En el Día Internacional de los Derechos Humanos, La Comunidad para el desarrollo humano afirma la necesidad del cumplimiento de los mismos, como así también exige el derecho de todo ser humano a vivir en un mundo no-violento y a preguntarse por el sentido de la vida.
NOTA DE PRENSA
Buenos Aires, 10 de Diciembre de 2010
El ser humano tiene derecho a vivir en un mundo No-violento
y a preguntarse por el Sentido de la Vida.
En el Día Internacional de los Derechos Humanos, La Comunidad para el desarrollo humano afirma la necesidad del cumplimiento de los mismos, como así también exige el derecho de todo ser humano a vivir en un mundo no-violento y a preguntarse por el sentido de la vida.
Es considerable el avance que han tenido en los últimos tiempos algunos derechos. La Comunidad apoya la aprobación de toda ley progresista y/o política en pos del bienestar y la libertad humana. Como demuestran los ejemplos del matrimonio entre personas del mismo sexo, la ley de democratización de los medios de comunicación, los juicios a los represores de la última dictadura, entre otros interesantes progresos.
Sin embargo este mundo esta lleno de violencia e injusticia y no todas las personas gozan de los mismos derechos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, que data del año 1948, afirma el derecho a la salud, el bienestar, la alimentación, la vivienda, la educación, la libertad y la igualdad. Más de 60 años después vivimos en un mundo donde millones de personas mueren de hambre, donde hay gente que no tiene acceso a una vivienda, a la educación o a la salud.
Vivimos en un mundo donde el Ser Humano aun no es libre, y esta sujeto a un sistema cuyo máximo valor es el dinero.
La Comunidad, organismo social y cultural del humanismo, trabaja en la construcción de una cultura No-violenta. Trabaja por un cambio personal y social que libere al ser humano de la violencia y el sufrimiento.
“No creas que hablo de violencia refiriéndome solamente al hecho armado de la guerra, en donde unos hombres destrozan a otros hombres. Esa es una forma de violencia física. Hay una violencia económica: la violencia económica es aquella que te hace explotar a otro; la violencia económica se da cuando robas a otro, cuando ya no eres hermano del otro, sino que eres ave de rapiña para tu hermano. Hay, además, una violencia racial: ¿crees que no ejercitas la violencia cuando persigues a otro que es de una raza diferente a la tuya, crees que no ejerces violencia cuando lo difamas, por ser de una raza diferente a la tuya? Hay una violencia religiosa: ¿crees que no ejercitas la violencia cuando nos das trabajo, o cierras las puertas, o despides a alguien, por no ser de tu misma religión? ¿Crees que no es violencia cercar a aquel que no comulga con tus principios por medio de la difamación; cercarlo en su familia, cercarlo entre su gente querida, porque no comulga con tu religión? Hay otras formas de violencia que son las impuestas por la moral filistea. Tú quieres imponer tu forma de vida a otro, tú debes imponer tu vocación a otro… ¿pero quién te ha dicho que eres un ejemplo que debe seguirse? ¿Quién te ha dicho que puedes imponer una forma de vida porque a ti te place? ¿Dónde está el molde y dónde está el tipo para que tú lo impongas?… He aquí otra forma de violencia. Únicamente puedes acabar con la violencia en ti y en los demás y en el mundo que te rodea, por la fe interna y la meditación interna”, afirma Silo, fundador y guía espiritual del humanismo.
En el Día Internacional de los Derechos Humanos, La Comunidad exige el derecho a vivir en un mundo no-violento y el derecho a preguntarse por el sentido de la vida.
Por ultimo, unas palabras de Silo sobre el sentido de la vida: “¿Dónde hallaremos la solución para hacer retroceder el sufrimiento? Esto lo hallaremos en el sentido de la vida, y no hay reforma ni avance científico que aleje el sufrimiento que da la frustración, el resentimiento, el temor a la muerte, y el temor en general.
El sentido de la vida es una dirección a futuro que da coherencia a la vida, que permite encuadre a sus actividades y que la justifica plenamente. A la luz del sentido aún el dolor en su componente mental y el sufrimiento en general, retroceden y se empequeñecen interpretados como experiencias superables”.
Gabriel Yastrubni
Prensa La Comunidad
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