica, pero la falta de reservas y financiamiento externo desafía la sostenibilidad del esquema monetario-cambiario.
En esta columna, hace algunas semanas, se apeló a una metáfora futbolística para advertir sobre la necesidad de realizar cambios al esquema monetario-cambiario en curso. En aquel momento de euforia discursiva oficial, se decía que el Gobierno debía contradecir una de las máximas del fútbol: “Equipo que gana no se toca”. Finalmente, no pasó.
En esta ocasión se vuelve a apelar a la sabiduría futbolística: “Si un equipo se cuelga del travesaño en el minuto 80, puede mantener el cero. En cambio, si lo hace desde el minuto 10, pierde seguro”. Las últimas medidas del Gobierno son claramente defensivas y tienen dos lecturas posibles: lograr una baja momentánea en la brecha que reduzca el costo de un cambio en el corto plazo o aguantar el esquema actual desde el convencimiento de que no requiere modificaciones. Si es la segunda opción, va a ser difícil mantener el arco en cero.
¿Qué se anunció en las últimas semanas?
(i) La creación de las LeFi, con el objetivo de subir la tasa de interés de política monetaria como respuesta al efecto negativo que generó la baja de tasas de fines de abril — principio de mayo sobre la brecha.
(ii) Ante la demora en instrumentar (i) y frente a un nuevo aumento en la brecha, se anunció la intervención con venta de dólares en los mercados financieros (por un monto de unos USD 2.000 millones).
(iii) Frente a la inquietud generada por (ii), se comunicó la constitución de un depósito en el exterior equivalente a los vencimientos de enero de 2025 de los intereses de los Bonares y Globales.
Sin dudas, se trata de medidas “defensivas” de un esquema cambiario-monetario que requiere ajustes. Sobre el tiempo y la magnitud de los cambios, uno de los aspectos a monitorear es la evolución de las reservas del BCRA. Sin acceso a nuevo financiamiento externo, la falta de reservas es uno de los impedimentos centrales para abrir el cepo.
La evolución de las reservas del BCRA en 2024
En el Cuadro 1, presentamos una estimación del balance de pagos cambiario del 2024 si no se observan modificaciones en el esquema cambiario-monetario actual.
¿Qué es el “balance cambiario”? El balance de pagos que considera los flujos cobrados y pagados en el mercado oficial con impacto directo sobre las reservas. Por ejemplo, dado el dólar blend, los exportadores liquidan solo el 80% de sus ventas al exterior en el mercado de cambios oficial (MULC).
En la estimación presentada se supone que se mantiene el dólar blend hasta fin de año y se normaliza el flujo de pagos de importaciones mensuales, aunque se mantiene el stock de deuda acumulado en los primeros meses. También se supone: (i) se aprueban las próximas dos revisiones del FMI en agosto y noviembre y se reciben los USD 1.182 millones de desembolsos previstos, (ii) se normaliza la ejecución de los programas de organismos internacionales con financiamiento externo y se equilibran los pagos y desembolsos con organismos internacionales (deficitario en los primeros cinco meses del año), (iii) no se disparan los gastos de turismo emisivo ni con tarjetas de crédito en el exterior (que en un contexto de nuevo aumento de brecha podría ocurrir), (iv) se mantiene positiva la inversión de no residentes y de préstamos SPNF observada en la primera parte del año y (v) se supone que se netean entre sí el ingreso de dólares por el blanqueo y el egreso por la venta de dólares en los mercados financieros (en un valor de unos USD 2.000 millones).
Durante el período junio-diciembre de 2024, sin cambios en el esquema cambiario actual, se estima un resultado de cuenta corriente cambiario negativo de USD 3.961 millones, junto con un resultado de cuenta financiera cambiaria negativa en USD 820 millones. Dos factores inciden en la estimación: (i) la caída en el valor de la cosecha agrícola. Se tomó como referencia la última estimación realizada por la Bolsa de Comercio de Rosario de mediados de abril, que estima un total de exportaciones de granos y derivados de USD 29.324 millones, un valor conservador dada la reciente caída en el precio internacional. Como referencia, en el 2023 (año de sequía) el valor de las exportaciones del sector agroindustrial fue de USD 23.628 y en el 2022 de USD 41.610. (ii) el mantenimiento del dólar blend, una política de estímulo a las exportaciones costosa en términos de reservas. En el primer semestre, se liquidaron exportaciones en el CCL en un monto equivalente a los USD 7.500 millones.
A diciembre de 2024, el resultado negativo de la cuenta corriente y financiera impacta en la estimación del total de reservas brutas. Si se observa la estimación, el total de reservas netas a fines de 2024 ascendería a los USD 5.093 millones. Si en enero de 2025 a este valor se le suman los vencimientos de capital de Globales y Bonares por USD 2.898 millones y de intereses por USD 1.559 millones, el BCRA entraría en zona crítica.
Durante las próximas semanas, incluso si la intervención del Gobierno lograse estabilizar la cotización del dólar financiero, la evolución en el total de reservas y el riesgo país serán los factores principales de aumento de la incertidumbre.
Quienes están del grupo de “los que la ven” argumentan que el esquema actual es sostenible, ya que aparecería financiamiento externo o se observaría un fuerte ingreso de capitales. Algunos incluso apelan a la memoria futbolística y recuerdan un partido célebre donde colgarse del travesaño funcionó: el Argentina — Brasil de los noventa, el de la frase célebre del Dr Carlos Bilardo: “Si se la siguen dando a los de amarillo (Brasil), perdemos seguro”, el de la jugada magistral del Diego con la corrida de la sonrisa eterna del Cani.
Si el Gobierno persiste en este sendero sin hacer cambios, el lector y su memoria histórica evaluarán si creen posible que nos salve una jugada magistral e inesperada o si se cumplirá la lógica y no será posible mantener el cero hasta el minuto noventa.
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Fuente: CENITAL
Autor: Gonzalo Guilardes