Lo que presencié en el Concejo de Puerto en la sesión del 7 de Abril me dió vergüenza ajena.
Lo que presencié en el Concejo de Puerto en la sesión del 7 de Abril me dió vergüenza ajena.
Estos concejales no cumplieron con su función de ser representantes de los vecinos procurándoles mejor calidad de vida y controlando al Ejecutivo para que haga cumplir las ordenanzas (y las promesas).
Para eso los votaron. "Total después la gente se olvida" escuché una vez en ese ambiente.
Ante el pedido de Nidera S.A, de comprar las calles públicas, ahí no se pregunta nada, sólo se acata… la orden llegaría al ejecutivo y de ahí a sus obedientes ediles. Recuerdo cuando De Grandis criticaba a los intendentes por vender calles y espacios públicos…
Si el cálculo no me falla a esta altura los habría superado ampliamente.
¿Se habrán preguntado los concejales cómo afectará la expansión de Nidera al medio ambiente y a la salud de los vecinos ? (cri, cri). ¿Y el estudio de impacto ambiental? (cri, cri…) quizá ya esté viniendo el Ing. Mak con su "birome veloz". Ese mismo que aprueba incineradores venenosos cerca de criaderos, trabajadores, camioneros y de los vecinos tanto de Puerto como de Timbúes.
Lo que más me enoja es que venden nuestra patria chica sin consultar a nadie. Títeres puestos a dedo que aprueban cualquier cosa si conviene a las empresas. Al menos en las elecciones tiene la decencia de presentarlos como lo que son "los concejales de carlitos" y no los concejales del pueblo.
Bienvenidas las obras necesarias, bienvenido el nuevo centro cultural, imponente y muy lindo. Felicito eso. También bienvenidas las medidas de seguridad y de tránsito que tomaron ahora, después de la movilización de los vecinos y de la propuesta de ordenanza de la Asamblea Ciudadana para eliminar los escapes libres. Todo eso está muy bien. Pero no acepto como ciudadana que mientras nos hacen mirar hacia los fuegos artificales de una gran inauguración, en otro lado están vendiendo nuestro espacio público a manos extranjeras.
Como mínimo hay que consultar a los verdaderos dueños, todos los puertenses. Lo correcto es que haya consulta popular, y si El Pueblo decide vender, que también decida a qué prioridades aplicar el dinero que se reciba. Este funcionario olvidó quién es el soberano. No le consultó la venta y, además, ya decidió gastar el dinero en continuar el centro cultural aunque la gente clama por resolver ruidos molestos, seguridad, salud, tránsito pesado y control del medioambiente entre otros temas.
Mi solidaridad con los vecinos de los barrios Bella Vista, Petroquímica y Esther, porque serán los primeros damnificados de esta venta de calles ya consumanda.
Lic. Irene Margarita Schmidt
Directora Puerto Mío
Fuente:
Periódico Puerto 115 de Mayo 2011