Entre el trabajo y los hijos… mucha paciencia se necesita. Es un problema cuando ambos padres trabajan y los chicos no lo ven por muchas horas Entre el trabajo y los hijos… mucha paciencia se necesita.
¿Qué hacer ante esta situación?
Una ayuda – clave está en “el tiempo compartido”, y aún más la “calidad” del mismo. Muchos psicólogos sostienen que la calidad del momento con papá y mamá debe ahondar en lo afectivo (besos, mimos, diálogos personales, piel y calor de mamá como de papá) que le aportan el color vital de la famosa sociabilización inicial en familia.
Otra ayuda importante, si los nenes son mayorcitos, la “explicación de la importancia del trabajo de los padres”, siempre acorde a estos valores: verdad – sinceridad – responsabilidad – gratificación y detallando que el tiempo laboral no los aleja de ellos sino que es una necesidad para realizar beneficios para la familia.
La madre que trabaja sabe muy bien sobre las inquietudes de sus hijos, se organiza en base de ellos y realmente los administra de manera eficaz. Es muy necesario que entre los padres, se comuniquen y se distribuyan ese hermoso “tiempo de calidad- afectividad” para el buen desarrollo emocional de nuestros niños.
¿Se puede realizar esta estrategia?
Si bien es conocido que “en cada familia un mundo”, en cada familia se puede lograr un tiempo compartido.
¿Cuándo? ¿Dónde?
En la mañana, al desayunar, en los saludos y abrazos, y en la noche, antes de acostarse. Son dos buenos ejemplos de tiempo compartidos con calidad. Con suerte en las comidas (almuerzo –cena) o en las meriendas. Durante el fin de semana es lo ideal para reforzar esos lazos afectivos. Cada persona conoce y maneja sus horarios para lograr ese precioso tiempo compartido con su familia (El deseo moviliza y nos hace actuar en pos de ese bien deseado).
¿Cuánto tiempo?
¿Se puede medir un tiempo de calidad? No se puede pero como un dato valioso: durante el día, de una manera simple y directa, nunca menos de dos horas entre papá y mamá. Esto no es nada más que un comentario más que siempre debe estar apoyado con mucha paciencia. Pues en ese tiempo de calidad son para nuestros hijos (apagar el Cel. La PC, bajar el volumen de la tele, radio, el tel., en fin poner todos nuestros sentidos para ellos). Al principio se sienten un poco extraños pero después se apropian de cada segundo “de estar con papá o mamá”.
«Es, la paciencia, la condición capital para la asunción de cualquier arte,» dice Jaime Barylko. «El amor la requiere con urgencia»
Y…en los casos pocos típicos (que siempre los hay) los otros miembros de la familia ( abuelos, tíos, primos, etc.) pueden colaborar para propiciar estos momento únicos en pos de nuestros niños.
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Ana María Córdoba
Dni 13667245