Otra desopilante película de Emir Kusturica (Tiempos de gitanos; Undergraund; Papá se fue en un viaje de negocios; Gato negro, gato blanco) para reírnos y reflexionar sobre el amor, la guerra, la política y otros matices más que tiene nuestra vida de cada día.
Calificación: * * * * Otra desopilante película de Emir Kusturica (Tiempos de gitanos; Undergraund; Papá se fue en un viaje de negocios; Gato negro, gato blanco) para reírnos y reflexionar sobre el amor, la guerra, la política y otros matices más que tiene nuestra vida de cada día.
Por Anabel Donnet para Rosarinos.com
Cuando uno se predispone a ver una película de este director que ama la música (y por eso lo tuvimos este año en el Anfiteatro Municipal), ya sabe de antemano que verá la vertiginosidad hecha cine. Relatos lejanos que no son ni típicamente europeos, ni estadounidenses, ni orientales sino consecuencia de ese sector del mapamundi en constante guerra y quiebres políticos: Serbia, ex Yugoslavia, Croacia, Belgrado… (donde actualmente Kusturica está filmando una película con nuestro recuperado Número Diez, Maradona.)
Pero también sabe que no verá una sola historia sino más bien una multiplicidad de relaciones que se bifurcan y enredan entre sí haciendo que nada cobre mayor importancia que el resto. Una igualdad de existencias tratando de convivir en determinado tiempo y espacio. Como la vida misma que va y viene, y uno nunca puede adelantarse al destino que lo espera a la vuelta de la esquina.
Pero a pesar de esto podríamos suponer que LUKA (Etavko Stimac) es el protagonista. Él toca la flauta en la banda local. Está casado con una actriz en deterioro que quiere seguir cantando ópera a pesar de hacer karaoke. Y tiene un hijo que quiere ser el Maradona de Belgrado.
Luka sigue soñando con la revolución y con el despliegue de su país a través de la construcción de las vías ferroviarias. Por eso se va a vivir, y arrastra a su familia consigo que no quiere saber nada con establecerse en ese lugar alejado del ruido de las canchas o de los aplausos del público masivo, en una deshabitada estación de ferrocarril que está en la cima de una montaña (el paisaje es una belleza).
Él es un amante de la vida. Sonríe y tiene paciencia. Perdona y cree en el otro.
Todo está bien para él.. a pesar de que todo está pésimo. Se aproxima una guerra. Su esposa lo abandona por otro. Su hijo debe enrolarse y su líder político es asesinado.
¿Los conflictos acaban con toda alegría o magnifica los pocos momentos de felicidad que existen?
Lujuria, desencuentros, mafias, falsedad, violencia, fusilamientos de cuerpos y de ideas son algunos de los puntos con los cuales juega esta vez -como siempre- Kusturica. Su estética no ha cambiado para nada . Tal vez se nos ha vuelto un poco más romántico, sentimental, y creyente de que la unión hace la paz.
Pero, a pesar de esto, el delirio sigue siendo una constante.
Hay una mula que está enferma de amor y por eso está estaqueada en las vías esperando que, por fin, pase un tren y la atropelle. Hay muchos animales conviviendo con los seres humanos. Hasta está el famoso gato blanco y negro comiéndose las rodajas de pan y manteca conjuntamente con una chica musulmana. Una rubia bella que conquistará a nuestro protagonista simplemente porque los chantajes políticos lo llevaron a toparse con ella.
Estamos en tiempo de bombardeos y su hijo es prisionero. La rubia, creyó, le funcionaría como carnada para recuperar a la sangre de su sangre.
El amor todo lo puede. Mueve montañas y nos hace olvidar que la muerte está explotando a 10 kilómetros de distancia.
La risa todo lo puede. Nos hace saltar entre esas montañas que movimos, entre los árboles otoñales, y entre las cascadas de agua pura que siempre existieron y a veces nos olvidamos.
La libertad todo lo puede. Nos hace redescubrir la frescura del juego, del baile, de la liberación ininterrumpida de nuestras pulsiones.
Somos verdaderamente humanos cuando nos damos el tiempo necesario para experimentar cada una de estas facetas, a pesar de que otros humanos se hayan encargado de crear la bomba atómica.
Y esta película podría ser el regalo de unos 155 minutos de divertida reflexión sobre lo que somos y lo que hacemos cada vez que decimos “sí quiero”.
La vida es un milagro Título original: Zivot Je Cudo Género: Comedia romántica Dirección: Emir Kusturica Guión: Emir Kusturica, Ranko Bozic Interpretes: Slavko Stimac, Natasa Solak, Vesna Trivalic, Vuk Kostic, Aleksandra Bercek, Tribor Kusturica, Nikola Kojo Fotografía: Michel Amathie Música: Emir Kusturica, Dejan Sparavalo Montaje: Svetolik Zaul Origen: Francia – Serbia Montenegro (2004) Duración: 155 minutos Calificación: Apta para mayores de 13 años Web: http://www.lifeisamiracle-themovie.com Horarios: El Cairo 17:00 y 22:10 hs. |