San Lorenzo.— La mafia china volvió a atacar. Gguo Chen Pin, de 44 años y dueño de un supermercado, fue ultimado con un certero balazo en la frente. El hombre estaba frente a una de las cajas de su local cuando fue sorprendido por un sicario que, tras concretar el ataque frente a numerosos clientes, huyó en un auto y en compañía de un cómplice. Así, la ancestral disputa entre ciudadanos orientales afincados en el país dejó marcado nuevamente su sello e hilvanó un episodio más a la violenta saga en la cual el nombre de Pin ya estuvo mencionado: fue en 2005, cuando permaneció preso durante varios días vinculado al crimen de Gao Shen Feng.
Habían pasado diez minutos de las 9 de la mañana de ayer y varias personas realizaban sus compras en el supermercado Sonrisa, en la transitada esquina de avenida San Martín y José Ingenieros. Pin estaba sentado al frente de una de las cajas del negocio cuando un hombre (con rasgos argentinos y no oriental) ingresó rápidamente. Sin mediar palabra se le acercó y le efectuó tres disparos con un arma de fuego. Uno de los proyectiles dio en la frente del comerciante, que se desplomó en medio de un charco de sangre.
Tras ello, ante el estupor de familiares, clientes y transeúntes, y con la misma rapidez con la que había llegado, el homicida escapó y subió a un auto rojo que lo esperaba a pocos metros del lugar. Fuentes policiales aseguraron a La Capital que el vehículo está identificado y se sabe el rumbo que tomó para huir, además de la descripción física del autor del crimen, algo que llama la atención a los pesquisas ya que no es oriental.
Casi al mismo tiempo de la huida, Pin fue cargado en una ambulancia pero murió mientras era trasladado al Hospital de Emergencias de Rosario, por lo que directamente el cuerpo fue remitido al Instituto Médico Legal donde se concentró una veintena de orientales que (como sucede en estos casos) se cerraron en sus dialectos para oponerse al diálogo.
Sello inconfundible.
Para los investigadores no quedan dudas de que están ante un crimen mafioso. La mecánica del episodio y la inexistencia de robo (en la caja quedaron 300 pesos en cambio), además de la ausencia de intimidaciones, así se lo indican. Esos mismos pesquisas secuestraron de la escena del crimen dos vainas que serían calibre 32 o 38 y que quedaron en el piso.
El supermercado Sonrisa está en el centro de San Lorenzo, a unas ocho cuadras de la esquina de los bancos, centro neurálgico de la ciudad. La zona está rodeada de comercios, existe otro supermercado casi en frente, en diagonal se encuentra la Aduana y a unos cien metros hay una estación de GNC, por lo que el movimiento de personas y de autos en la zona es constante: «Desde acá alcanzamos a escuchar tres disparos» sostuvo un empleado del surtidor, y agregó: «No sabíamos qué había pasado, vimos mucho movimiento después de los tiros y una ambulancia».
Al respecto, todos los testigos afirmaron a este diario que el asesino actuó a cara descubierta y que, como las cajas se encuentran muy cerca de la puerta, en pocos pasos el matador estuvo en la vereda, corrió por avenida San Martín hacia el norte y en la esquina con Berón de Astrada se subió al auto rojo en el que escapó. En ese orden, la policía ya tiene establecido que el vehículo salió de la ciudad por el acceso Sur para tomar la autopista a Rosario.
Para los pesquisas, el hecho de que el atacante actuó a cara descubierta sería un indicio de que no es de la región. Sin embargo, dado lo difícil que resulta entrar y salir de la ciudad debido a las obras viales que se están realizando, al menos el conductor del auto podría tener conocimiento de la zona.
Oscuro pasado.
La mecánica del hecho y una vieja rencilla con otro comerciante oriental que tiene un negocio en la zona suroeste de Rosario, además de otras rivalidades que la víctima tenía con sus connacionales y que fueron comentadas por sus familiares a la policía, son los primeros indicios con que cuentan los investigadores para encarar la pesquisa a cargo del juzgado de Instrucción número 12, de Eduardo Filocco.
Al respecto, se sabe que antes de recalar en San Lorenzo, Gguo Chen Pin tuvo otro supermercado. Lo había establecido en la esquina de Provincias Unidas y Gaboto, en la zona suroeste de Rosario. Desde entonces generó una rivalidad con otro comerciante oriental cuyo comercio está en Ayolas y Rouillón, dijeron las fuentes.
Asimismo, la víctima de este crimen fue uno de los cuatro detenidos por el homicidio de Gao Shen Feng, perpetrado el 19 de julio de 2005 y cuyo cuerpo fue hallado junto al puerto de Rosario con claras señales mafiosas. Junto a su hermano, Pin estuvo varios días a disposición de la jueza Alejandra Rodenas después de que en un allanamiento a su comercio se hallaran una pistola calibre 9 milímetros con su numeración limada, una escopeta 12.70 y varias municiones, entre ellas de calibre 22 como los que ultimaron a Fen. También tenían una granada de gas lacrimógeno.