El Pino Histórico de San Lorenzo está agonizando. El granizo del temporal de Octubre lo lastimó "lo horadó, le liquidó la circulación de la savia y corre serio riesgo de secarse"…
El Pino Histórico de San Lorenzo está agonizando. El granizo del temporal del 21 y 22 de octubre último "con piedras del tamaño de huevos de gallina, lo horadó, le liquidó la circulación de la savia y corre serio riesgo de secarse.
Sólo le queda un sector con una masa verde, que es la única esperanza que tenemos de que sobreviva. Por ahora sólo nos resta esperar cómo evoluciona, aunque convocamos a la gente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario para que nos asista", contó afligido Aníbal Fernández, director del Complejo Museológico local, creador del Museo de Arboles Históricos y encargado del árbol patrimonial desde 1978.
El funcionario se lamentó que el hijuelo del histórico directamente se secó a raíz de la pedrada y "era una alternativa para salvar al padre, a través de un injerto puente, que funciona como una especie de transfusión de savia. Pero los dos corren la misma suerte. Sólo nos queda esperar", repetía y se lamentaba ayer Fernández, el fiel custodio del pino de más de 200 años.
Pero los daños del temporal no se limitaron a esta especie a su hijuelo. También arrasó con una docena de hijos legítimos que se estaban preparando para entregar en 2013 a entidades, como las asociaciones sanmartinianas, bajo la tutela —en general— de los municipios. Asimismo, arrancó de raíz dos ejemplares de tilo y un hijo de un ciprés y destruyó los fondos de la huerta del Convento San Carlos.
Ubicado sobre avenida San Martín al 1300 (ruta nacional Nº 11), entre Belgrano y Avenida del Combate, fue declarado Arbol Histórico por decreto del Ejecutivo Nacional Nº 3038 del 30 de enero de 1946.
Es un pinus pinea o pino piñonero (de la costa del mar Mediterráneo) que fue transportado en barco desde Europa cuando era una plantuela o plantado de semilla por los frailes franciscanos al instalarse en la zona hacia el año 1790 aproximadamente. Fue implantado en la zona de huerta del convento y destinado a la obtención de piñas cuyo fruto, el piñón, se usaba en confituras de panificación. La edad se estima en más de doscientos años.
Luego de finalizado el Combate de San Lorenzo, 3 de febrero de 1813, el pino brindo reparo del caluroso sol del verano al general José de San Martín. A su sombra dictó el parte de batalla a su ayudante, el teniente Mariano Necochea.
Actualmente está circundado por una verja de hierro construida en 1904 por orden del ministro de Guerra Pablo Riccheri. La situación del árbol hacia mediados del siglo pasado preocupó a las autoridades nacionales, que en 1955 encomendaron al científico japonés Miyamoto Katsusaburo la tarea de su conservación. Logró hacerlo reverdecer aplicándole una hormona vegetal de su descubrimiento, denominada auxina.
La Capital