Tuvimos oportunidad de conversar con los gerentes de una empresa privada que intenta implementar un nuevo modelo en las relaciones entre capital y trabajo…
Entrevista a Roberto Blueh y Juan Aviñó
PRESSENZA · Santiago de Chile · Marzo 2013 · por Pía Figueroa
Tuvimos oportunidad de conversar con los gerentes de una empresa privada que intenta implementar un nuevo modelo en las relaciones entre capital y trabajo, así como en la gestión de su negocio. Inspirados por el Documento Humanista, estos dos chilenos llevan veinte años intentando poner en práctica su visión de una empresa que, mientras se desarrolla y crece logrando los estándares más positivos que le otorgan la mayor competitividad en el mercado nacional, no se endeuda con los bancos, reinvierte sus utilidades en el desarrollo de la propia empresa, prioriza el mejor trato posible tanto al personal como a los proveedores y a los clientes, en la permanente búsqueda de un mejoramiento coherente con sus principios.
Roberto Blueh y Juan Aviñó crearon Alfacom Ingeniería hace veinte años, buscando formar una empresa que propiciara la participación de los trabajadores en la toma de decisiones de la empresa, basado en un trato amable que promueva la creatividad de las personas. No querían una empresa autoritaria, sino una en la que la gente se sintiera bien, que hiciera impecablemente su trabajo y estuviera contenta, que pudiera sentirse a gusto durante las horas laborales.
PF: En general en las empresas se priorizan las utilidades. Son otras instituciones las que se forman para mejorar el modo de vivir de las personas: las ONGs, las instituciones de caridad, las iglesias, los clubes…
JA: “Nunca hemos dejado de tener interés en que la empresa genere sus utilidades. Sin embargo, al participar la gente en las decisiones de la empresa, el conjunto se hace más inteligente. La empresa se desarrolla mejor y la gente se siente mejor. Si se es capaz de canalizar las ideas y los proyectos de los empleados para mejorar la empresa, todo avanza. Tenemos fe en las personas, en los equipos humanos, en la inteligencia que tienen las personas. Pero sucede que en la mayoría de las empresas, cada trabajador tiene que realizar una misma cosa, o una serie de funciones que son siempre finalmente las mismas. Se rutiniza el trabajo en pos de la eficacia y con ello se rutiniza la vida, la gente pierde capacidad de innovar, pierde capacidad creativa, pierde inteligencia y todo se va mecanizando. Nadie siente que se desarrolla, a menos que cambie de puesto y se va produciendo la rotación de personal en las empresas. Nosotros llevamos muchos años trabajando con las mismas personas, pero buscando que cada uno se desarrolle al máximo y sea cada vez más inteligente. Cada uno puede ir desarrollando todas sus potencialidades y se van cometiendo así menos errores. Porque la cantidad de errores que pueden cometer los gerentes al tener una enorme cantidad de cosas que resolver, centralizadamente, son muy grandes. Nosotros descentralizamos el poder de decisión y, como empresa, nos equivocamos menos. Además, en general, los gerentes manejan muchos recursos. Si esos recursos se descentralizan y cada cual tiene efectivamente poder de decisión respecto de una parte de los recursos, las posibilidades de error disminuyen mientras se amplían las de ir mejorando”.
PF: Es decir ¿esta es una empresa en la que el poder de decisión está descentralizado?.
JA: “Muy descentralizado. Esto se advierte especialmente cuando hay momentos de crisis, en los que todo el conjunto humano va dando respuesta, aunque se mantiene una capacidad de gestión en la gerencia, sobretodo para temas más estratégicos o de cambios de dirección. Pero al márgen de eso, gran parte de las resoluciones se van tomando por los distintos cargos, asumiendo cada uno la responsabilidad que le compete, de modo descentralizado y autónomo”.
PF: ¿Cómo es la relación de la empresa con el capital y, en particular, con los bancos?
RB: “Nosotros hemos trabajado por veinte años estando tranquilos, sin deudas, con seguridad laboral, estabilidad laboral para los trabajadores y una cantidad de horas de trabajo que son – como máximo – las horas legales exigidas. No se abusa del empleado, se trata de que cada uno trabaje lo menos posible, no que tenga que pasar horas extras en la empresa. Buscamos que se trabaje en forma autónoma y sin presión. Sin chantaje, temor o tensión. En cuanto a la relación con los bancos, nosotros no tenemos ninguna deuda, ni préstamos. Porque cuando quieres que un banco te preste dinero para inyectarlo en la empresa, estás buscando ir más rápido de lo que eres capaz de generar, porque no has podido lograr con tu empresa esos recursos. Entonces pones en pie forzado a tu empresa. Nosotros preferimos generar nuestro propio capital por crecimiento e ir reinvirtiendo las utilidades en el crecimiento de la empresa. No especulamos con nuestras utilidades, las reinvertimos. Además el endeudamiento con los bancos genera una dependencia que en cualquier momento de crisis, resulta nefasta para la empresa. Hacerlo así puede ser mucho más lento, toma veinte años en vez de cinco, quizá. Pero si apuntas a crecer velozmente en base a deudas, vives en la intranquilidad, tanto para el trabajo como para el capital. Por eso hemos optado por lo lento pero seguro, por no endeudarnos sino fortalecernos en base a lo que generamos nosotros mismos, sin irnos por atajos. Nosotros hemos crecido gracias al ahorro”.
