Día del Periodista, Nada que Festejar.
Un relevamiento del SIPREBA revela que un 78% de los periodistas considera que la libertad de expresión “empeoró” desde que asumió Milei. Y un 22% afirma haber recibido en los últimos meses amenazas de las fuerzas de seguridad.
Datos que reafirman que este 7 de junio de 2024 no hay nada para festejar.
Por: Miguel Di Spalatro / ARBIA
Nada que festejar es la consigna que este año unifica los actos conmemorativos del día del periodista. El lema tiene sentido. Expone la realidad que hoy atraviesa a los trabajadores de prensa que, en un 76%, se encuentran por debajo de la línea de pobreza, según un relevamiento realizado en el AMBA por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA).
Los gremios adheridos a la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), realizarán este viernes actividades en todo el país para denunciar la precarización laboral del sector, en defensa de la libertad de expresión y el derecho a la información y contra el cierre y privatización de los medios públicos.
Desde el primer día de mandato, el gobierno de Javier Milei viene atentando contra la libertad de expresión y el derecho a la comunicación, entendido como un derecho humano, tal cual lo expresa la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual 26522, sancionada tras años de debates y movilizaciones con amplia participación de los más diversos sectores de la sociedad argentina.
“Los ataques del gobierno nacional no tienen precedentes. Javier Milei agrede a periodistas críticos, fomenta un clima de odio contra nuestro oficio y toma decisiones que afectan al derecho a la información y a la libertad de expresión como el intento de cierre de la Agencia pública de noticias y publicidad Télam, el ahogo de medios autogestivos mediante el recorte de planes de fomento o la eliminación de la pauta publicitaria pública, medida que también afecta la situación financiera adversa de los medios privados”, denuncia SIPREBA.
Provincia adentro, en pequeñas, medianas o grandes ciudades, el periodismo cumple históricamente un rol muy diferente al de los periodistas estrella de los canales monopólicos o los editorialistas de medios nacionales.
Existe un periodismo de cercanía, preocupado en dar a conocer las novedades que importan a la sociedad a la que pertenecen. Radios AM y FM, páginas Web, canales de Tv de baja potencia y algunos periódicos en papel que aún resisten, se ocupan diariamente de dar voz a dirigentes y vecinos.
Esos medios están unidos en la Asociación de Radiodifusoras Bonaerenses y del Interior de la República Argentina (ARBIA). Su presidente es el marplatense, Osvaldo Francés, que este 7 de junio, le dijo a PolíticayMedios: “Este es un gobierno que esta haciendo todo el daño posible a la velocidad de la luz. Hay mucho odio, mucha bronca del presidente y sus funcionarios hacia todo aquel que piensa distinto. Un gobierno que logra superávit no pagando nada a nadie. En el caso de los medios de arraigo local, la suspensión de la pauta publicitaria nacional, más la falta de ventas en los negocios por la recesión, significa, en muchos casos, tener que dejar de emitir porque no se puede pagar ni la luz”.
Daniel Juárez es periodista en Cacharí, un pueblo de 2600 habitantes a 250 kilómetros de la Capital Federal. Años atrás, obtuvo una licencia para su radio, FM Memphis, que desde el 3 de julio de 1995, transmite, en el 96.5 del dial para la zona urbana y rural. “La situación es caótica. Sinceramente es para bajar la persiana de la radio. Es imposible sostenerla por los costos: un 300% el aumento de la de la factura de electricidad”, le contó Juárez a PolíticayMedios. “De 17.000, en tres meses se fue a 58.000. Y lo mismo con todos los servicios. Es insostenible para un medio de comunicación legalizado y ordenado. Ni hablar de poder dar trabajo”, agrega.
En las ciudades pequeñas, si la dirigencia política no entiende el valor de un medio de comunicación y se lo sostiene con el reparto equitativo de la pauta publicitaria oficial, es muy difícil que pueda mantenerse solo con la publicidad privada que está limitada a los pequeños negocios de proximidad. Las grandes marcas no anuncian en pequeños medios de localidades también pequeñas. Por eso es lamentable que el Concejo Deliberante de Azul -partido al que pertenece Cacharí- con la nueva presidencia de Juan Louge, esté realizando un reparto discrecional “entre medios amigos” de la pauta publicitaria de ese cuerpo, dejando sin publicidad a quienes piensan distinto.
