La extorsión de los fondos inversores y las condiciones para un pacto social son algunos de los ejes de una declaración de la Corriente Federal de Trabajadores titulada “No queremos ninguna dominación, queremos vivir con lo nuestro”, elaborada por la CFT al conmemorarse el 204 aniversario de la independencia Argentina el pasado 9 de Julio 2020.
Tras sostener la razonabilidad de las propuestas del Gobierno en las negociaciones con los fondos acreedores, el comunicado señala:
En julio de 1816 se declaraba en Tucumán la Independencia de las “Provincias Unidas en Sud América”, de los reyes de España, su metrópoli “y de toda otra dominación extranjera”, consolidando el proceso para constituirnos en Nación.
Al mismo tiempo, y aprovechando la ventaja de hegemonizar la primera revolución industrial, Gran Bretaña expandía mediante el comercio de su producción su objetivo imperial sobre nuestro continente. Potenció así la vieja forma de dominación de quien puede vender, comprar y prestar imponiendo los precios de los productos que trae, de las materias primas que compra para volver a colocarlas como productos elaborados y de las divisas que presta para financiar al comprador.
La fertilidad de nuestro suelo –de todas y todos–, permitió primero el surgimiento de una poderosa clase terrateniente ganadera que asociada a ese intercambio desigual acumuló grandes fortunas, luego el desarrollo de la agricultura. Argentina exportaba carne y productos derivados, sumando granos para alimentar a los obreros de la primera potencia industrial, mientras adquiría los productos que elaboraban.
Los empréstitos y la riqueza acumulada por los socios locales de esa mercantilización de la economía, en base al patrimonio común de los argentinos, nunca sirvieron para que el país industrializara su producción ni se distribuyeron como corresponde.
LA DEUDA FINANCIERA PRONTO NOS CONDICIONÓ
El primer préstamo formal al Estado fue el de Baring Brothers a la Provincia de Buenos Aires. Supuestamente para obras de infraestructura que nunca se concretaron. Fue en realidad a financiar las ventas de los comerciantes ingleses y requisito explícito del reconocimiento de nuestra Independencia.
Punto de partida del endeudamiento externo de nuestra Argentina. Sirvió para consolidar una alianza primero con los comerciantes locales, pronto con los terratenientes ganaderos, erigidos en oligarquía, desarrollando el complejo agroexportador con que se alimentó a los trabajadores ingleses, de otros países industrializados y a las tropas británicas en las guerras mundiales.
NECESIDAD DE INDEPENDENCIA ECONÓMICA
Recién en 1947 el primer Gobierno de Juan Domingo Perón pudo rescatar el total del endeudamiento externo y terminar de pagar el empréstito de la Baring Brothers, en cumplimiento del objetivo de su Primer Plan Quinquenal que decía “aspiramos a una liberación absoluta de todo colonialismo económico, que rescate al país de la dependencia de las finanzas foráneas”.
Por lo mismo, el 9 de julio de ese año, se declaró la Independencia Económica de nuestro país. Sólo con ella sería posible, lo mismo hoy, incrementar la producción nacional mediante la industrialización y la incorporación de tecnología, realizar la Justicia Social mediante una distribución equitativa de la riqueza y consolidar una Democracia sin exclusiones.
NO PODEMOS IGNORAR NUESTRA HISTORIA
Ni las potencias angloparlantes, ni la oligarquía, ni las grandes corporaciones empresarias pudieron aceptar esa nueva realidad. Su reacción se concretó con el golpe militar de septiembre de 1955.
La Dictadura que sobrevino tomó como una de sus principales medidas la de vincular al país al Fondo Monetario Internacional, comenzando un imparable ciclo de endeudamiento que volvió a complicar nuestros anhelos de independencia real.
Entre 1958 y 1983, ninguno de los gobiernos electos bajo elecciones, con el Peronismo proscripto hasta 1973, terminó su mandato. Fueron interrumpidos por sucesivos golpes militares en beneficio de la oligarquía y el complejo agroexportador. Todos intentaron obsesivamente derogar los derechos laborales y todos fueron resistidos por los sectores más dinámicos y coherentes del movimiento sindical.
El último fue la brutal tiranía genocida impuesta con el golpe militar del 24 de marzo de 1976 que, con los mismos beneficiarios, implementó las más crudas e inviables recetas neoliberales, desindustrializando al país, destruyendo cientos de miles de puestos de trabajo, acrecentando la deuda externa para sostener un esquema económico inviable.
Con la recuperación de la democracia a partir de 1983 cesaron los golpes militares, pero no la extorsión de los centros de poder financiero internacional que los reemplazaron –en combinación con sus poderosos socios locales– por los denominados golpes de mercado.
Los sucesivos gobiernos constitucionales aceptaron sus condicionamientos, se impusieron políticas neoliberales y sobrevino el quebranto de 2001.
