Se trata de un conflicto que tuvo tres períodos de paros, el último de casi siete meses, que incluso derivó en la renuncia del entonces intendente Gerardo Carlucci, quien había sido electo en 1999 y no llegó a terminar su mandato.
Si bien las cifras a pagar deberán ser actualizadas a través de una pericia, y el Estado local tiene aún el pedido de apelación, se cree que el monto podría rondar entre el millón y medio y los dos millones de pesos, más las costas destinadas al patrocinio legal.
Tres períodos. El fallo tiene la particularidad de dividir la demanda en tres períodos diferentes donde se sucedieron los paros, que tuvieron como denominador común el atraso salarial.
En los dos primeros, los tres integrantes de la Cámara fallaron por unanimidad dando lugar al recurso y condenando al municipio a pagar los haberes, mientras que en el último segmento, el más prolongado de todo el conflicto, dos de los tres integrantes votaron a favor del reclamo, y el otro camarista lo hizo en disidencia.
Mal momento. Este nuevo revés judicial cayó como un balde de agua fría en la administración local, que por estos días no está pasando su mejor momento financiero, con una importante deuda a proveedores y a poco de producirse cambios en el gabinete.
Entre los argumentos de los demandantes se citan las deudas reconocidas e incorporadas en las actas acuerdo que en su momento incluyeron la mediación tanto de la provincia como de la Pastoral Social: “Nosotros le dimos todas las oportunidades al intendente Fabián Varela de acordar un plan de pago, pero no nos escucharon” sostuvo Ignacio Monzón, secretario general del gremio municipal, quien agregó: “En los dos primeros pagos, Carlucci se comprometió a abonar y reconoció la deuda, pero no cumplió; después vino Varela y dijo que los días pagados eran los días trabajados, por eso los compañeros pasaron a la vía judicial”, refiriéndose de esta manera a la decisión de 139 empleados de recurrir a la Justicia y entablar la demanda, que cuenta con este fallo a favor y ya provocó un pedido de informes en el Concejo que se trata en comisión.
Años de reclamos. En el primer período de los reclamos se refiere al atraso salarial de julio a diciembre de 2000, que derivó en una huelga iniciada en agosto de ese año.
Una vez reintegrado el personal, además de mantener parte de la deuda, la Municipalidad se atrasó en el pago de los haberes de una parte del sueldo de enero de 2001 y de marzo, abril y junio de 2002 desatándose así otra huelga, que en la demanda es considerada en el segundo período del reclamo.
El tercer período tiene que ver con el atraso salarial de parte de octubre de 2001 y noviembre lo que derivó en una huelga que se inició en diciembre de ese año y concluyó recién en julio de 2002 cuando ya el entonces intendente Carlucci había renunciado y Varela había resultado electo.
Los camaristas Marcelo López Marull, Alejandro Andrada y Clara Rescia de De la Horra, en primer lugar y por unanimidad dieron lugar a la demanda, los tres dispusieron el pago de lo reclamado en los dos primeros períodos y sólo López Marull votó en disidencia en el tercero de los reclamos, al cual los otros dieron lugar.
Largo conflicto. En 1999, y después de que el gobierno de Jorge Obeid dispusiera la intervención del municipio, a causa del desorden imperante en la administración del justicialista Joaquín Do Brito, la Unión Cívica Radical logró llegar a la Intendencia bermudense de la mano de Gerardo Carlucci.
A poco de transitar su gobierno, rebaja de salarios mediante, comenzaron los choques con el gremio municipal y no tardó en iniciarse un conflicto laboral que, con el correr del tiempo, fue alcanzando dimensiones realmente inusitadas.
Inexplicable estrategia. Por aquel entonces algunos integrantes del entorno del intendente se jactaban de lo que ocurría diciendo que el problema con los municipales “era un conflicto provocado” y que formaba parte de una tan extraña como inexplicable estrategia.
Lo que vino después es de público conocimiento; paros larguísimos, la toma de la Municipalidad, hechos de violencia y la renuncia de Carlucci que motivó, cuando ya había un nuevo pedido de intervención, un llamado a elecciones por parte del gobernador Carlos Reutemann que depositó a Varela en la Intendencia y tuvo la particularidad de que el justicialismo local no quiso participar, en disidencia con la decisión del gobernador de no intervenir el municipio.
fuente: La Capital