Ganó por 5.500 votos contra 597 de la oposición. Hace 18 años que dirige el gremio. Idas y vueltas con el socialismo Ganó por 5.500 votos contra 597 de la oposición. Hace 18 años que dirige el gremio. Idas y vueltas con el socialismo
Hace 18 años que conduce el Sindicato de Empleados Municipales. Antes se desempeñaba como empleado en la secretaría de Obras Públicas.
Néstor Ferrazza fue acumulando mandatos consecutivos al calor del poder. A partir de ayer, comenzará a transitar su quinta gestión ininterrumpida en representación de los municipales. Quienes lo conocen y tuvieron que lidiar con sus embates gremiales reconocen que tiene un «trabajo impresionante en las bases». Por ello se explican gran parte de los 5.500 votos de la última elección: por caminar las reparticiones donde pululan afiliados de categorías más bajas. A ellos se dirige en sus arengas. De estilo frontal, su llegada a la secretaría general de la CGT regional no es azarosa. Para ello, urdió una prolija estrategia de legitimación con sindicatos afines y tiene llegada en la Casa Gris.
Con la administración socialista tuvo varios chispazos. Los casos de corrupción en la dirección de Transporte allá por el 98, cuando los remiseros acusaban a los inspectores de solicitarles coima. En medio del revuelo, Ferrazza salió a aclarar que desde el sindicato «no se iba a admitir ningún caso de corrupción».
Pero luego los desplazamientos ordenados en la Dirección de Registro e Inspección hechos por la ex directora Stella Maris Andretich, desataron la furia y la movilización.
La depuración se produjo en una repartición que le respondía incondicionalmente al sindicato y en donde la gestión del ex intendente Binner quería «poner en caja». Hubo varias jornadas de paro y hasta un piquete frente a la dependencia de Corrientes e Ituzaingó.
Luego vinieron las épocas de vacas flacas y el paro por tiempo indeterminado lanzado por Ferrazza en enero de 2002, todavía con el olor a pólvora de los sucesos ocurridos en diciembre del 2001.
«Los empleados municipales son verdaderos privilegiados», había dicho el actual diputado nacional Hermes Binner en septiembre de 2001. Eran los prolegómenos de la voraz crisis que sumergió a la Argentina. Ante la debacle económica Binner amagó con recortar los salarios y pero frente a la presión de los municipales tuvo que dar marcha atrás. Hasta hubo que firmar un pacto de gobernabilidad con el entonces gobernador Carlos Reutemann para sellar la tregua.
Más acá en el tiempo, y durante esta gestión de Miguel Lifschitz las negociaciones transitaron un clima menos tormentoso pero con reclamos que obligaron a esta administración a pagar por encima de los 850 pesos a cada uno de los 9 mil agentes que componen la planta municipal.
Para llegar a esto, se realizó este año una huelga por 48 horas (el 1 y 2 de marzo) que sacudió las filas del Ejecutivo. Como comentan quienes debieron lidiar contra sus reclamos, «Ferrazza es un representante más en la historia del sindicalismo argentino, junto a otros que hace años están en el poder como Cornejo (Manuel, secretario del gremio de los choferes), Roldán (Miguel, titular de los no docentes universitarios) y en la provincia Maguid (Alberto, diputado y secretario de Upcn)». Una conducción que aún no hizo lugar a la renovación, y que sólo este año tuvo una lista opositora, pero que según los propios funcionarios «ha sabido siempre respetar los acuerdos».
Fuente: La Capital