
Por Igor Vassily. Redacción Chile. Pressenza.com
Hoy nos complace entrevistar a Adolfo Carpio, investigador del Centro de Estudios Humanistas Instituto Tókarev, autor del libro Chile y el mundo en la encrucijada, próximo a publicarse, que será presentado en el X Simposio del Centro Mundial de Estudios Humanistas a celebrarse el 9, 10 y 11 de mayo del 2025.
IV: Buenas noches, Adolfo, bienvenido al programa.
AC: Gracias Igor, un placer estar aquí.
IV: Antes que nada, ¿por qué no nos cuentas un poco de este Simposio donde vas a presentar el libro?
AC: Bueno, como sabes, el Centro Mundial de Estudios Humanistas (CMEH) es uno de los organismos que integran el Movimiento Humanista, basado en la corriente de pensamiento conocido como Nuevo Humanismo Universalista. Las ideas y propuestas de esta corriente de pensamiento están plasmados en Obras Completas de Silo, el fundador de esa corriente. La misión del CMEH se centra en la diseminación de esta visión del ser humano, tanto en ámbitos académicos como también en términos de divulgación, por una parte, y por otra en seguir elaborando, construyendo, ese edificio de ideas y propuestas que surgen de las mencionadas Obras Completas. En ese sentido el Nuevo Humanismo Universalista no es algo cerrado ni acabado, sino abierto y en evolución.
Cada dos años, el CMEH realiza un Simposio mundial que cubre un sinnúmero de temáticas. Lo hace de manera presencial en diferentes puntos del planeta, y de manera virtual de manera que cualquier ciudadano pueda exponer e intercambiar las propuestas que se presentan. El X Simposio Internacional del CMEH se realizará entre el 8 y el 11 de mayo de 2025. El tópico principal en esta ocasión será Utopías en Marcha: Caminos hacia la Nación Humana Universal.
IV: ¿Y cómo podrías resumir qué es el Nuevo Humanismo Universalista?
AC: Pues mira, nosotros postulamos antes que nada la existencia de una sensibilidad humanista, que aparece antes de que se acuñaran conceptos como humanismo. Se trata de una sensibilidad que afirma la importancia del ser humano como valor y preocupación central; la afirmación de la igualdad de todos los seres humanos; el reconocimiento de la diversidad personal y cultural; la tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de lo aceptado o impuesto como verdad absoluta; la afirmación de la libertad de ideas y creencias y el repudio a la violencia.
Esta sensibilidad o actitud se puede rastrear en muchos momentos y lugares en la historia del ser humano, es universal. Por otra parte, y partiendo de esa sensibilidad, se pueden elaborar posturas, corrientes de pensamiento y acción social, acordes con ella.
El Nuevo Humanismo Universalista pretende ser la expresión más actualizada hoy día de esa sensibilidad, y tiene diferencias importantes con otros “humanismos” del siglo pasado tales como el Humanismo Cristiano, el Marxista y el Existencialista.
IV: Muy interesante. Cuéntanos ahora algo acerca de tu libro.
AC: El libro trata acerca del momento histórico en el que nos encontramos, que algunos han caracterizado como de “multi-crisis”, o “meta-crisis”. Se trata de un momento difícil que nosotros, dentro del Nuevo Humanismo Universalista, caracterizamos por su mundialidad, es decir, porque a diferencia de momentos de crisis anteriores, hoy cubre todo el planeta, y por su desestructuración, que se manifiesta a nivel individual por una desorientación creciente, una falta de referencias claras con respecto a qué nos depara el futuro, e incluso lo qué está ocurriendo en el presente. En un marco social e histórico, destacamos esa desestructuración en las consecuencias de la formidable concentración del capital financiero internacional, el avance del neo-irracionalismo, y en general en la caída de creencias y valores que no encuentran reemplazo. Se despliega a nivel social una visión distópica del futuro, y a nivel individual muchas veces un repliegue hacia la intimidad del individuo, desconfianza de los otros, y desorientación en general.
IV: Con respecto a la concentración del capital financiero internacional, Yanis Varoufakis en su libro Tecno-feudalismo, toca ese tema y lo coloca en la perspectiva del capital de la nube. ¿Qué opinión tienes de ese análisis?
AC: Si, Yanis desarrolla su concepción de una etapa post-capitalista, es muy interesante. De todos modos, desde mi punto de vista, ésta etapa sigue estando dentro del marco del capital financiero internacional, al que ahora se le agrega el “capital de la nube”. En última instancia la riqueza de las empresas de la nube, y la de sus dueños, está basada en ese capital especulativo que denuncia el Nuevo Humanismo.
IV: En informes estatales, conferencias de pedagogos, en estudios de la UNESCO, se ha levantado la alarma acerca del creciente analfabetismo funcional. ¿Cómo relacionas estos informes con lo que mencionas del neo-irracionalismo?
