Estados Unidos y su telenovela venezolana

La agenda temática de los medios de comunicación oficiales es un buen barómetro para definir qué es lo que se desea ocultar o qué es lo que se desea resaltar por parte de los poderes políticos y económicos

Hay temas que de pronto se ponen de moda y otros que nunca aparecen, de esta manera las agencias noticiosas internacionales intentan “formar” opinión pública favorable a sus propios intereses.

por Efrén Osorio. Chile. Julio 2010

Los sospechosos silencios

Veamos un ejemplo: si yo escribo “Falso Positivo” estoy seguro que un número importante de lectores lo asociarán a un test de SIDA con resultado erróneo, lo cual es correcto, pero también tiene otro significado:

Imagine un Gobierno que diseña un política de estado para premiar económicamente a los militares que asesinen un guerrillero o un narcotraficante y que tal política de estado está respaldada por una resolución oficial del Ministerio de Defensa que fija, entre otras cosas, el valor monetario que se pagará por la cabeza de los guerrilleros.

Cuesta creer lo anterior, ¿no es cierto? Pero no es todo. Imagine ahora que los militares para acceder a esas recompensas no encuentran nada mejor que detener a campesinos inocentes (incluyendo niños y mujeres), vestirlos de guerrilleros, asesinarlos y luego cobrar la recompensa como si hubiesen “abatido” a un guerrillero.

Lo anterior es lo que se conoce en Colombia como un “Falso positivo”, es decir, el asesinato de un inocente por parte de los militares, haciéndolo pasar como un guerrillero para cobrar la recompensa que el Estado y el Ministerio de Defensa le habían ofrecido (1).

Es tan espeluznante todo esto, que uno tiende a pensar que podría ser atribuible sólo a un grupo de militares dementes; pero cuando un relator de la ONU establece la existencia de más de 1.800 casos de “Falsos Positivos” y señala que el 95% de los casos están en la impunidad y que los procesos judiciales –llenos de presiones políticas- involucran no sólo militares sino también a Parlamentarios, Alcaldes y concejales de gobierno, no hay que ser tan mal pensado para llegar a la conclusión de que en estos “Falsos Positivos” hubo una política de estado (2).

Pero lo más sorprendente es que quien fuera Ministro de Defensa en el periodo con mayores casos de “falsos Positivos” es el recientemente electo Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, delfín político del Presidente saliente, Alvaro Uribe.

¿Cuántas veces usted leyó, escuchó o vio en las noticias internacionales informar de estos espeluznantes casos?, probablemente en muy pocas ocasiones y ya ni siquiera se acuerda.

Este silencio no es para nada casual y tiene su explicación en que Alvaro Uribe es un aliado estratégico de Estados Unidos, que autorizó la instalación de bases norteamericanas en suelo Colombiano luego que Ecuador las rechazara y, por cierto, en que Colombia está al lado de Venezuela.

Y en Venezuela hay mucho petróleo, que todos sabemos es escaso, y que luego del accidente del pozo submarino en el Golfo de Mexico, pareciera que se ha vuelto más escaso, pues tal accidente demuestra que no es tan fácil (ni económico) extraer petróleo del lecho submarino.

Entonces las grandes agencias noticiosas que distribuyen las noticias que ud. ve en la TV o lee en el periódico de su país, y que responden a los intereses políticos y económicos de Estados Unidos, no les interesa que cosas como los “falsos positivos” empañen la imagen pública de un leal aliado como Alvaro Uribe, y se limitan a sacar pequeñas notas informativas para mantener su aparente pluralismo.

La Telenovela de USA en contra de Venezuela

Pero Venezuela, aparte de petróleo, tiene como presidente a Hugo Chávez, personaje que sí estoy seguro que ud. habrá visto en TV y habrá leído mucho en los periódicos.

Diariamente todas las cadenas noticiosas internacionales se dedican a (des)informar del proceso Bolivariano en Venezuela, ya que en este caso –a diferencia de Colombia- a USA le interesa de sobremanera que ud. se forme la opinión de que el gobierno de Chávez es un gobierno ilegítimo y antidemocrático.

Estados Unidos no le perdona a Hugo Chávez que democráticamente haya sacado del poder a los dos partidos que durante cuarenta años se repartieron el poder de Venezuela a través de un pacto oficial denominado el Pacto de Punto Fijo. Estos dos partidos, Adeco y Copei, durante cuatro décadas se distribuyeron el poder político y las ganancias económicas del petróleo, dejando al pueblo venezolano sumido en la pobreza y garantizándole a USA el acceso al petróleo venezolano (3).

