La piel es el espejo de nuestra vida. Sometida a diferentes factores como el ciclo hormonal, el estrés, los cambios de estación o el paso del tiempo, la piel necesita tratamientos diarios que se adapten a sus necesidades y cubran sus carencias. Aprende cómo cuidarla para que te veas radiante ¡toda la vida! Durante el invierno, esos cuidados diarios se deben acentuar para proteger la piel de todas las condiciones externas que la “amenazan”.
Consejos que resultarán muy útiles en esta tarea diaria:
La exposición al frío, vientos, o ambientes muy calefaccionados, provoca que la piel se deshidrate, con aparición de grietes y fisuras. Además, del clima típico de la estación, la piel se ve afectada por el llamado “estrés del invierno” producto de la falta de sol y vida al aire libre. Estos factores hacen que
la piel se reseque mucho más en invierno que en verano.
Hidratar – Como vimos, esta época del año contribuye a deshidratar notoriamente la piel. Por eso, es fundamental, durante los meses de frío, colocar cremas hidratantes y beber agua (hábito que solemos dejar de lado en invierno, porque tenemos menos sed) dado que la piel lo necesita más.
Utilización de protector solar – No se debe dejar de usar protección durante el invierno. A diferencia de los rayos UVB, que son los que broncean y los más intensos en verano, los UVA (presentes en invierno) no generan síntomas visibles inmediatos, pero actúan todo el año con la misma intensidad. Su efecto es acumulativo y deja secuelas irreversibles de manchas y envejecimiento prematuro. Una buena forma de incorporar protección en invierno, es utilizar maquillajes y cremas con filtros solares incorporados.
Cuidar manos y labios – La piel de las manos es más fina y contiene menos glándulas sebáceas por lo tanto tiene tendencia a resecarse. Para protegerla es muy útil aplicar crema de manos varias veces por día y salir a la calle con guantes. Por su parte, debemos proteger los labios con bálsamos o acondicionadores.
Evitar los baños calientes – Bañarse en agua muy caliente hace que se eliminen los lípidos naturales de la piel encargados de mantener la humedad y la hidratación. Por lo tanto, es mejor bañarse en agua tibia y usar cremas humectantes luego de la ducha.
Dieta equilibrada – Es importante que la alimentación sea sana y variada. Además, se debe tomar mucho líquido.
Limpieza, el punto de partida – Así como nos lavamos los dientes de manera metódica y casi automática, la limpieza profunda de la piel debería ser un hábito más de cada día. De esta manera, eliminamos las células muertas y contaminantes.
Hábitos para una piel sana
– Realizar el ABC del cuidado diario de la piel: limpieza, tonificación y humectación. En ese mismo orden.
– Usar cremas con filtro solar durante todo el año.
– Sacar el maquillaje antes de ir a dormir.
– Alimentarse con una dieta sana y equilibrada.
– Tomar agua, jugos naturales o infusiones.
– No fumar.
– Dormir bien.
– Hacer actividad física.
– Consultar al dermatólogo periódicamente.
Producción: Mercedes Banegas
Afrodita: Mujer – Amor – Belleza
Diosa de la Mitología Griega del Amor y la Belleza