Luego de las dos primeras fechas del Campeonato Argentino del Turismo Nacional Clase 3 el piloto nacido en la Ciudad de San Rafael, ubicada en el sur de la bella provincia de Mendoza, realizó un breve balance antes de partir hacia su próximo compromiso en Río Hondo.
Con un Ford Focus de calle nos dimos una vuelta por el Cañón del Atuel. En una distendida charla, rodeados de la incomparable belleza del lugar y la tranquilidad de esas tardecitas sanrafaelinas de fin de semana, pudimos poner a Juanjo lejos del ruido de los furiosos motores de competición.
Al volante del mismo modelo con el que debutó este año en la Clase 3 tuvimos el placer de pasear con Juanjo por la Ruta Provincial 173 hasta el Embalse Valle Grande.
Las manos firmes pero distendidas sobre el volante, el pie derecho suave sobre el acelerador, respetuoso de los límites de velocidad se ocupó de indicarnos lo mal que se maneja en la calle y de la necesidad de desarrollar una cultura del volante.
No nos conducimos con respeto por la vida, y con esa falta de respeto la gente conduce por la calle. La gente no se respeta así misma, es increíble las maniobras que se ven.
El miedo que no tengo en las pistas a veces me ataca en la calle, porque tu seguridad depende de los inconcientes que se ven por ahí” nos dijo, con mucha razón, mientras el Ford Focus se deslizaba suave y armonioso por el camino.
-¿Te sorprendió verte entre los más rápidos en estas dos carreras?
– Si, sin duda. Vos lo sabés bien, aunque estaba seguro que Gabi (Gabriel Rodríguez) y Esteban (Pou) no iban a poner cualquier cosa en la pista. Pero no se había podido trabajar con anticipación. Probamos una vez y anduvo rápido pero no sabíamos nada de cómo se comportaría en cuanto al ritmo.
-En la primera en La Plata se lo vio muy bien, pero en Bahía no le perdonaste nada y respondió de manera extraordinaria. ¿Coincidís con esto?
-Mirá, con el Gol en la Clase 2 nunca pude hacer una remontada así. Sólo la vez que corrí con el Clío de Ullua en Viedma en el 2006, la serie que largué último y llegué cuarto porque nos avivamos con el clima y cambiamos las gomas de lluvia por las lisas. Después con el Torino en el TC Mouras también tuve un par largando desde la última fila. Pero esta vez es verdad, le exigí todo al auto y respondió muy firme.
-A los que miramos de afuera también nos pareció ver un piloto que va firme…
-Ja, Ja (Juanjo se ríe mientras busca un lugar para estacionar cerca del lago) …Y, voy mejorando.
-Quizás no se notaba tu trabajo porque el VW Gol penaba con el reglamento y para estar arriba tenías que matarte adentro del auto.
-Siii!!! No lo dudes. El año pasado tanto Cristian (Pérez) como yo estábamos al borde del accidente todas las carreras. Bueno, en la última fijate lo que le pasó a él. Ese vuelco fue porque iba “colgado de un alambre”. Algo que creo este año va a cambiar, ya lo demostró José Yannantuoni en la última, también lo he visto a Mohamed muy bien con el VW Gol. Con el toque que se hizo en el reglamento la cosa parece que ha cambiado.
-¿La Clase 3 también está pareja?
– Mi experiencia es poca pero veo que si. Van muy rápido en lo derecho los Citröen, pero les cuesta en lo trabado creo, igual los Honda. Pero en general parece estar parejo. Los Astras arrancaron muy bien, los Focus de Flamarique, Di Palma, Albertengo no tuvieron suerte pero yo los vi muy competitivos en Bahía Blanca. Al “Pato” se le trabó el acelerador, no se que pasaba adelante si eso no le ocurría.
-No nombraste tu Focus ¿Por qué?
-No, porque nos falta mucho trabajo aún. Ahora vamos a Río Hondo pero ya hablamos con Gabi para hacer unas pruebas antes de San Rafael, cuando corramos aquí en Abril.
-El sanrafaelino tuerca y el no tan tuerca está muy entusiasmado con vos. ¿Sentís algo de presión por querer responder a todas esas expectativas que despertás con estas buenas actuaciones?
-El primero que se presiona soy yo, porque siempre quiero dar lo mejor. Pero ya sabemos que en el automovilismo no todo depende del piloto. Gracias a Dios tengo un equipo formidable que me hace sentir muy seguro y eso es muy importante para mi como para cualquier piloto.
-¿Nos dejás ilusionarnos con una actuación en San Rafael como la que nos regalaste el año pasado con el Gol?
-Soñar no cuesta nada ¿Pero vos viste los “nenes” que corren en la Clase 3?
-Si los vi, uno es ídolo mío. Vos lo sabés. Pero también está el “nene” Juanjo López, al que he visto trabajar mucho, con responsabilidad y tomando decisiones acertadas porque creo que subirse al Clase 3 es muy bueno.
-Gracias por lo de “nene” antes que nada, pero creo que tenés razón respecto a la decisión de subirme a este auto. Más allá de los resultados que obtengamos, es realmente enriquecedor correr con los pilotos que hoy están en la categoría. Estando entre ellos no podés hacer otra cosa que aprender.
Humilde como siempre, Juanjo le dio arranque nuevamente al Ford Focus y emprendimos el regreso entre las fantásticas formaciones rocosas del milenario Cañón del Atuel. Faraónicas especatadoras del rumoroso paso del río. Junto a este, dibujada por el hombre, la cinta asfáltica nos lleva hacia la próxima carrera. Al volante, imperturbable, Juanjo sigue escribiendo su historia en el automovilismo argentino.
Hasta dónde llegará, sólo Dios lo sabe. El mismo Dios que hizo estas maravillosas montañas y que hoy los sanrafaelinos disfrutamos, casi tanto como ver a Juan José López correr.