El espacio encabezado por Marcos Cleri arma reunión para mostrar músculo y ventila el nombre de una espada del gobernador como compañía rumbo a la Casa Gris.
Por Agustín Vissio
LETRA P
SANTA FE (Corresponsalía) Mientras el peronismo debate su futuro y busca mantener la unidad con sangre, sudor y lágrimas, la pata cristinista en esta provincia sigue abriéndose paso al interior del partido y ya programó su segundo encuentro para finales de julio. La cabeza del espacio es el diputado Marcos Cleri, quien tiene diálogo con Cristina Fernández de Kirchner y su círculo más íntimo. La relación con el perottismo es estrecha y hasta se mira de reojo a las elecciones de 2023.
Si bien restan algunos detalles, el encuentro del cristinismo santafesino se hará nuevamente en la capital provincial, en un lugar que aún no está definido. Cleri estuvo presente en el plenario de presidentes comunales justicialistas y referentes territoriales que se realizó en la ciudad de Santa Fe y allí se tomó el tiempo para dialogar con distintos sectores, algo que viene haciendo mientras recorre la provincia. En el entorno del diputado nacional rosquean y ventilan una posible fórmula para la Casa Gris encabezada por el referente de La Cámpora y Celia Arena, ministra de Gobierno y una de las espadas del gobernador Omar Perotti.
Volviendo a la próxima reunión, la novedad será la invitación, que aún está por confirmarse, a presidentes y presidentas comunales de la provincia, un sector que le aportaría territorialidad al espacio. A su vez, también participarán quienes dieron el presente en el primer encuentro de abril: sectores sindicales, diferentes expresiones del peronismo que se ven representados y representadas en la figura de la vicepresidenta de la Nación, movimientos sociales, estudiantiles y universitarios, entre otros. Algunas figuras que se destacan son María de los Ángeles Sacnun, Paola Bravo, Jorge Hoffman, secretario general de ATE y Pedro Bayugar, titular del gremio de docentes privados SADOP.
“Vamos a ser el sector de Cristina en Santa Fe y estamos trabajando para eso, así de simple”, le resumió a Letra P una fuente que está en el armado. Si bien la idea es llegar a todo el justicialismo santafesino y mostrar los dientes al interior para poder marcar la cancha, hay espacios a los que le buscará disputar el electorado y otros con quien tejerá alianzas. Una de las “peleas por la atención K”, aunque sin intenciones de confrontar con un discurso belicoso ni discusiones públicas será con el rossismo, espacio que desde hace años se atribuye “ser Cristina en la provincia», pero que hoy está muy alineado con el presidente Alberto Fernández. Agustín Rossi, su máximo exponente, es el jefe de la AFI y ya blanqueó que su precandidato a gobernador será Leandro Busatto.
Con la conformación del espacio, se suma otra caña de pescar en la pecera kirchnerista de la provincia. El anzuelo que se pensó en las altas esferas del cristinismo es la llegada de Máximo Kirchner, que aún no se dio pero sigue en la agenda: el contexto nacional marcará cuándo se concretará la visita del diputado.
Más allá de intentar hacer pie dentro del justicialismo y mostrar el músculo de “ser Cristina en la provincia”, aseguran que en la plana nacional se está haciendo todo lo posible para sostener el Frente de Todos y robustecerlo para 2023. Aquí coinciden con el rossismo. La idea, que hoy parece lejana, es la unidad sin fuego amigo. “Lo que pase en la Nación bajará en cascada”, explican y esperan la jugada de la vicepresidenta.
La construcción del espacio propio tiene como correlato la buena relación y los guiños políticos entre el kirchnerismo y Omar Perotti. El vínculo entre Cristina Fernández y el gobernador santafesino hoy se encuentra en un buen momento y responde a un pragmatismo político que viene desde hace años. El rafaelino llega a sectores que no se encuentran en el núcleo duro del cristinismo y eso aporta un plus. Mientras el mandatario santafesino baraja las cartas para su futuro político y el de su espacio, el «nuevo kirchnerismo» se mueve y también trabaja mirando el año próximo. En tiempos de negociación todos tiran de la cuerda para ver hasta qué punto pueden marcar la cancha.