Central perdió con el empate. Sumó un punto pero restó dos. Si perdía nadie hubiera podido quejarse. Si ganaba era demasiado premio. Si vencía con la reacción del final no hubiese sido objetable porque tuvo chances. La mezcla de sensaciones pintan de la mejor manera el presente canalla. Las dudas se acrecientan y por eso Central está como está. Central perdió con el empate. Sumó un punto pero restó dos. Si perdía nadie hubiera podido quejarse. Si ganaba era demasiado premio. Si se comía tres goles en el primer tiempo no era descabellado. Si vencía con la reacción del final no hubiese sido objetable porque tuvo chances. La mezcla de sensaciones pintan de la mejor manera el presente canalla. Las dudas se acrecientan y por eso Central está como está.
Andrés Díaz volvió con un gol. |
Huracán de Tres Arroyos lo arrinconó de entrada. Sí, un equipo casi descendido lo desnudó en un primer tiempo para el olvido. Y si el canalla lo terminó con una ventaja sólo se debió a la falta de contundencia local y a una acción ofensiva aislada. Las manos de Ojeda salvaron a los auriazules de un papelón. Después, el gol inesperado de Andrés Díaz cambió la historia. Esa que podía haber continuado si a la diferencia de dos goles Central la hubiera podido defender durante algunos minutos y no desaprovecharla en menos de sesenta segundos, tal como le había pasado en aquel último minuto del partido ante Vélez. Como también la hubiese escrito si aprovechaba el hombre de más antes de sufrir el empate y cuando reaccionó, bastante tarde por cierto.
¿Dónde está el gran problema de funcionamiento auriazul? En el mediocampo. Ahí donde la pelota busca quien la maneje dictaminando su destino. Huracán la trató mejor en el amanecer del partido y ella se sintió a gusto. Salvo que no quiso entrar en el arco que defendía Ojeda. Si hasta el travesaño y los palos se encargaron de negarle el paso a la red.
Los pies del paraguayo López Rojas buscaban llevarla con precisión cada vez que Iván Dragojevich iniciaba el recorrido. También aparecía Gabriel González para acompañarlos hasta el área, ahí donde Caggiano complicó siempre pese a no estar afilado. Ellos podían porque Central no aparecía. Fallaba la contención, la creación y el despliegue. Las acciones del juego se fueron sucediendo de manera que sólo se veía llegar un gol de Huracán en aquel primer tiempo que los auriazules deberán observar con tranquilidad en un video para no repetirlo ante un rival con más oficio, como seguramente será Colón, el próximo domingo.
Cinco llegadas claras y el penal atajado por Ojeda marcaban la diferencia de actitud y protagonismo favorable a los tresarroyenses, en la mejor producción de ellos en el torneo. Pero el gol de Andrés Díaz cambió todo para el complemento. Ni hablar el de Villa en el amanecer de esa segunda mitad. Claro, ya estaba. Quién podía imaginar otra cosa que una goleada canalla aprovechando el juego de contraataque. Sin embargo, un minuto dio por tierra con esta seguridad. Vannieuwenhoven acortó distancia y reanimó a los anfitriones. Y allá fueron por el empate.
Una, dos, tres veces hasta que Caggiano lo encontró con un cabezazo, a tres minutos de la expulsión de Aguirre que Central no supo aprovechar. El 2 a 2 no les servía de mucho a ninguno. Y el partido fue de golpe y golpe. Los canallas llegaban mejor armados pero fallaron increíblemente en el área y lo pagaron al no poder quebrar la paridad. Así, las ilusiones de pelear por más se siguen esfumando para Central. Y lo que es peor, la culpa es propia por no reencontrarse, por no reaccionar a tiempo.
