Las nuevas causas de espionaje que se conocieron en las últimas horas son una base para pedir a los Tribunales la re apertura de la causa. Nunca hubo extinción de delito porque los perfilados en la AFIP y la persecución a periodistas, políticos, jueces, religiosos y empresarios siguieron el mismo ‘modus operandi’ de la Ciudad a la Nación.
Mauricio Macri primero fue Jefe de Gobierno (2007-2015) y luego Presidente de la Nación (2015-2019), y en ambos casos se realizó inteligencia ilegal desde las oficinas a cargo de colaboradores directos.
Por Jorge García
jgarcia@ambito.com.ar
AMBITO.COM
Al conocerse la red de espionaje más grande de los últimos tiempos, en el juzgado federal del joven Federico Villena, surgió una pregunta: ¿Mauricio Macri perdió el derecho a no ser juzgado dos veces por el mismo caso?
Si la causa fue mal cerrada o el beneficiado (Macri) obtuvo el sobreseimiento de manera irregular, habría lugar para discutir “cosa juzgada írrita”.
En aquel expediente intervino el fiscal de la Unidad Especial AMIA, Alberto Nisman y había llegado a la conclusión que en la Ciudad se había montado un sistema de producción de inteligencia ilegal. Pidió varias prisiones, entre ellas las de Jorge “Fino” Palacios y Ciro James.
El primer paso fue dado desde un locutorio. Llamaron a la hija de Sergio Burstein y advirtieron que el teléfono celular de su padre estaba “pinchado”. Una voz masculina dijo: “El teléfono de tu viejo que termina en 3107 lo tiene pinchado el Fino Palacios”.
A partir de la denuncia en sede judicial, en el expediente quedó al descubierto el modus operandi para perseguir a empresarios y familiares del por entonces Jefe de Gobierno, por ejemplo, el marido de Sandra Macri (falleció), Leonardo.
En acción entraron Palacios y el novel Ciro James. Entre la universidad y su contrato en el Ministerio de Educación porteño, a cargo de Mariano Naradowski, James declaró que quería ingresar a la Policía de la Ciudad. Pero en la realidad era el encargado de buscar los casetes con las grabaciones que lograban a través interferencias ordenadas desde un juzgado de Misiones.
Pero con el paso del tiempo la mesa judicial macrista se iba gestando y logrando injerencia en el Poder Judicial y fraguando ardides judiciales. La presidencia en Boca Juniors también ayudó a Macri a captar colaboradores para sus necesidades.
La mesa obtuvo el resultado buscado para el jefe: Mauricio Macri gana las elecciones a presidente en noviembre 2015, asume (diciembre) el poder estando procesado por escuchas I y el 14 de junio de 2016 resulta sobreseído en la causa por en los tribunales. Nadie se sorprendió, la transparencia habitaba la Casa Rosada merced a la tutora Elisa Carrió.
Algo mágico ocurrió en los seis años para que haya un cambio. A continuación, parte de aquel “resuelve” rubricado en 2010 por los camaristas:
VII) CONFIRMAR EL PROCESAMIENTO DE MAURICIO MACRI como “coautor penalmente responsable de los delitos previstos en los Arts. 153 (redacción Ley 23.077), 248 y 293, en una oportunidad, en concurso real con el delito previsto en los Arts. 153 incisos 2° y 4° y 293 del código de fondo, en una oportunidad. Asimismo, ambos concurren materialmente con el delito de asociación ilícita en calidad de miembro, figura prevista en el Art. 210 del Código Penal de la Nación”.
El constitucionalista Gil Domínguez, en una columna publicada en 2014, en el matutino Clarín, expresó: “La acción de nulidad por cosa juzgada írrita es un proceso judicial cuyo objeto consiste en dejar sin efecto una sentencia firme cuando se verifican ciertas situaciones contrarias al principio preambular de ‘afianzar la justicia’”.
En el seguimiento a personas, no sólo ciudadanos argentinos, el macrismo generó un tablero de control también desde la Administración Federal de Ingresos Públicos. Allí se encuentran los datos y perfiles económicos de cada uno. Con la ayuda de empleados infieles al Estado, el grupo extraía detalles de operaciones, contratos, y consumos de quienes quisieran.
En la AFIP tenían el mandato de desapoderar a los accionistas de todos los activos del Grupo Indalo. Un ex secretario de Estado, hoy procesado, acostumbraba a decir “buscate un empleo, eso no va más”.
Escuchas II
El juez Villena comenzó la semana pasada el proceso de notificar a las víctimas de espionajes de la red conducida desde la Agencia Federal de Inteligencia, en la era Macri.
El experto en “trampas” y jefe de pases millonarios de jugadores de fútbol, Gustavo Arribas, y la hoy joyera Silvia Majdalani fueron las personas que Macri eligió y no cambió en los cuatros años de gobierno. Los nombres que aparecen son parte de esta esfera de poder oculto.
De acuerdo al organigrama gubernamental, conocido como mapa de funciones, a diferencia de otras reparticiones, la AFI responde a la Presidencia sin intermediación.
Y los agentes que “trabajaron” y “caminaron” a periodistas, empresarios, religiosos, diputados (oficialistas – opositores) y jueces, respondían a la cúpula de la AFI.
Gabriela Cerruti escribió un libro sobre Macri y este accedió a una entrevista, al pasar dejó una frase muy actual: “En este país todo el mundo escucha, no es grave porque es un delito no carcelable”.
El gobierno de Mauricio Macri y sus adláteres Mariano Federici (UIF) y Laura Alonso (OA) impulsaron la doctrina Irurzun y la cosa juzgada írrita. Con la primera se mantuvieron prisiones preventivas por fuera del respecto a las garantías constitucionales y la segunda para impulsar apertura de causas.
La causa escuchas II está tomando temperatura y la voz de Macri aún no se escuchó. Lo más reciente que se conoce de su vida es que permanece en su quinta Los Abrojos y los posteos de pastelitos por el 25 de mayo. Arribas pidió a su RRPP que haga saber que nunca se hizo inteligencia ilegal.
Los pedidos de eximición de prisión de algunos involucrados en seguimientos, la lista de nuevas víctimas y el paso de figuras por Lomas de Zamora pueden incomodar al hombre que siempre quería saber un poco más.