Central mereció ganar ante San Martín, pero la falta de contundencia lo dejó con las manos vacías. Gran frustración y toda la bronca por no haber podido cumplir con el objetivo de volver a primera
Central mereció más ante San Martín, pero otra vez su falta de contundencia lo obligó a quedarse con las manos vacías, una gran frustración y toda la bronca por no haber podido cumplir con el objetivo trazado: el retorno a primera.
El Loncho Ferrari disputa el balón con un rival
Frustración, desencanto y desilusión son algunas de las sensaciones que vive por estas horas el hincha de Central, que vio como su equipo, que tenía todo para quedarse con una victoria ante San Martín de San Juan que lo devolviera a primera divsión, se quedó sin nada. Con las manos vacías, el corazón en la mano y el alma en pena. Es que Central no pudo con sus propias limitaciones, porque cuando más necesitaba sacar a relucir su rebeldía, al equipo le faltó ese temple necesario para imponerse en la adversidad y sacar adelante una situación en la que se metió sólo faltando un par de partidos para el cierre del torneo.
Al final fue un 0 a 0 que lo terminó condenando a estar un nuevo año en la B Nacional, una categoría que para los hinhcas y para el club le queda chica, pero que para varios de los protagonistas que estuvieron en la cancha tal vez sea lo que mejor se ajuste a ellos.
Es que el canalla dejó pasar otra chance inmejorable para ascender, porque, aún sin ser muy superior a su rival, a lo largo de los 180 minutos ante los sanjuaninos tuvo chances para ganarlo, pero por impericia, falta de contundencia o falta de determinación se quedó con las manos vacías y toda la bronca por el objetivo no cumplido.
Es cierto que los canallas fueron y buscaron hasta el último minuto, pese a la inferioridad numérica por la infantil expulsión de Alderete cuando todavía faltaba una eternidad, pero con amor propio y corazón más que un equipo con ideas y con fútbol siguió buscando hasta los instantes finales.
Pero el canalla se quedó sin nafta en el momento menos recomendable, en los últimos partidos del torneo y en la promoción, justo cuando se definen las cosas importantes.
Atrás quedó la búsqueda y el empuje de los jugadores, las chances desperdiciadas de Toledo y Castillejos en ambos partidos y la buena tarea del arquero Ardente en el arco de los sanjuaninos para entender la tristeza y el dolor de los hinchas canallas que pensaron que ahora sí estaban dadas las condiciones para que el ascenso fuera posible.
También la mejora en la imagen que mostró en el primer partido de la promoci´n ante los sanjuaninos en el Gigante.
Al fin, un equipo que en el tramo final de la competencia logró un punto sobre 12 en juego en el torneo y que de los últimos seis partidos sólo cosechó tres empates y tres derrotas, es más que probable que no pueda ascender.
Por todo esto es que Central chocó otra vez contra la misma piedra y se quedó sin nada. Es que necesitaba ganar, pero al igual que le pasó en los últimos cinco partidos, no pudo plasmar en el arco rival la superioridad que mostró en la cancha y lo terminó pagando muy caro. Por eso ahora al pueblo canalla sólo le queda la frustración, el desconsuelo y el desencanto por tener que transitar otro año más en esta dura y competitiva B Nacional.
Ovación / La Capital