Rosario es sede de un multitudinario encuentro. 15000 mujeres debaten todo el fin de semana variedad de temas. La fisonomía de Rosario adoptó ayer desde temprano un perfil netamente femenino. Miles de jóvenes y señoras llegaron a la ciudad desde todos los rincones del país para participar del XVIII Encuentro Nacional de Mujeres. Alrededor de 15 mil personas asistieron al acto de apertura, que comenzó cerca del mediodía en el Monumento a la Bandera. Luego de los discursos de bienvenida, la ceremonia terminó a puro baile, piruetas acrobáticas, poesías y canciones. Allí se encontraron piqueteras, integrantes de organizaciones civiles y gremiales, de partidos políticos, de grupos feministas, de artistas y de movimientos de desocupados. En fin, una multitudinaria reunión policlasista de un mismo género.
Luego de la inauguración -el encuentro termina mañana- los contingentes se dividieron para participar de los 44 talleres que funcionaron, desde las 15, en once establecimientos educativos. La temática que comenzaron a tratar va desde la problemática de género, pasando por el trabajo de ama de casa, la salud después de los 50, anticoncepción, trabajadoras sexuales, religión, feminismo, lesbianismo, hasta derechos humanos y desocupación.
En una amplia carpa instalada frente al Monumento unas 50 organizadoras y colaboradoras del evento atendieron ayer a las delegaciones de todo el país que siguieron arribando a Rosario hasta pasado el mediodía. Sin mucha infraestructura anotaban e inscribían a las participantes del encuentro, y a quienes requerían becas de comida o pedían alojamiento.
Pese a estas dificultades, el buen humor fue el común denominador del acto de apertura. Así, desprejuiciadas, las mujeres se mostraron con vinchas, ponchos, sombreros de todo tipo y color, pintadas sobre las caras y hasta con máscaras de cotillón.
Pero no sólo el Monumento estuvo ayer teñido con un fuerte color y aroma femenino. También en el resto de la ciudad pudo observarse el movimiento continuo de mujeres de todo el país.
Decenas de micros transportaban, subían y bajaban a militantes del encuentro en distintas esquinas de la ciudad. La peatonal -como nunca antes- fue la pasarela elegida por féminas de todas las edades y para todos los gustos.
El derecho de elegir
La bienvenida a las visitantes la dieron las 90 organizadoras rosarinas, quienes subieron al atrio del atestado Patio Cívico del Monumento. El grito de «Argentina, Argentina» se impuso rápidamente, mientras se levantaron numerosos carteles por la legalización del aborto y el derecho a la igualdad.
Mónica Lanata fue la encargada de leer el mensaje de las anfitrionas en el que no faltaron reseñas históricas de la ciudad y también pronunciamientos de fuerte contenido político, como el apoyo a la derogación de las leyes del perdón y la oposición al pago de la deuda externa.
Pero fundamentalmente el discurso hizo eje en aquellos derechos femeninos conquistados a lo largo de los años y de la voluntad de avanzar en otros campos, como la legalización del aborto y la igualdad de las condiciones de trabajo.
«Las mujeres hemos sabido parir un movimiento social que nos expresa de mil formas. En nuestros encuentros estamos empeñadas en diseñar nuestro futuro, en contra del abuso, del acoso, de la discriminación y la muerte por abortos clandestinos», leyó Lanata, y arrancó el aplauso de las presentes.
El acto terminó con un desfile de brujas, que evidentemente están decididas a alterar el ritmo de Rosario durante este fin de semana largo.
El encuentro continuará hoy con talleres que seguirán funcionando durante todo el día. A las 18.30, está prevista una marcha feminista que partirá desde bulevar Oroño y Córdoba, irá hasta Pellegrini, Corrientes, Santa Fe, y llegará hasta la plaza San Martín, Moreno y Córdoba. Y a las 22 habrá una peña en el Centro de Expresiones Contemporáneas, Sargento Cabral y el río. Mañana, a las 9, se realizará el acto de cierre en el Monumento, donde se leerán las conclusiones de la cumbre.