Por Teresa Ruso
Hace poco más de un año apareció un virus desconocido llamado Coronavirus /COVID19/ SARS-CoV-2, de alto contagio en Wuhan, en la República Popular China que desestabilizó al mundo entero, el 11 de marzo 2020 la OMS lo declaró como una pandemia. No se sabía nada de él, era un completo desconocido, que aparecía como un resfriado, se complicaba con Neumonías bilaterales y falta de oxígeno, que algunas personas no tenían sintomatología y otros estaban muy graves. No había tratamiento específico, ya que el que se daba era sintomático y tampoco teníamos vacunas. Desde ese momento se puso en marcha una intencionalidad para conocer cómo funcionaba, se empezó a investigar cómo era su comportamiento, como frenar su contagio, a que medicamentos era sensible y como poder tener una vacuna lo más rápidamente posible para poder proteger a la población.
En este tiempo, según datos del 22 de enero 2021, se han informado más de 97,6 millones de casos de la enfermedad en 254 países, con más de 2 millones de fallecidos. En octubre, la Organización Mundial de la Salud estimaba que al menos un 10 % de la población mundial ya se ha contagiado de esta enfermedad (unas 780 millones de personas), debido al gran subregistro de casos a nivel mundial en estos momentos serán más. Miles de profesionales de la salud, personal no sanitario, epidemiólogos, virólogos, investigadores, de todo el mundo han dedicado sus conocimientos, sus cuidados en la prevención, la curación y la concienciación de cambios de hábitos y hemos adquirido nuevos comportamientos de relación.
En la actualidad hay 162 proyectos lanzados de diferentes laboratorios farmacológicos, 52 están con fase 1, de estos 30 están en la fase 1/2, 17 en la fase 3, 12 en la fase 4. Dos de ellas han pasado todas las pruebas necesarias para su aprobación, la de los laboratorios BioNTech y Pfizer, Moderna y Oxford a parte de la elaborada en China, Rusia y Argentina (Sputnik V, en Argentina). El 21 de diciembre se aprobó su utilización por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y a partir del 27 de diciembre se empezaron a administrar en España y también en el resto de Europa. Mientras que en China, Inglaterra y EEUU ya habían empezado. Se tardarán meses en tener a toda la población mundial vacunada por la desigualdad existente.
Encontrar una vacuna efectiva ha sido la prioridad más importante, se ha tenido que salvar un desafío triple. Primero, acortar los plazos garantizando la seguridad del fármaco. Segundo, poder producirla a gran escala, millones de unidades en corto tiempo. Tercero, asegurar campañas de vacunación masivas.
El proceso de elaboración de una vacuna se extiende durante años y a veces décadas, en caso de pandemia los tiempos se aceleran pero hay fases que no pueden ser rápidas y que se tienen que recorrer. Estas fases son 5, que contemplan las investigaciones en el laboratorio, los ensayos preclínicos en animales y los ensayos clínicos que constan de 4 fases e incluyen las observaciones que se realizan tras su administración masiva para el mejoramiento de los efectos secundarios.
Como se ha visto a lo largo de las vacunaciones realizadas desde que se iniciaron con los calendarios vacunales, las vacunas se van mejorando en todos sus aspectos. Esta vacuna no será obligatoria y como con todas las demás, habrá personas a favor y otras que no quieran administrarsela, cuando esto se hace se registra en la Historia Clínica de la persona.
Hemos entrado en otro momento del proceso del COVID19 y siempre está la esperanza de que a futuro se pueda controlar el contagio del mismo y que aunque conviva con nosotros no sea peligroso para la vida humana, mientras tanto tenemos que confiar, estar calmos y pacientes ya que lo más importante es la vida humana.
https://www.rtve.es/noticias/20201216/se-sabe-vacuna-contra-coronavirus/2013431.shtml
https://www.rtve.es/noticias/20210122/mapa-mundial-del-coronavirus/1998143.shtml
una noticia en PRESSENZA seleccionada por REHUNO
Red Humanista de Noticias de Salud