LA PAZ, 25 dic (Xinhua)
Juan Ramón Quintana, exministro de la Presidencia de Bolivia, subrayó, en entrevista reciente con Xinhua, que para mantener su hegemonía en América Latina, Estados Unidos ha recurrido, en los últimos dos siglos, a diversos pretextos, como las guerras contra el comunismo, el narcotráfico y el terrorismo.
«La estrategia de EE. UU. para ejercer su hegemonía tiene varias formas, como crear un enemigo. La declaración de la Doctrina Monroe es la piedra angular para ejercer el dominio en América Latina», aseveró, refiriéndose a la doctrina establecida el 2 diciembre de 1823 por el entonces presidente estadounidense, James Monroe, como base de la política exterior estadounidense con la consigna «América para los americanos», destinada a evitar la expansión de potencias europeas en la región.
Quintana afirmó que si bien en el siglo XIX el enemigo de EE. UU. en América Latina eran las potencias europeas, en el siglo XX el país norteamericano creó un enemigo del comunismo, el narcotráfico y el terrorismo.
Ahora, ya en el siglo XXI, está desarrollando la hipótesis de que el enemigo de EE. UU. en América Latina son potencias como China, Rusia, Irán y otros, dice el experto, un reconocido sociólogo, máster en Filosofía y Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Andrés y ministro de la Presidencia durante el mandato de Evo Morales (2006-2019).
«Para ejercer poder hegemónico, Estados Unidos necesita crear un enemigo. Por lo tanto, le otorga a la seguridad nacional la máxima prioridad en aras de preservar la hegemonía», detalló, añadiendo que el pretexto con el cual EE. UU. interviene en la política interna de América Latina es que es una región inestable, con instituciones débiles, con democracias frágiles, y, por tanto, necesita la tutela estadounidense.
Al ser consultado sobre las razones que convirtieron a América Latina en una región de alta importancia geopolítica para Estados Unidos, Quintana enumeró varios factores, destacando la provisión de recursos naturales fundamentales para el desarrollo industrial del país norteamericano.
«La proyección hegemónica global de Estados Unidos no sería viable sin la absorción de los vastos recursos naturales presentes en América Latina, como el litio, el gas, el petróleo, el cobre y otras materias primas que confieren ventajas competitivas a su estructura industrial», afirmó.
Agregó que el mercado en crecimiento de la región, compuesto por 660 millones de consumidores, junto con las inversiones de grandes corporaciones estadounidenses en sectores estratégicos como energía, hidrocarburos, minería y alimentos, son otros factores determinantes para el interés de Estados Unidos en América Latina.
El exministro fue concluyente al señalar que el poder hegemónico del país norteamericano depende en gran medida de la estabilidad en América Latina, utilizando diversos recursos para mantener su influencia en la región.
Sin embargo, aseguró que «estamos presenciando el ocaso de una hegemonía imperial que ha perdurado dos siglos a través de intervenciones e intromisiones. En consecuencia, Estados Unidos está experimentando un ocaso en su dominio, mientras que América Latina vislumbra más oportunidades para integrar y articular sus proyectos económicos y políticos» en el futuro, expresó Quintana.