«La labor periodística nos lleva a generar siempre algunos conflictos, a veces leves y otro que se transforman en situaciones difíciles, en una comunidad chica eso se potencia mucho más. Pero tengo la plena convicción que siempre lo hice con total honestidad», sostiene Juárez.
Julio Fernández es parte de la cooperativa que hoy gestiona la radio más antigua del centro de la provincia: LU10 Radio Azul: “Yo soy parte de una radio que va camino a los 75 años y que siempre ha tenido, por ejemplo, servicio informativo”, explicó el hombre a esre medio.
“El contexto es muy difícil, no solo en lo económico y financiero (que también lo es), sino en la reformulación que tenemos que hacer para seguir cumpliendo nuestra función social, mientras que cada vez somos más pauperizados. Las radios de CABA están permanentemente con medidas de fuerza por parte de locutores y técnicos y eso no ocurre en las radios de los pueblos porque siempre hemos resignado salarios priorizando el servicio por sobre cualquier medida de fuerza”, explicó Fernández, una de las voces periodísticas más reconocidas de la ciudad.
En los años 90, cuando Carlos Menem gobernaba la Argentina, se produjo una fuerte concentración con el ingreso de capitales extranjeros. El mapa de medios quedó entonces en pocas manos y con muchos periodistas despedidos.
Los canales de TV por cable en lugar de pagar sueldos para generas sus contenidos, comenzaron a vender sus espacios y entones quienes antes trabajaban en relación de dependencia debieron salir a vender publicidad para mantenerse en la pantalla. Este sistema de precarización laboral se mantiene hasta hoy. “El derecho que se pierde con un DNU, para recupéralo pasan después muchos años”, aseguró Osvaldo Francés. Y completó: “¿Quién puede dudar del prestigio de la BBC de Londres? ¿Quién puede dudar del prestigio de Télam? Solamente aquel que quiere perjudicar lo estatal, aquel que quiere desentenderse de los derechos que tienen los ciudadanos. Nosotros defendemos que haya libertad de expresión, somos del sector privado de la comunicación, pero sostenemos que los Estados deben tener sus propios medios de comunicación. Quien no puede pagar un cable tiene derecho a ver televisión. Ahí cumple una función muy importante la Televisión Digital Abierta (TDA) y los medios públicos como Canal 7 y Radio Nacional, que con su red de emisoras llega a lugares remotos del país”.
Daniel Juárez cree que este es un momento límite: “En el corto plazo van a desaparecer muchos medios de comunicación, en especial radios. Porque la radio tiene costos operativos más caros. La comunicación se está destruyendo con las políticas que se iniciaron a partir de diciembre del año pasado”. “Ponemos mucho para que, por ejemplo, las comunidades tengan medios de comunicación. Hablo de los que están hechos como nosotros, cooperativos, o en otras empresas que tienen a algún aporte familiar, o tienen también el acompañamiento de la gente que siempre ha trabajado en esto”, agregó Julio Fernández.
Y dijo: “Pero la situación es muy, muy compleja, muy, muy difícil. Y creo que también tiene que ver con los tiempos que corren respecto a cómo se informa la gente, de qué manera le llega la información, qué quiere hacer con la información, qué creen que es la Información. O si alcanzan a discernir que es o qué no es una información confiable”.
“Se paraliza la producción, se paraliza el capital, se paraliza el flujo de dinero y además la mentira del superávit. El gobierno consiguió superávit no pagando nada a nadie. Solamente a los medios de comunicación de todo el país les está adeudando 20 mil millones. Es muy difícil que este gobierno entienda que la comunicación y la libertad de expresión es un derecho humano consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en otros tratados internacionales y regionales”, reflexionó Francés.
La encuesta del SIPREBA revela que un 78% de los periodistas considera que la libertad de expresión “empeoró” desde que asumió Milei. Y un 22% afirma haber recibido en los últimos meses amenazas de las fuerzas de seguridad. Datos que reafirman que este 7 de junio no hay nada para festejar.
Extravagante gobierno el que proclama la libertad amordazando periodistas.