
En Pasteur, un remate de Angus y Limangus ratificó la alta demanda por genética de calidad
En Pasteur, un remate de Angus y Limangus ratificó la alta demanda por genética de calidad
El pasado 28 de agosto, la cabaña Fortín Quieto de Pasteur (partido de Lincoln, Buenos Aires) volvió a convertirse en punto de encuentro de la ganadería argentina, en lo que respecta a genética bovina de calidad.
Bajo el martillo de Sáenz Valiente, Bullrich y Cía, salieron a la venta más de 100 toros y 250 vaquillonas de las razas Angus y Limangus, que en total sumaron más de 300 reproductores.
“Fue una experiencia muy positiva, con mucha gente y muy buenos valores para el momento que estamos atravesando”, resumió con satisfacción Julio César Gutiérrez, dueño del establecimiento La Leonor, sede del tradicional remate.
De la genética al engorde a pasto: entre Lincoln y Cañuelas, Angus y Limangus logran un “fortín” productivo
PRECIOS FIRMES Y GENÉTICA DE CALIDAD
Los números acompañaron el entusiasmo: los toros Limangus Puro de Pedigree (PP) se pagaron en promedio $ 12,5 millones, mientras que los Angus y Limangus restantes alcanzaron los $ 5,3 millones.
En hembras, las vaquillonas Limangus rondaron los $ 3 millones, las paridas $ 4,2 millones y las Angus $ 2,4 millones.
“Representan un buen valor en función de la realidad de hoy. Vamos a seguir en esta línea con ambas razas porque debemos aportar buena genética para cubrir las necesidades de los productores argentinos que, a pesar de todo, siguen invirtiendo”, subrayó Gutiérrez en diálogo con Infocampo.
En concreto, los valores promedio para cada categoría vendida fueron los siguientes:
- 27 toros Angus colorados PC: $5.774.074
- 18 toros Angus negros PC: $5.844.444
- 4 toros Limangus PP: $11.375.000
- 47 toros Limangus PC: $5.519.148
- 54 vaquillonas Angus coloradas PC: $2.355.555
- 60 vaquillonas Angus negras PC: $2.356.666
- 19 vaquillonas Limangus PC con cría: $4.178.947
- 96 vaquillonas Limangus PC preñadas: $3.033.333
UNA FIESTA GANADERA EN LINCOLN
En tanto, más allá de los valores, la jornada tuvo el espíritu de una verdadera fiesta de campo. Decenas de productores se dieron cita para participar de un día que incluyó premiaciones, stands de empresas vinculadas al sector y, como no podía faltar, el clásico asado criollo que selló la camaradería.
Con una convocatoria numerosa y precios que respaldan la apuesta por la genética, el remate de Fortín Quieto se consolidó una vez más como referencia en el calendario ganadero de Buenos Aires.
Con información de INFOCAMPO
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