El proyecto que combina el placer por el río y la seducción del centro, perla de una trayectoria próspera de los socios Sergio Umansky, Edgardo Berman y Fernando Vidal A pocos años de haber iniciado la actividad vinculada a la construcción, el contador Sergio Umansky, en sociedad con su esposa y con los arquitectos Edgardo Berman y Fernando Vidal, ya cuenta hitos que tomaron al área céntrica por asalto con ambiciosos proyectos de vivienda.
La última perla es el Fideicomiso Complejo Edilicio Sargento Cabral, ubicado en la bajada con forma de pico que lleva el mismo nombre, entre calles San Martín y San Lorenzo. Se trata de un proyecto cuyo fideicomiso fue lanzado en enero de este año para la construcción de dos torres independientes de 16 pisos, que limitan hacia el sur con el legendario Hotel Majestic y al norte con otro edificio a cargo de la misma sociedad, que tendrá departamentos semipisos y contará con unidades de 1 y 2 dormitorios, llegando en total a la suma de 82 unidades. A quienes vean una excelente oportunidad, adelantamos: casi todo está vendido.
El Complejo Sargento Cabral, de inmejorable ubicación para quienes gustan del río y el centro, contempla también la construcción de una piscina con vista al río en el piso 17 y 3 subsuelos con cocheras, sumando un total de 49 espacios.
En tanto, el tercer edificio que forma parte del proyecto, que se hará en el límite norte, tendrá una altura total de 9 pisos, con una primera planta ubicada por cuestiones de espacio, a la altura del segundo nivel. Esta obra, que agrega jerarquía al área, se iniciará en la primera quincena de este mes.
Recorrido
Para Umansky y sus socios, todo comenzó en 2003, cuando ante el impulso de la construcción en la ciudad, armó el fideicomiso para la construcción de su primer edificio, ubicado por calle Santa Fe entre Ovidio Lagos y Callao, “una zona fronteriza entre residencial y universitaria”, según lo define su responsable. “Aquella fue una experiencia piloto para lo que vendría más tarde”, cuenta Umansky. “Aquel fue un proyecto de 14 pisos, con quincho y cocheras, con espacio para semipisos y también para departamentos de 1 y 2 dormitorios. Nuestro objetivo a alcanzar era marcar una rentabilidad y vender a través del fideicomiso, figura contractual que une voluntades para, en este caso, construir”, detalla.
Con algo de camino allanado tras este exitoso primer proyecto, Umansky y socios decidieron lanzarse a una experiencia similar, pero en un área más cercana a la de su interés, marcada por dos ejes: el centro y el río Paraná. Así nació el proyecto de Fideicomiso para el edificio construido en Güemes y Moreno, constituido “arrastrando inversores del anterior” en un tiempo de 90 a 120 días. La obra, a metros del Parque de España, cuenta con 11 pisos, con unidades que constan de semipisos y departamentos de 1 y 2 dormitorios.
“Prácticamente no salimos a venderlo” cuenta Umansky, para quien “la construcción en Rosario todavía tiene mucho para dar”. El contador asegura que, “gracias a una extensa base de datos acumulada a lo largo de años de trabajo en la actividad financiera”, en su sociedad trabajan con “una selecta cartera de clientes, muchos participantes de fideicomisos anteriores, que vuelven a invertir”.
El recorrido lo llevó al tercer proyecto, levantado sobre terrenos que pertenecieron a la gomería Fleming y Martolio: Fideicomiso Parque Brown, ubicado sobre esta calle, entre Moreno y Balcarce. Se trató entonces de dos torres de 16 pisos, con 3 unidades por piso en cada una de las torres, cerca de 90 departamentos frente al río que cuentan con una particularidad: un contrafrente semiparquizado con piscina y quincho en el centro de manzana.
Poder de la herramienta
Para Umansky, la clave está en el armado de los fideicomisos: “priorizamos un sistema de venta directa para interesados que hoy se acercan para invertir en una moneda fuerte y confiable como son los ladrillos. Nuestra ventaja es que son fideicomisos reales, nadie se queda con más de 1 o 2 unidades habitacionales, por lo que nadie nos maneja el negocio”, asegura.
El contador argumenta que hoy existe un elevado porcentaje de personas que “compra su unidad de esta forma porque le resulta accesible al trabajarse al costo más honorarios, ofreciendo un mejor trato que con las empresas constructoras, que cobran algo más por ofrecer costos cerrados. Nosotros tenemos costos variables si suben los costos, pero garantizamos una administración transparente, que rinde cuentas cada 6 meses cuando la regla es hacerlo anualmente”, enfatiza Umansky.
“El auge de los fideicomisos”, asegura, “se debe a que los aventureros desaparecieron junto a la figura del consorcio, hoy reemplazado por esta herramienta que permite transparencia y equidad”, concluye.
fuente: Redacción ON24