PF: ¿Qué hacen con el ahorro?
RB: “Año a año lo vamos reinvirtiendo. Hemos comprado todas las propiedades en las que está instalado Alfacom, el inventario que tenemos es propio, reinvertimos el ahorro en equipos, en capacitación, en desarrollo personal de los empleados: clases de inglés, viajes al extranjero para ampliar la propia experiencia, visitas a Ferias, capacitación tecnológica. Además nos certificamos en diversos aspectos. Preferimos diversificar dentro de la empresa que especular con el capital ahorrado”.
JA: “Nos vamos diversificando en cuanto a los servicios y a los productos que ofrecemos, también atendiendo a los requerimientos que el mercado nos va señalando. Esas necesidades nuevas son detectadas por los vendedores, por el personal, no surgen de ideas desde la gerencia, sino de requerimientos concretos a los que atendemos y en ello vamos reinvirtiendo”.
Presentación de un Stand de la empresa Alfacom en feria de servicios de tecnología para congresos y seminarios
PF: La empresa tiene veinte años, comenzó con ustedes dos. ¿Actualmente cuánto personal forma parte de Alfacom?
JA: “Cincuenta personas”
PF: ¿Con qué capital comenzaron?
RB: “Con el capital necesario para comprar dos computadores… hoy día serían dos mil dólares”.
PF: Actualmente ¿qué capital tiene?
RB: “Alrededor de dos millones de dólares”.
PF: Es decir que en veinte años han podido dar trabajo a cincuenta personas y producir ese capital de dos millones de dólares, viviendo tranquilos y con un estilo de trabajo que busca el desarrollo más pleno de cada una de las personas.
RB: “Nuestra intención es que la gente tenga estabilidad laboral. Aspiramos a que quienes son contratados por Alfacom se queden en la empresa la mayor cantidad de tiempo posible y por eso también los sueldos de nuestra empresa son superiores a los del mercado. La cultura de nuestra empresa es el apoyo recíproco, compartimos conocimientos, nos ayudamos recíprocamente. Dado que aspiramos a transcurrir años con los mismos empleados, el trato es sumamente importante, el trato cálido, la comprensión de las dificultades de cada uno y el apostar a que se las puede ir superando. La solidaridad, la reciprocidad, el desarrollo de la inteligencia como forma de resolver los problemas”.
“El valor central de esta empresa es una construcción muy querida, que se mueve por intenciones humanas sin poner al dinero como lo primario, sino el aprendizaje, los proyectos que somos capaces de emprender, los nuevos productos y servicios que podemos desarrollar. La empresa es una construcción”.
JA: “Comenzamos con un cliente y hoy tenemos mil. Muchos de nuestros clientes se han fidelizado, hay clientes que llevan unos 15 o más años con nosotros y eso no es sólo porque ofrecemos un servicio impecable, no es únicamente por los productos, sino fundamentalmente por el trato que damos. Los proveedores nuestros también tienen larga permanencia en el tiempo, les pagamos lo antes posible, los atendemos lo mejor que podemos. Así como más de la mitad de los empleados de Alfacom tienen más de cinco años en la empresa”.
PF: ¿Cómo definirían la cultura y los valores de Alfacom?
RB: “Vemos a la empresa como un proceso, en el que el trabajador y el cliente también se sienten cada vez mejor, es una empresa solidaria que apunta al desarrollo conjunto del trabajo y el capital, compartiendo la gestión, asegurando la continuidad y la estabilidad del trabajo y desarrollándonos como empresa, reinvirtiendo las utilidades en el propio crecimiento, anticipándonos para aumentar los sueldos antes de que nadie lo solicite, buscando que todos estemos mejor. Como base está el respeto real por la otra persona. Valoramos mucho la diversidad, las diferentes funciones son todas claves, entre todas se construye la empresa y por lo tanto el trato tremendamente respetuoso es muy importante. En ese buen trato quedan, de paso, incluidos incluso los familiares de los empleados, se van formando un mundo de vínculos entre las personas”.