Javier Parenti
Peligro por desaciertos
Si hubiesen entrado el cabezazo de Villa, o el remate de Alemanno, o el de Tito que desvió el arquero en esos pasajes intensos que se jugaron entre los 77′ y los 83′, o el de Ruben en tiempo de descuento, otra hubiese sido la historia. Pero… si en la primera mitad el travesaño no hubiese devuelto el remate de González (5′), si Ojeda no le tapaba abajo con una mano a Caggiano (11′), si el arquero canalla elegía el otro palo en el penal (18′), si González aprovechaba un regalito de Raldes (20′), si la base del palo izquierdo hubiese rebotado la pelota hacia adentro tras un remate de Imhoff (30′), y si Ojeda no le ganaba abajo a Caggiano a los 44′, también otra sería la lectura del encuentro. Como también pudo verse en la etapa final, cuando se lo perdieron Natalicchio (6′) y Caggiano (10′ y 26′). O en esa pelota que Andrés Díaz no se animó a patear al arco (28′). Es que hubo muchas jugadas de gol, claro que la mayoría por desaciertos.
«Nos faltó reaccionar antes»
Papa pelea por la posesión del balón con Di Croce. |
El entrenador canalla Angel Zof dijo además que el empate ante el Globo fue justo
«Cuando nos pusimos 2-0 pensé, ahora el equipo se serena y listo. Pero no aguantamos ni un minuto y ellos se pusieron a tiro y eso los animó a buscar el empate, que por como se dio el partido lo creo justo», aceptó el entrenador auriazul don Angel Tulio Zof al iniciar el análisis rápido que Central igualó 2 a 2 en Tres Arroyos ante el anfitrión Huracán.
«En el inicio nos superaron. ¿Por qué? Nadie puede saber bien a qué se debe. Uno siempre intenta y no siempre se dan las cosas. En este caso creo que fue mérito del rival. Tuvimos problemas en la contención y me parece que por ahí pasa la clave», reconoció el veterano técnico auriazul.
Y de inmediato agregó: «Nos soltamos tarde, nos faltó reaccionar antes. Por eso buscamos con distintas fórmulas y sobre el final lamentablemente fallamos en la definición. Ya está, se nos escapó un triunfo que nos hacía falta para seguir prendidos, será cuestión de seguir trabajando y sumar la mayor cantidad posible hasta el final. Vamos a pelearla, cada fecha se hace más difícil pero todo está muy parejo».
Papa no dramatiza
Por su parte, el volante izquierdo Emiliano Papa señaló que «no hay que dramatizar. El fútbol es así. Hoy (ayer) nosotros desaprovechamos las oportunidades que tuvimos para liquidarlo después de estar siempre en ventaja, sin jugar bien, pero dejando todo por buscar el triunfo. Tenemos que seguir trabajando para reencontrar el nivel y seguir peleando arriba».
Por otro lado, el goleador casildense Emanuel Villa reconoció que «nos quedamos con la bronca lógica de no poder aprovechar los resultados que se venían dando en la fecha (derrotas de Estudiantes y River) para descontar y acercarnos a la punta. Igual creo que el resultado es justo. Hubo muchas situaciones de gol para cada equipo y el juego fue muy cambiante, aunque las más claras fueron nuestras en el segundo tiempo. No entraron y listo».
«Ya está, ahora debemos pensar en volver en dos años»
En Tres Arroyos la gente ya acepta que el descenso es un hecho consumado
En Tres Arroyos ya piensa en la B Nacional. |
«Ya está. Sabíamos que esto iba a ser así, ahora debemos disfrutar de los últimos partidos en primera y pensar en volver con todo en dos años». La reflexión pertenece a Sergio, el mozo del café Sorti pero es prácticamente la misma que la de todos los tresarroyenses.
Huracán está casi descendido sólo gracias a la matemática del promedio, en el razonamiento general ya es cosa juzgada. «A principios de torneo se sabía que era contratar jugadores de renombre para poder pelearla con más armas o acondicionar la cancha Se eligió esto último y por eso en lo deportivo no pudimos evitar el descenso», explicó Antonio mientras manejaba su taxi desde la terminal de ómnibus al hotel.
