
China acaba de confirmar una de sus mayores inversiones en energías renovables fuera de Asia.
En el corazón de América Latina, se levantará la planta solar más ambiciosa del continente, con un impacto que irá más allá del medio ambiente: será clave para la política, la economía y la diplomacia regional.
La transición energética global está en marcha, y China quiere liderarla a escala planetaria. En este contexto, una nación latinoamericana se ha convertido en el nuevo eje de su estrategia de inversión solar. Con una obra monumental en curso, que ya se perfila como la más grande de la región, el proyecto no solo traerá energía limpia, sino también un cambio geopolítico que ya está en movimiento.
Nicaragua, el nuevo epicentro solar de China

China ha anunciado que construirá en Nicaragua la planta solar más grande del país y una de las más imponentes de América Latina. La obra, que se desarrollará en el municipio de Nindirí, contará con una inversión de 83 millones de dólares y estará terminada en 2026. Tendrá una capacidad instalada de 70 megavatios y estará a cargo de la empresa estatal China Communications Construction Company Limited (CCCC), en colaboración con la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal).
El objetivo principal del proyecto no es solo suministrar energía a la red eléctrica nacional, sino abastecer al sistema de agua potable y saneamiento del país, haciendo que uno de los sectores más sensibles del bienestar social se vuelva energéticamente autosuficiente y menos dependiente de fuentes contaminantes.
Este acuerdo forma parte de una serie de contratos firmados entre ambos países desde que Nicaragua restableció sus relaciones con China en 2021, tras romper con Taiwán. La firma de un Tratado de Libre Comercio bilateral refuerza aún más esta creciente alianza estratégica.
Una construcción que marcará un antes y un después
El parque solar cubrirá más de 130 hectáreas (187 manzanas) e incluirá la instalación de 112.700 paneles solares, 200 inversores, 20 transformadores y una subestación eléctrica de 230 kilovoltios que se integrará a la red nacional. Estas cifras colocan al proyecto como uno de los más grandes jamás construidos por China fuera de su territorio.
Según el presidente Daniel Ortega, este acuerdo representa “el mejor regalo navideño” que Nicaragua ha recibido en años. Y no es para menos: el proyecto no solo diversifica la matriz energética nacional, sino que consolida a China como actor clave en el futuro económico del país.
Nota original en: GIZMODO