Fue casi un calco del primer partido ante Bosnia. Con Lionel Messi rubricando con su zurda mágica otro triunfo argentino al que no le sobró nada, pese a la endeblez que podía suponer el rival en la previa. Es que la selección argentina necesitó nuevamente de una genialidad de Lionel para lograr una agónica victoria 1-0 sobre Irán, en un partido en el que nunca pudo demostrar su superioridad ante un ordenado equipo asiático.
Argentina, abrumadora favorita para vencer a Irán y ganar su grupo, decepcionó con una pálida actuación en la que le costó muchísimo doblegar a Irán y necesitó del gol de Messi a los 92 minutos para quedarse con el triunfo.
“Teniédolo a Messi todo es posible“, dijo tras el partido el entrenador de Argentina, Alejandro Sabella.
Con la victoria, Argentina suma seis puntos y quedó en lo más alto del grupo F, que ya nadie podrá alcanzar.
Irán, limitado pero voluntarioso al extremo, levantó una barrera de hasta nueve hombres por delante de su buen arquero Alireza Haghighi. Y el equipo de Sabella se mostró absolutamente impotente para perforarla.
En el primer tiempo, Argentina tuvo varias situaciones de peligro pese a que en ningún momento mostró buen juego.
Con Lionel Messi demasiado errático y recostado sobre la derecha y neutralizado por una férrea marca en zona, y con Angel Di María y Sergio Agüero desconectados, no hubo circuito de fútbol.
A medida que pasaban los minutos, el rostro de Sabella iba mutando de la confianza inicial a una preocupación cada vez mayor, especialmente cuando Irán avisó que podía dar una sorpresa mayor con un par de centros de pelota parada. Un cabezazo de Jalal Hosseini casi rompe el cero, justo antes del entretiempo.
Y las cosas empeoraron tras el descanso, ya que Argentina siguió sin mostrar mucho e Irán comenzó a animarse a atacar, por lo que el arquero Sergio Romero se convirtió en un hombre clave para los sudamericanos con un par de grandes atajadas.
Los ingresos de Ezequiel Lavezzi y Rodrigo Palacio por Higuaín y Agüero tampoco modificaron sustancialmente el cuadro de situación.
Y cuando todo parecía sellado para que Irán se llevara un resultado histórico, Messi marcó su segundo gol en el Mundial, otra vez con su sello: corrida paralela al área y un esquinado remate que dejó sin reacción al arquero. Golazo, triunfo y clasificación a octavos de final.
Un gol tan festejado como el segundo de la Argentina a Bosnia, que también fue obra de una jugada sensacional de Lionel Messi. Un Lio que apareció poco en función de equipo pero que con dos genialidades suyas le alcanzó para erigirse, nuevamente, en el As de Espadas del conjunto argentino.
FG_AUTHORS: La Capital – Ovación