Lidera el partido que llevó hasta el Congreso a Pamela Jiles, Florcita Motuda y Tomás Hirsch. Tres de los diputados más reconocidos del Frente Amplio. Al mismo tiempo, son la orgánica más antigua del bloque, con 35 años de historia.
Catalina Valenzuela (41) asumió el cargo a fines de 2018 y milita hace 22 años en el Partido Humanista. Su activismo se centra principalmente en el feminismo y temas medio ambientales.
Tras el estallido social, la dirigenta ha debido conducir al partido en complejas decisiones, tales como no asistir a La Moneda a dialogar con el presidente Sebastián Piñera o no firmar el acuerdo por una nueva Constitución. Aquí Valenzuela analiza la gestión política de la crisis y el rol de la oposición en el actual conflicto social.
—¿Qué le parece la diferencia con que el gobierno reaccionó a los informes de Amnistía Internacional y Human Rights Watch?
“Para nosotros es bastante claro y evidente que estamos en una situación de innegable vulneración a los Derechos Humamos. Por lo tanto, que las escalas de medición sean unas u otras, no debiese parecernos tan importante frente al deber ético de solucionar este tema. Ahora ¿por qué se acepta uno y se rechaza otro? Es evidente que tiene mucho que ver con un intento de no aparecer tan groseramente negando todo. Mínimo tienen que reconocer algún informe, pero no lo van a hacer con aquellos que los señalaron de forma más potente. Es todo un juego de equilibrios. Es un acto errático del gobierno. Son planificaciones estratégicas de imagen. Este gobierno se mueve mucho en base al marketing”.
—Ciertos partidos están impulsando una Comisión de Verdad, Justicia y Reparación, pero hay algunos sectores del activismo en Derechos Humanos que consideran que es muy pronto para esto. ¿Cuál es su postura como partido?
“Entendemos que todo lo que tiene que ver con justicia y reparación es una necesidad básica y que Chile históricamente ha estado al debe. Es una de las muestras empíricas de nuestro subdesarrollo, al compararnos con países como Alemania, por ejemplo. Pero eso no niega que los procesos tienen sus tiempos y evidentemente, aunque levantes una propuesta de comisión, no va hacer que la problemática se resuelva en el minuto porque efectivamente seguirá habiendo vulneraciones. Por lo tanto, no puedes sacar el foco de esas acciones. Cuando tenemos declaraciones como la del señor (general director de Carabineros) Mario Rozas diciendo de manera desparpajada que no va a remover a ningún uniformado por violaciones a los Derechos Humanos, es evidente que no se puede abandonar esa tarea”.
—El PH es uno de los partidos de Frente Amplio que no firmó el acuerdo por una nueva Constitución, por lo que han podido ver desde afuera el panorama que se abrió. ¿Cómo ven este proceso de diálogo y negociaciones que han comenzado?
“Yo lo pondría al revés, lo explicaría de una manera muy simple: el FA lo componen ocho orgánicas y de esas, sólo tres firmaron. O sea, según las matemáticas simples, la mayoría del bloque no firmó. Por lo tanto, el FA no firmó ningún acuerdo; tres partidos lo hicieron. Eso cambia harto el enfoque, más allá de que entre esos partidos esté RD, que tiene muy buena marca. Pero hay que diferenciar las buenas marcas de un proyecto político mayor.
“Dentro del FA nosotros somos como los hermanos mayores. Somos el partido más viejo de este conglomerado nuevo. Tenemos 35 años ya cumplidos y tenemos muchos fracasos al hombro, que podría ser visto como algo malo, pero para nosotros es una sensación de libertad. No nos obligamos a tener éxito inmediato. Lo que no significa que seamos testimoniales, como alguien dijo por ahí. No vamos a transar cualquier cosa para lograr el éxito socialmente valorado. Creemos que estamos bien posicionados, con sólo tres diputados, que son conocidos de Arica a Punta Arenas”.
Según la líder humanista, sus críticas al acuerdo “son de fondo y de forma, porque ahí no participó el movimiento social y eso invalida ese espacio, porque lo convierte en una cúpula más”.
—De avanzar bien el acuerdo por la nueva Constitución, ¿ustedes se harán parte del proceso?
“Creo que hay dos dimensiones: por un lado, tenemos un acuerdo espurio por las condiciones en que se da; y por otra parte, un proceso cívico y social que nosotros como partido hemos estado impulsando hace años. En el 1999, el PH tiró la Constitución a la basura. La Asamblea Constituyente para nosotros es una cosa básica y no la vamos a soltar porque alguien firmó un acuerdo. Todo lo que tenga que ver con fortalecer esa línea, lo vamos a hacer. Y si eso en algún momento se encuentra con la propuesta que salió del famoso acuerdo, no nos vamos a restar. Pero nuestro interés está centrado en resolver las necesidades básicas de la gente. Hoy se habla del acuerdo y lo que podría pasar en abril, y es como si la gente de aquí a esa fecha pudiera vivir del aire. Por eso las manifestaciones no han parado, más allá de que los medios masivos no las muestren”.
—Junto al Partido Comunista, PRO (País Progresista), Frente Regionalista Verde Social y el Partido Igualdad, presentaron un documento de propuestas titulado “Acuerdo Soberano”. Este tiene varios puntos similares a las agendas que han presentado RD u otros actores de la oposición. ¿No es contraproducente presentar de forma separada propuestas que apuntan a lo mismo?
“Creo que ahí se produjeron problemas de tiempos y espacios. La declaración del “Acuerdo Soberano” es una invitación abierta a distintas orgánicas políticas y sociales. Esto tenía el fin de demostrar que hay un grueso social que si bien no participó de ciertos acuerdos, sí está participando de lo social y tiene interés en aportar con trabajo en levantar ciertas luchas. Esta fórmula está abierta a nuevos actores, como podría ser la alcaldía ciudadana de Jorge Sharp. La idea es ir sumando propuestas. No es un pacto cerrado. No queremos que se vea como un nuevo bloque político, porque no es el momento de los partidos. Eso ya quedó en evidencia. Entendemos que nuestra posición es al lado del movimiento social y no adelante”.
—El Frente Amplio durante las últimas semanas se ha visto bastante golpeado por sus disputas internas y por la salida de algunas colectividades del bloque. ¿Cómo están trabajando estas diferencias?
—”En este minuto, en general, está todo removido a nivel país. Y en este contexto, todas las orgánicas nos estamos tomando nuestros tiempos. Algunas congelaron, algunas ya definieron su salida. Como Partido Humanista estamos en un periodo de reflexión, porque debemos definir cómo vamos a enfrentar lo que viene. Si todas las orgánicas, por si mismas, deciden mantenerse en el espacio, tendremos una situación y si la mitad decide irse, tendremos otra situación. Y eso va más allá de las conversaciones cupulares entre direcciones de partidos”.