En esa instancia sólo la fortaleza, las convicciones, la experiencia del Pueblo Argentino permitieron sostener la democracia y alcanzar en el Gobierno de Néstor Kirchner un camino efectivo para comenzar a liberarnos de los condicionamientos de la deuda y la usura, recuperando un camino de desarrollo con Justicia Social.
Como era de esperar, nuevamente hubo una fuerte reacción de los socios locales, fundamentalmente un sector agroexportador diversificado, asociado a los principales conglomerados empresarios.
A pesar de la fenomenal recuperación política del Movimiento Nacional y Popular durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, esos sectores –por primera vez desde 1910–, lograron alcanzar por la vía electoral y sin fraude el gobierno en 2015, con la Alianza Cambiemos.
Lo lograron haciendo pie en errores en el desarrollo de las alianzas sociales y políticas necesarias para sostener el proyecto nacional sin exclusiones iniciado en 2003, o para encarar las reformas de segunda generación necesarias en materia financiera, tributaria, definición de la matriz productiva y regulación del comercio exterior, imprescindibles para superar los límites de nuestras posibilidades de desarrollo.
No podemos ignorar nuestra historia. Por ello, la Corriente Federal de Trabajadores desde un primer momento resistió las tropelías del Gobierno de Mauricio Macri, bregó permanentemente por la unidad del movimiento sindical que sigue imprudentemente postergada y por la articulación, superando mezquindades, de un frente, político y SOCIAL que permitiera superar esa situación. Así participamos de la construcción del Frente de Todos, para consagrar a Alberto Fernández como Presidente de la Nación y a Cristina Kirchner como Vicepresidenta.
ANTE LA EXTORSIÓN
El Gobierno de Macri, ya sabemos, NOS DEJÓ EN CRISIS, en el contexto de una situación mundial desfavorable.
El fenomenal endeudamiento que nos impuso hoy nos condiciona, a pesar de las propuestas más que razonables del Gobierno del Presidente Alberto Fernández a los principales acreedores.
Estos, en su momento, asumieron el riesgo de sostener un esquema económico que sabían inviable. La extorsión de los principales Fondos de Inversión, que persiste por estas horas, es inadmisible y obstaculiza la superación de la crisis potenciada por el fenomenal impacto mundial de la pandemia Covid-19.
Esa extorsión, también destinada a demorar la adopción de reformas que son urgentes, va acompañada por abiertas o sutiles presiones de grandes conglomerados empresarios beneficiados por el gobierno anterior, por la agitación promovida desde el macrismo y otros sectores de la Alianza Cambiemos.
Esas mismas empresas, como los grandes formadores de precios, siguen inconmovibles, participando del juego especulativo que continúa en el sector financiero. En muchas hay participación accionaria directa de los fondos acreedores. Por ello:
CREEMOS NECESARIO SEÑALAR
• El acierto del Gobierno Nacional en su política sanitaria y de asistencia económica a las familias y empresas frente al Covid-19. Todas las proyecciones mundiales lo confirman. Se manifiesta en vidas humanas.
• La economía neoliberal, de “mercado”, como se expresa en la actividad sanitaria, no tiene respuesta frente a una crisis económica y social de esta magnitud. El COVID-19 ha puesto al desnudo, con incontestables evidencias científicas, las consecuencias de formas de producción basadas en más de doscientos años de saqueo de la naturaleza, de depredación del medio ambiente. Insistir en la valorización no productiva del capital, donde es más importante crear valor para acrecentar la riqueza de los menos que abastecer de alimentos, bienes y servicios indispensables al alcance de todos, es suicida.
• Los Estados Nacionales constituyen la única posibilidad de respuesta organizada a la pandemia y la crisis, aún con años de sufrir ¨la deconstrucción¨ de casi medio siglo de políticas neoliberales.
• Esta realidad viene a confirmar lo que ya sabíamos: la necesidad de importantes e impostergables reformas del propio Estado, de la matriz productiva, de los sistemas tributario y financiero, de los servicios públicos, de la seguridad social –salud y previsión–, sin olvidar la promoción de un nuevo paradigma empresario para que la economía esté al servicio del hombre.
NECESIDAD y CONDICIONES DEL PACTO SOCIAL
El Frente de Todos, del que participamos, fundamentó en su momento la necesidad de un Pacto Social, que nosotros propiciamos señalando la histórica posición sindical de que no puede estar restringido a un simple acuerdo de precios y salarios.
Siempre sostuvimos que ese pacto necesita debatirse atendiendo previamente cuestiones fundamentales:
• ningún habitante de nuestro país puede pasar hambre, los alimentos suficientes deben garantizarse a todos;
• ninguno puede carecer de medicamentos y atención a la salud;
• por necesidad de las familias, pero también de la economía productiva, los trabajadores afectados por la pérdida del poder adquisitivo en la mayoría de las actividades y los jubilados han de obtener una reparación;
• el acceso a la educación (en cuarentena es más evidente la desigualdad).
