El hallazgo dará pie a nuevas interpretaciones sobre la materia que conforma el universo. Se cierra un capítulo de la Física y se abre uno nuevo en la comprensión de las partículas elementales, afirman los expertos.
El hallazgo dará pie a nuevas interpretaciones sobre la materia que conforma el universo. Pocos dudan de que se haya abierto el camino hacia una nueva Física. Se abre una nueva era de la Física: se cierra un capítulo de la Física y se abre uno nuevo en la comprensión de las partículas elementales, afirman los expertos.
Pressenza Madrid, 09/07/12, Por Ernesto H. De Casas
Tras confirmarse que existe una partícula –muy diminuta y esquiva – responsable de que el resto tengan masa, quizás aporte también pistas a otros fenómenos expuestos al debate, como esa materia oscura que vaga por el universo y que se desconoce. «Hay un 22% aproximadamente de materia oscura que conforma el universo. Pero, ¿qué aporta?, ¿cuál es su origen?», se preguntan los expertos.
Revisemos: Todo aquello que podemos definir con mayor o menor soltura – planetas, exoplanetas, galaxias, etc. – apenas supondría un mero 4% del total del universo. Lo que se confirma con el importante hallazgo del bosón de Higgs, que por fin explicaría por qué las partículas adquirieron masa tras el Big Bang y revelaría, además, por qué el universo es tal como lo conocemos.
Ahora bien: ¿qué hay del 96% restante? ¿Qué sucede exactamente con ese conglomerado de (llamado) materia oscura de un mero 22%? Además de la llamada energía oscura que es de un 74%, que está por ahí pero no la podemos ver. Poco menos que increíble, supera toda ciencia ficción… Así es que los esfuerzos de la comunidad científica se dirigen ahora a buscar (y encontrar) respuestas.
En lo que referente al conocimiento del universo, los científicos están un poco como nosotros, los legos en el tema. Esta materia oscura, que podría ser de 22% del cosmos, se puede definir como aquello que no sabemos, ni vemos, pero que creemos que está ahí. Nos dicen que desconocemos la composición de la mayor parte del universo, aunque sabemos de su densidad gracias a los satélites, pero poco más, explican expertos en imágenes del telescopio espacial Hubble.
Además, si no se descubre de qué esta formada esta materia, la hegemonía de las teorías de Einstein se desbaratan, aunque antes hay que recopilar el mayor número de evidencias científicas posibles para descartar ese caso. Se debe medir todo con precisión para confirmar, o no, las teorías vigentes.
El interés por descubrir las partículas «oscuras» no sólo es del CERN (Centro Europeo de Investigación Nuclear) que, después de dar con bosón de Higgs, busca crear ahora materia oscura a través del Gran Acelerador de Hadrones (LHC). Lo es también de la Agencia Espacial Europea (ESA). Hace dos semanas, esta agencia, anunció el futuro proyecto Euclides, con el que quiere poner en órbita un telescopio más potente que el Hubble para 2020, el que pueda recoger imágenes y datos sobre todo ese material desconocido que está por ahí fuera…
Con la colaboración de la NASA, Euclides irá equipado con un telescopio de 1,2 metros de diámetro y podrá generar un mapa tridimensional de la distribución del universo de hasta dos mil millones de galaxias, así como de la materia oscura que contienen.
Al inimaginable.
El proyecto apunta a recopilar datos de todo el cosmos a lo largo de seis años. Se intentará reproducir un tercio del universo en tres dimensiones y descubriremos cómo han cambiado las diferentes estructuras cósmicas, nos explican.
Volviendo sobre el tema de la ‘oscuridad’ nos dicen que tras el Big Bang, la energía oscura fue la responsable de que el universo se expandiera hasta hoy. Y es sumamente misteriosa: genera el gran interrogante de la física del siglo XXI, pues lo lógico es pensar que esa expansión se desacelere por efecto de la gravedad; pero sucede lo contrario: el universo se expande cada vez con mayor rapidez (¡!). Y de la energía oscura se desconoce literalmente todo, no se tiene la menor idea de qué tipo de mecanismo la genera ni de dónde sale.
Algunas hipótesis hablan de que estaría relacionada con una constante cosmológica muy pequeña, pero no nula como se creía hasta ahora. Entender la energía oscura supondría entender mejor cómo se formó nuestro universo, admiten los científico, quienes con optimismo sostienen que en una década podremos contar con información interesante sobre el origen. Un futuro esperanzador.