Hace un año el movimiento gremial empresario nucleado en CAME, cuyo exponente regional es la Asociación Empresaria de Rosario, promovía el cacerolazo estridente en todo el país para expresar el malhumor social, la angustia económica y el desecuentro político en el que se encontraba la sociedad argentina. En Rosario, más precisamente en San Luis y Corrientes, a las 13 horas del 19 de diciembre se gesta y organiza lo que en horas de la noche se expande a lo largo y ancho de toda la ciudad y del país: la cacerola se había transformado en la herramienta de la bronca en todo el país.
Una vez más la dirigencia empresaria, había acertado en que era la hora de producir hechos políticos que derribarán el flagelo de la miseria, el hambre, la desocupación, la recesión, el retroceso industrial, la parálisis comercial, el vacío del poder, el enquistamiento de la patria financiera usuraria, el imperio del mundo de los servicios por sobre el la patria productiva.
Luego vinieron (y aún se hacen) los análisis; las causas, sus efectos deseados y no deseados, los intereses que supuestamente motorizaron toda esa gesta y todos los demás etcéteras.
Se profundizó en el análisis de la » cacerola» y los caceroleros; los piquetes y los »piqueteros»; las asambleas barriales y los asambleístas; con sus actos, con sus requerimientos, sus broncas contenidas ; se las etiquetó: algunas como expresión de la clase media que reacciona porque le » tocan’ el bolsillo «, otras que, empujadas por »ideólogos de izquierda», son promovidas para desordenar la sociedad; en fin toda una melange de aportes para la politiquería , para la sociología o para la psicología, que son válidas para teorizar, pero que a la hora de una opinión objetiva , alejada de cualquier interés político, partidario o ideológico, arroja la siguiente conclusión : la cacerola les sirvió a los ahorristas , a la clase media, a los humildes, a los marginados, a los piqueteros, a los desocupados, las Pymes, en fin al Pueblo porque había un común denominador que era el agresor que lesionaba (y lesiona aún) los derechos de todo el pueblo argentino y ese agresor es el SUBDESARROLLO.
Por ello me resisto a etiquetas: »son zurdos», «son de derecha liberal; como si buscar trabajo y pan fuera patrimonio de un grupo, y propiedad privada y orden económico de otro grupo. No hay izquierdas ni derechas en el mundo moderno; hay desarrollo y subdesarrollo, y estos estados se dan tanto en economías capitalistas como socialistas.
Abandonemos el ataque a los efectos de desocupación, hambre, miseria, exclusión social, etc. y empecemos por resolver los problemas que los generan, es decir el subdesarrollo que por definición es toda economía postrada por falta de capacidad para financiar su propio crecimiento, es decir incapaz de resolver la explotación de sus riquezas dormidas, del desarrollo de sus capacidades potenciales, en fin de generar riqueza (crecimiento) que posibilite un equilibrio distributivo que hace imparable el mejoramiento del nivel de vida de los pueblos.
Eso se llama «desarrollo» que al decir de su Santidad es el nuevo nombre de la paz.
ELIAS SOSO
Presidente
Asociación Empresaria de Rosario