Son situaciones que hoy tienen atención estatal, pero no resueltas. Hay angustia, aún desesperación, en los argentinos que ya tenían una situación precaria, a pesar de los acertados hechos del gobierno.
En ese sentido, sin desconocer limitaciones, creemos que no son suficientes las medidas adoptadas en relación al precio de los alimentos y prestación de los servicios públicos.
Y no creemos acertadas medidas como las adoptadas en relación a las jubilaciones o el fraccionamiento del aguinaldo, en ciertos casos la rebaja de las remuneraciones, o el auxilio a grandes conglomerados empresarios que habitualmente participan de la fuga de capitales y están en condiciones de cubrir la emergencia con recursos propios. Lo han sido sin considerar la posición de los trabajadores, mientras se posterga el tratamiento de las contribuciones de las grandes fortunas en esta emergencia u otras reformas urgentes como la financiera.
Se remitirá próximamente al Congreso el proyecto para la creación de un Consejo Económico y Social, cuya urgencia es hacer realidad el pacto aludido, en el que han de tener un necesario protagonismo los trabajadores, tanto de la economía formal como de la economía popular, los pequeños y medianos empresarios de la industria, el agro y el comercio, el cooperativismo, sin exclusiones.
Es también requisito previo que han hacerse cargo y responder en la medida de sus abultadas rentas, entre otros:
• quienes hicieron negocios en abierto conflicto de intereses por el que deben responder a la justicia;
• los profugadores de capitales y evasores de impuestos beneficiarios del blanqueo otorgado por el Gobierno de Macri, quienes han de responder por las deudas que tienen con nuestra sociedad a pesar de sus subterfugios;
• los oligopolios formadores de precios y remarcadores seriales que han de responder por sus excesos;
• los beneficiarios de la especulación financiera.
VIVIR CON LO NUESTRO
Asimismo, para poder VIVIR CON LO NUESTRO deben, con urgencia, considerarse las reformas a las que ya aludimos: tributaria, financiera, la regulación del comercio exterior, de la matriz productiva que contemple la protección del medio ambiente, el empleo y la defensa del trabajo argentino, la recuperación del camino de la integración regional, teniendo en cuenta la nueva realidad mundial tras el impacto del COVID-19 y la revolución tecnológica en curso.
Sabemos que para estos objetivos es necesario consolidar, perfeccionar y ampliar la política de alianzas que posibilitó el Frente de Todos, articulación que no puede limitarse a las circunstancias electorales.
Es inexcusable dar participación previa a la adopción de decisiones a los trabajadores y a otros sectores que actuaron siempre en la defensa del interés nacional, cuando muchos, por acción, omisión o interés propio acompañaron medidas contrarias al mismo.
Por ello también volvemos a convocar a la unidad sin exclusiones del Movimiento Sindical en la CGT, con participación de sus Delegaciones Regionales, su Plenario de Secretarios Generales, y su Comité Central Confederal, pues no podemos correr el riesgo de que se ponga en duda su representatividad en los difíciles momentos que se avecinan. Si pueden sesionar el Senado y la Cámara de Diputados, también pueden, con los debidos recaudos, sesionar los ámbitos orgánicos de nuestra central sindical.
Finalmente advertimos a las corporaciones financieras y al Fondo Monetario Internacional que tienen la inexcusable responsabilidad del prestamista que sabe que el prestatario no podrá responder en tiempo y forma.
No es que han incurrido en un error, una vez más han ejecutado una estrategia criminal y colonialista para someter a la economía argentina.
Por lo que exigimos, a ellos y a sus asociados locales, que cesen en el intento y en sus extorsiones, pues estaremos con el Pueblo Trabajador en la oposición por todos los medios a la imposición de acuerdos que comprometan el trabajo, la alimentación, el abastecimiento de bienes y servicios para una vida digna de los habitantes de nuestra Patria.
No es que como trabajadores pongamos condiciones. Sólo se trata de que TODOS pongamos en primer lugar el interés nacional asumiendo las cargas proporcionalmente a las reales posibilidades y responsabilidades que tenemos, ante la conmoción mundial que atravesamos.
Que quede claro, no queremos ninguna dominación, queremos vivir con lo nuestro, con la misma determinación de quienes declararon la Independencia, cruzaron Los Andes, liberaron Chile y Perú sabiendo que la Patria Grande es imprescindible, resistieron Dictaduras, asumieron y asumen el ejercicio de la Soberanía Popular.
9 de julio de 2020
CORRIENTE FEDERAL DE TRABAJADORES