Tampoco le perdona a Venezuela que -junto a Bolivia, Brasil, Ecuador, Cuba o Argentina- esté impulsando por primera vez un profundo proceso de integración e independencia de Latinoamérica de la influencia de Estados Unidos a través de exitosos programas como el Banco del Sur, Unasur, Telesur, operación milagros, etc. y es lo que genera la histeria de los norteamericanos en contra de Chàvez, según explica el propio norteamericano, destacado filósofo y lingüista, Noam Chomsky (4).

Por todo esto es que las principales agencias noticiosas interesadas en desprestigiar la imagen de Chávez (y de Evo morales, Rafael Correa, entre otros) generan verdaderas Telenovelas o culebrones que van entregando capítulo a capítulo.

Y pareciera ser que en los últimos días ha comenzado la emisión de un nuevo capítulo en donde Chile juega un rol protagónico:

En sólo quince días ocurren los siguientes hechos: Los senadores Ignacio Walker (DC) junto a Andrés Alllamand (RN) viajan a Caracas, se reúnen con la oposición venezolana y publican en un periódico venezolano, un artículo en contra de Chávez(5); En Santiago, la DC chilena junto a importantes dirigentes PS y PPD organizan un programa de “capacitación” a 16 altos dirigentes de la oposición venezolana (6); La Internacional Socialista califica al gobierno de Venezuela como una “Dictadura Moderna”, dicha declaración es firmada por el Presidente del PS chileno, Fulvio Rossi, y el ex Presidente del PPD, Sergio Bitar. (7); En declaraciones a El Mercurio, Bitar no sólo reafirma la declaración de la Internacional sino que señala: “debimos alzar antes nuestra voz en contra de Chávez” (8).

Es sospechosa esta conjunción de acciones en tan pocos días y es muy sorprendente la declaración en contra de Chàvez realizada por el PS chileno, cuyas cúpulas sabemos que hace ya varios años abrazaron el neoliberalismo pero hasta ahora habían mantenido ciertas apariencias.

Es cierto que en ocasiones el propio Chávez contribuye bastante a la campaña en su contra, con su estilo tropical y poco reflexivo para referirse a algunos temas y con una actitud de soberbia que lo hace parecer bastante “plomo”.

Es cierto que desde la distancia, y con la información tendenciosamente sesgada y divulgada por las agencias noticiosas de Estados Unidos, pueden no entenderse algunas medidas del gobierno venezolano.

Es cierto que la democracia venezolana debe tener muchas imperfecciones pero no muchas más que un Chile que encarcela mapuche a través de montajes judiciales y que mantiene procesada a una cineasta durante años para luego dejarla sobreseída; O un Chile en el que todos los canales de TV pertenecen a un mismo sector político y en el que todos los periódicos son de propiedad de sólo dos consorcios ligados a la derecha económica.

Entonces que la Internacional Socialista, el PS y PPD califiquen de dictadura al gobierno de Venezuela, que altos dirigentes de la Concertación se unan a la derecha golpista chilena para apoyar la oposición venezolana y no digan nada de lo que está sucediendo en Colombia o en nuestro propio país, pareciera ser algo realmente exagerado.

Salvo que el libreto de la telenovela en contra de Chávez haya obligado a estos actores secundarios (los socialistas chilenos) a realizar este papel, pues los capítulos siguientes contemplan un conflicto bélico de magnitud en medio oriente.

Y que se prevea que dicho conflicto bélico haga escasear la provisión de petróleo debiendo urgentemente asegurar la provisión petrolera desde puntos más cercanos a USA, como es Venezuela, para luego ir tras Evo Morales y del gas Boliviano.

Por tanto, estos capítulos se enmarcarían dentro de una ofensiva para desestabilizar a Chávez, deslegitimando las próximas elecciones parlamentarias de Septiembre, y de esta forma asegurarse del petróleo venezolano.

En definitiva, como en toda telenovela que se precie de tal, tenemos un hijo que se reclama y alguien que finalmente “sale del closet”.

En este caso, hace varios capítulos atrás Venezuela había recuperado a su hijo legítimo (el petróleo) arrebatado por Estados Unidos, que ahora intenta recuperarlo, y para hacerlo, el libretista obliga a salir del closet a los socialistas chilenos.

Por el bien de Latinoamérica, es de esperar que la telenovela venezolana no se transforme en tragedia griega. Aunque estoy seguro que los venezolanos están escribiendo su propio libreto, pues si alguien sabe de telenovelas, son los propios venezolanos.