Los chicos que hoy cursan 7º tendrán su diploma y pasarán a 1º de la escolaridad media
Los chicos que hoy cursan 7º tendrán su diploma y pasarán a 1º de la escolaridad media
El año próximo Santa Fe iniciará un proceso de transición para adecuar su estructura escolar a la nueva ley de educación nacional. En el marco de ese proceso, el primer efecto lo sentirán los alumnos que hoy cursan 7º año de la EGB: al terminarlo recibirán su “certificación de primaria” y pasarán a 1º de la secundaria. En cambio, quienes están ahora en 8º pasarán a 9º, y esos dos años se considerarán como el primer ciclo de la escuela media. “Les digo a los papás que se queden totalmente tranquilos: vamos en busca de más y mejor educación, y nadie se va a perjudicar”, prometió ayer la ministra del área, Adriana Cantero.
Tras la sanción de la nueva ley, hace ya casi siete meses, se acordó que los cambios se implementarán de forma progresiva a través de una transición que debe concluir en el 2010.
Así, afirmó Cantero, para esa fecha todo quedará normalizado según el modelo por el que ya optó Santa Fe: un primer tramo de escolaridad primaria de 7 años y otro de secundaria de 5. No todas las provincias eligieron lo mismo: Buenos Aires, por ejemplo, prefirió 6 y 6.
El arranque. Los primeros cambios ya se verán en el 2008. Básicamente, implicarán que los actuales alumnos de 7º año de la EGB teminen allí su primaria y pasen a la secundaria, ahora de cinco años. Y los que hoy cursan 8º (en el futuro, equivalente a primer año de la secundaria) promoverán a 9º.
“La independización del 8º y 9º años tiene que ver con una decisión pedagógico-administrativa, pero la localización se deberá resolver según la situación concreta de cada escuela”, adelantó Cantero.
Según detalló el delegado de la Regional VI, Humberto Cancela, eso significa que muchas escuelas de EGB que tienen 8º y 9º mantendrán esos cursos funcionando en sus edificios, aunque administrativamente pasen a depender de una secundaria. Hay otras posibilidades. Por ejemplo, que se vayan incorporando más cursos del nivel medio en las escuelas primarias con capacidad física para sumarlos.
“Todo se resolverá en función del análisis puntual de cada escuela: de cómo sea su infraestructura, de su capacidad para albergar a más chicos, del mejor modo que se vea para resolver la transición”, tranquilizó la ministra, un proceso que definió como de “extrema complejidad”.
De todos modos, llevó tranquilidad a padres y docentes y prometió que durante la última mitad del año habrá una “segunda etapa de consulta a la comunidad”, considerando como primera al proceso de debate abierto el año pasado, previo a la sanción de la ley nacional. “No vamos a generar nada traumático para los alumnos ni para los docentes”, dijo la ministra.
Y en lo que hace a modificaciones sobre planes de estudio y asignaturas, también habrá tiempo para el debate. Como anticipo, afirmó Cantero, a partir de agosto habrá “seguramente acuerdos de ministros en el Consejo Federal”.
La expectativa del gobierno es consensuar una nueva ley de educación provincial antes del fin de mandato “porque ese ha sido un objetivo de la gestión”. Sin embargo, no será condición necesaria para los cambios, ya “asegurados por el acuerdo federal”.
Amsafé exige un debate participativo
El proceso que se iniciará en las escuelas de la provincia ya tiene en alerta al gremio docente. La secretaria general de la Asociación de Magisterio de Santa Fe (Amsafé), Sonia Alesso, advirtió que “es necesario abrir un importante debate respecto a la implementación de la nueva ley nacional de educación en la provincia, y también para que se adapten a las nuevas realidades”. También remarcó que ya se pidió una reunión a la ministra de Educación, Adriana Cantero, para “discutir las particularidades que tendrá esto”.
En tanto, el titular de la delegación local del gremio, Gustavo Teres, también exigió un “debate abierto y participativo”, pero además llamó a “evitar que se cometan los mismos errores del pasado, como fue la simulación de participación durante el debate de la ley nacional de educación”.
El dirigente destacó que “hay que pensar en un camino diferente y atender a mecanismos de participación genuina”, pero también hizo hincapié en la necesidad tanto de “pensar qué educación se quiere para la provincia” como de “hacer un diagnóstico preciso del estado de la educación actual, que incluya las condiciones edilicias y laborales de los docentes y las de aprendizaje, para así poder determinar un plan de acción que sea aplicable”. Consideró además que la transición “no tiene que afectar ni los derechos de los chicos ni los derechos laborales de los docentes, sino establecer un marco de protección sobre esos derechos”.
El presupuesto fue otra de las cuestiones que puso en juego el delegado local de Amsafé. “Esa es una discusión que hay que tener en cuenta, es necesario saber con qué presupuesto se cuenta para sostener esta ley —continuó Teres—. Hasta acá tenemos presupuestos muy exiguos para demandas que son cada vez mayores. Entonces, si queremos ampliar los niveles de escolarización de los chicos, tenemos que sostener en el tiempo una fuerte política de inversión”.
Abrazo simbólico y más reclamos
Un abrazo simbólico fue la forma con la cual docentes, padres y alumnos de la Escuela Nº 1.372 le exigieron ayer al Ministerio de Educación una “solución urgente” a los problemas eléctricos que tiene el inmueble. Allí concurren 385 alumnos del barrio Tío Rolo.
“Hay instalaciones eléctricas tan precarias que cuando se produce sobrecarga el edificio corre riesgo de incendio”, explicó Viviana Bal, docente del establecimiento.
Los problemas, según recordaron las docentes, tienen más de una década, pero se fueron agravando en los últimos años con las sucesivas ampliaciones realizadas en el edificio de Avellaneda al 7000.
“Los mismos técnicos de construcciones escolares del Ministerio de Educación nos dijeron que la solución era un cableado nuevo y no una térmica, como hicieron ahora. Todo se puede incendiar”, insistió la maestra.
Pero el establecimiento de Tío Rolo no es el único con problemas. En Las Flores, la Escuela Especial 2.097, de Clavel al 7200, está trabajando con turnos reducidos desde hace semanas para que los chicos puedan dar clases con la luz del sol, ya que no tienen energía eléctrica.
Y este panorama se repite en la Escuela Media Nº 472, que funciona en Magnano al 6300, donde el suministro de energía tampoco es regular y los chicos sólo pueden tener actividades hasta las 17, antes que oscurezca.
fuente: Silvina Dezorzi y Eugenia Langone / La Capital