Washington. — El presidente estadounidense, Barack Obama, prometió cambiar radicalmente el rumbo de la política exterior de Washington y las relaciones con Rusia se presentan fundamentales en este nuevo giro diplomático.
Según publicó el diario británico The Times, la Casa Blanca está preparando el plan más ambicioso de negociación directa con el Kremlin de los últimos años, en el que Obama proyecta convocar una reunión con Moscú con el objetivo de conseguir una reducción del 80% de los respectivos arsenales nucleares. Según el periódico británico, este movimiento de fichas entre Estados Unidos y Rusia puede cambiar.
El diario indicó que el presidente estadounidense quiere firmar con las autoridades rusas una reducción en el número de cabezas nucleares de 5.000 a 1.000 por cada país. Asimismo, Obama establecerá en la Casa Blanca una oficina de no proliferación nuclear que se encargará de las negociaciones con el Kremlin.
Al frente de las negociaciones estará la nueva secretaria de Estado, Hillary Clinton, y de la oficina especial suena el nombre de Gary Samore, que trabajó con Bill Clinton en cuestiones de no proliferación nuclear. Según cuenta el Times, Obama estaría dispuesto a revisar el plan del escudo antimisiles para facilitar las negociaciones.
Escudo antimisiles. Rusia relaciona la reducción de los arsenales nucleares que planea proponerle el gobierno de Obama con el problema del escudo antimisiles que Washington se propone instalar en Europa, según ha informado un alto funcionario ruso. «Las posibles iniciativas norteamericanas de reducción de potenciales nucleares hay que tratarlas con mucha prudencia, pues los asuntos de limitación de las armas estratégicas ofensivas están estrechamente vinculados con la problemática de la defensa antimisiles», dijo el alto cargo ruso.
Añadió que «las informaciones de The Times no suponen sorpresa, pues en Moscú ya se recibieron señales de Washington al respecto a nivel extraoficial». Este nuevo pacto que busca Obama con Rusia supondría una nueva diferencia de su administración con respecto a la de su antecesor, George W. Bush, y su proyecto de escudo antimisiles, que incluye la instalación de misiles interceptores en Polonia y de un radar en la República Checa.
Moscú se opone radicalmente a este proyecto, que considera una provocación, sobre todo porque supone tener misiles estadounidenses a tiro de piedra de sus fronteras. Como respuesta, y como forma de presión a Obama, Rusia anunció que iba a instalar misiles tácticos tipo Iskander en el enclave de Kaliningrado, territorio ruso dentro de Polonia.
Tratado Start. Obama se comprometió a dar prioridad durante su presidencia al desarme nuclear. Por eso su objetivo es sustituir el tratado sobre reducción de armas estratégicas (Start) que negociaron Estados Unidos y la entonces la Unión Soviética en 1991 y que expira en diciembre. En virtud de ese pacto, las dos potencias redujeron sus respectivos arsenales de 10.000 a 5.000 ojivas. Según manifestó ayer el viceministro del Exterior, Grigori Karassin, Rusia ve en los nuevos planes de desarme de Obama una «fresca e importante señal». Por su parte, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, mostró su disposición de colaborar con la nueva administración para encontrar una política común de defensa en Europa.
Fuente: La Capital