Es gracias a una bacteria, se trata de un fenómeno totalmente inesperado
Reyes y emperadores tenían a sueldo a decenas de expertos químicos en el pasado.
Su objetivo era convertir la materia en oro, es decir, lograr la tan ansiada transmutación. En un mundo en el que la economía del país estaba marcada por sus reservas de oro, esto podría ser la clave para la riqueza absoluta de aquellos que lograran un éxito de este estilo. Sin embargo, estas prácticas jamás lograron crear oro y es algo que siempre se ha considerado pseudocientífico con motivos más que fundados para ello.
Tecnología
Ahora, una bacteria, conocida como Cupriavidus metallidurans ha sido capaz de convertir metales pesados en oro, lo que supone un giro importantísimo en lo que conocíamos hasta ahora de la biomineralización. Además, puede abrir nuevas vías de investigación, como el reciclaje del oro de nuestros smartphones, sobre todo aquellos que están hechos completamente de oro
El sueño de los alquimistas
Un artículo científico publicado en la prestigiosa revista Metallomics de la Royal Society of Chemistry, un equipo de químicos ha encontrado algo sorprendente en la bacteria Cupriavidus metallidurans. Se trata de una bacteria presente en el medio y que es capaz de procesar compuestos tóxicos de metales pesados, reduciéndolos a nanopartículas de oro dando lugar así a un proceso que se conoce como biomineralización.
La biomineralización hasta ahora no era ningún secreto, se sabe que los microorganismos tienen un papel fundamental a la hora de crear nuevos depósitos minerales, pero hasta ahora no se había conocido a ninguno capaz de transformar metales pesados y compuestos tóxicos de oro y cobre para reducirlos en oro tal y como lo conocemos.
En esto juega un papel fundamental la enzima CopA, que oxida el cobre y el oro para evitar que acabe con la bacteria. Así, finalmente los elimina y permite la generación de estos depósitos en la naturaleza. No es la única vía de formación de este pesado metal, pero sí que es una manera en la que la naturaleza reacciona en sus distintas formas para dar lugar a la creación de este tipo de materiales.
Se trata así, de un importante hito en el conocimiento que tenemos sobre este tipo de partículas y de cómo se relacionan con el medio.
Resumiendo estos aspectos tan interesantes:
- La bacteria conocida como Cupriavidus metallidurans puede procesar compuestos tóxicos de oro y cobre, reduciéndolos a nanopartículas de oro.
- Esta bacteria utiliza la enzima CopA para oxidar el cobre y el oro, evitando la acumulación tóxica de estos metales en su sistema.
- Este proceso contribuye a la formación de depósitos de oro en la naturaleza, destacando el rol de los microorganismos en la biomineralización.
- El estudio nos ayuda a comprender de manera más profunda cómo algunos organismos pueden sobrevivir y prosperar en ambientes extremos ricos en metales.
Esto no es solamente un hito a la hora de entender cómo se forma el oro en nuestro planeta gracias a la biomineralización. La cuestión no se detiene en este punto, sino que en realidad también nos permite buscar nuevas vías para entender una nueva forma de minería más ética y sostenible a lo largo del tiempo que no termine drenando para siempre los recursos de nuestro planeta.
Además, nos presenta una manera muy interesante de entender cómo se puede formar vida en lugares aparentemente hostiles. Aquellos planetas en los que se respiran metales pesados podrían tener bacterias de estilos muy similares que hayan prosperado a lo largo de millones de años. Sentando un precedente muy interesante sobre si la vida se puede abrir camino en entornos que para nosotros son realmente hostiles.