«En este caso no todo es tan negativo. Adquirimos experiencia en primera y el club no se endeudó como les pasa a muchos que se marean al llegar a lo máximo del fútbol nacional. Al plantel no se le debe nada, acondicionamos la cancha, supimos lo que significa jugar frente a Boca, River y todos los grandes. Si la dirigencia se sigue manejando así en dos años volveremos a primera de otra manera y con otras aspiraciones», sostiene Cristián, conserje del hotel Alfil.
«Se nos dio todo demasiado rápido. Se puede decir que en tres años subimos del Torneo Argentino a primera, saltamos muy rápido las etapas y eso nos jugó en contra», aceptó Julio al vender el diario «La voz del pueblo», tras lo que confió que «todo Tres Arroyos apoyó a Huracán, hasta los simpatizantes de Quilmes, que acá son la contra de cuando sólo se jugaba la liga local. Como toda experiencia, esto nos deja cosas positivas. Ahora debemos procesarlas y seguir de la misma manera en la B Nacional. Mientras tanto vamos a tratar de terminar lo mejor posible las fechas que quedan del Clausura», concluyó Ernesto, el kiosquero, dejando en claro el pensamiento instalado en esta ciudad de 60.000 habitantes.
Ayer llegó Central, la semana próxima Racing y así se irán acabando los partidos de primera. El promedio marcará cuándo se confirmará el descenso, pero la razón ya dio su veredicto y todos lo toman sin dramas.
Jugando para el enemigo
Ahora los canallas deben tratar de asegurar un lugar en la Sudamericana
Villa le gana en el salto a Natalicchio. |
Que no queden dudas: Central jugó para sus rivales, cuando ellos lo hicieron para los auriazules. Aunque suene inexplicable, así es. Lo marca cómo quedaron las posiciones, cómo se repartieron los puntos en una 13ª fecha por demás de rara. No es la primera vez que este equipo desaprovecha posibilidades. Por eso se puede decir que prácticamente los dirigidos por Zof se bajaron solos de la pelea por el título.
El punto que rescataron no sirve demasiado: apenas para sumar y seguir en un quinto puesto que asoma como insuperable. Central dejó dos puntos en el camino que lo hubieran acomodado ahí nomás de la punta, a dos puntos de Vélez y Racing, a uno de Estudiantes y uno por encima de River. Claro, sin ellos quedó a cuatro de los líderes, a tres del escolta y a uno de los millonarios.
A esta altura del torneo no se pueden dar este tipo de ventajas. Cuando la oportunidad está, hay que abrazarse a ella con todo. Hoy Central no aparece preparado para hacerlo. Sólo así se entiende que reaccionara tan tarde desde lo futbolístico en un encuentro que merecía perder y ganaba por esas cosas raras del fútbol.
Claro que también muchos pueden decir que todavía se puede. Desde lo numérico, es cierto, pero no en la consideración del juego desplegado. Por eso, en estos casos es preferible pensar en lo seguro para que eso no escape. Y si después las chances se mantienen, aspirar a más. ¿Qué es lo seguro? La cercanía de la clasificación para la Copa Sudamericana. Es que tiene 6 puntos de ventaja sobre Banfield, Colón y Lanús. Y precisamente la próxima cita será el domingo en el Gigante ante los sabaleros.
Por eso, Central debe seguir buscando su fútbol. El que le permitió llevarse un punto de Tres Arroyos sólo por las limitaciones de Huracán. Esa unidad con gusto a muy poco y que no sirvió de mucho.
Variantes que no fueron solución
Las variantes fueron muchas pero no cambiaron casi nada. De los cinco cambios que presentó Central para jugar ante Huracán sólo pudieron rescatarse el regreso de Andrés Díaz en buen nivel y con gol incluido, más algunas corridas de Alemanno. Nada más, y eso es muy poco. La contracara fue la presencia de Mauro Monges, quien parece empecinarse en desaprovechar la confianza que el cuerpo técnico le tiene depositada. Su salida era previsible en la segunda parte del partido, cuando Zof unió en el medio a Ledesma con Borzani
Fuente: diario La Capital – Foto: Gustavo de los Ríos