AC: Evidentemente un aspecto importante de la crisis se refiere a ese creciente analfabetismo funcional (que está llegando al analfabetismo puro en algunos casos), en detrimento de la capacidad cognitiva, la capacidad de un pensamiento crítico, de individuos y grupos sociales, que tiende a generar una visión cada vez más restringida del mundo, incluso diría mágica, que queda satisfecha con descripciones simplistas a problemas complejos; esto a su vez frecuentemente se expresa como intolerancia, discriminación y violencia en relación a los que piensan distinto.
IV: ¿Entonces qué más dice tu trabajo con respecto a la crisis actual?
AC: Bien, por un lado, intenta encuadrar la crisis dentro de un proceso histórico civilizatorio. En otras palabras, lo encuadra dentro de un “antes” (de dónde venimos) y varios posibles “después”. Por otra parte, sugiere que la visión del Nuevo Humanismo con respecto al fenómeno humano puede ser una clave importante para pasar a otra etapa más evolucionada. El fenómeno humano, la estructura de la existencia humana, no está muy elaborado en las ciencias cognoscitivas ni mucho menos en su aplicación como inteligencia artificial.
IV: Pero de todos modos pareciera que a nivel social el impacto que está teniendo la inteligencia artificial, y los debates que ésta suscita, sugiere un interés social acerca de qué significa “ser humano”. ¿Dónde está el problema desde tu punto de vista?
AC: Sí, efectivamente, se está manifestando ese interés. Pero la mirada que prevalece en este momento en la neurobiología y ciencias afines, y más aún en la tecnología de la inteligencia artificial, es aún muy primitiva a mi modo de ver, con prejuicios cientificistas y reduccionistas, y particularmente deficiente al no tener definido su objeto de estudio.
Eso ha llevado a una mirada del ser humano como una máquina biológica computacional, descartando o minimizando la experiencia del vivir, del soñar, del construir nuevos mundos; de transformarse a sí mismo y a este planeta. En definitiva, se concibe al ser humano como supeditado al “mercado”, o a Dios, o sometido a las leyes naturales. Como si se obviara el hecho de que ha sido el ser humano, y su acumulación histórica, la que ha generado estas maravillas científicas y técnicas.
Pero en el fondo concuerdo contigo. A pesar de que dudo mucho que podamos llegar a una “inteligencia general artificial” (es decir, basada en el silicio en vez de la materia orgánica), las preguntas que se están haciendo, o la dirección que llevan estas investigaciones, nos acercan el tema fundamental de hoy día: la estructura de la existencia del ser humano y lo que ello significa.
IV: ¿Qué visión diferente da el Nuevo Humanismo acerca del ser humano?
AC: La psicología del Nuevo Humanismo, supera el dualismo cartesiano (en realidad, un dualismo planetario que se ha expresado en distintas culturas a lo largo de nuestra historia), utilizando las herramientas y conceptos de la fenomenología, y extendiéndolas, para comprender al ser humano como dotado de una conciencia intencional, capaz de, precisamente, mover su cuerpo “desde adentro” a través del emplazamiento de imágenes en un “espacio de representación”, que corresponde aproximadamente al conjunto de percepciones y representaciones cenestésicas del propio cuerpo. Lo anterior no descarta que se puedan ir correlacionando estos descubrimientos con la ciencia neuro-biológica, en la medida en que ésta avance.
Bueno, esta ensalada de palabras que acabo de proferir merece ser desempacada en sus componentes para poder comprender a cabalidad de qué estamos hablando y porqué decimos que es revolucionaria, pero para eso seguramente no tenemos tiempo hoy y habrá que referirse al libro o preferiblemente a Obras Completas.
IV: Creo que entiendo, ¿pero, qué papel juega ese descubrimiento en la encrucijada en la que nos encontramos?
AC: Fíjate Igor que en las ciencias cognitivas algunos, como por ejemplo el investigador David Chalmers, el profesor de filosofía y ciencias neuronales en la Universidad de Nueva York, ha definido el estudio de la conciencia como “el problema duro de la conciencia”, que es más bien “el problema duro de la ciencia”. Es muy interesante su análisis. Es decir, la revolución científica que arranca a partir de Copérnico y que en buena medida define esta época Moderna e incluso Posmoderna que vivimos, esa revolución se ha encontrado con un tope. Y ese tope se detecta justamente en este período de crisis planetaria. Y coincide con esa minimización, incluso degradación del ser humano que vivimos hoy, como si la gente no contara.
Entonces nos parece que, si queremos pasar a otra etapa, si vamos a construir un mundo nuevo, si necesitamos levantar nuevos valores, esto va a ser posible si nos preguntamos en profundidad quiénes somos y a dónde vamos. Creo que el Nuevo Humanismo Universalista tiene unas cuantas pistas que ofrecer en ese sentido.
IV: Adolfo, te agradezco el haber participado del programa. Me has dado mucho para pensar y tal vez podamos continuar la conversación en otra oportunidad. Pero creo que se nos ha terminado el tiempo y me despido por ahora.
AC: Muchas gracias a ti, Igor.
Redacción Chile
PRESSENZA – Humanismo 2025
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