
Brechas: un innovador “campeonato” de asesores sentó las bases para alcanzar los techos de rendimiento
En un certamen de cocineros, todos los participantes cuentan con los mismos ingredientes para elaborar un mismo plato, pero la forma en que dichos insumos se mezclan y son cocinados son los que definen que luego el sabor sea distinto.
Según Hugo Minnucci, líder de portafolio de semillas para Corteva Cono Sur, ese fue el concepto que siguieron en la compañía para realizar una suerte de “campeonato” de asesores y grupos de productores a nivel nacional.
El fin: que compitieran por cuál lograba reducir de mejor manera las denominadas “brechas de rendimiento”; es decir, la diferencia entre los rindes que se están logrando en la actualidad con planteos “promedio” y los que pueden alcanzarse con mejores técnicas agronómicas.
Los resultados de esta iniciativa, realizada en el marco del Programa Brechas de la firma multinacional que engloba dentro de su paraguas a las marcas Pioneer y Brevant, fueron presentados durante una jornada realizada en el hotel Sofitel de Cardales.
LAS BRECHAS DE RENDIMIENTO EN SOJA Y MAÍZ
Al momento de explicar el objetivo de esta movida, Minnucci repasó que diversos estudios muestran que en Argentina solo se logra alcanzar el 54% del potencial productivo, mientras que en soja es el 70%.
Si se tiene en cuenta que la cosecha de ambos cultivos ronda los 50 millones de toneladas anuales, son 23 millones de toneladas menos de maíz y 15 millones de toneladas menos de soja, en relación al máximo potencial, que representan -a valores de mercado de los granos- unos 9.000 millones de dólares.
Aunque se trata meramente de cálculos teóricos, para Minnucci representan la muestra de la importancia de trabajar en achicar las brechas, pero con un aspecto también esencial: que sea económicamente viable; es decir, que la inversión en tercnología que se necesita aplicar para elevar los rindes no sea más cara que el beneficio que se pretende lograr.
En este marco, Minnucci repasó que Corteva es una gigante que tiene todas las tecnologías disponibles para trabajar: genética para todos los ambientes, amplio portafolio de protección de cultivos y fertilizantes, a través de la reciente compra de Stoller.
“Tenemos todo, pero lo que nos faltaba eran asesores: entonces buscamos los mejores 80 del país, distribuidos en ocho zonas agroecológicas, e hicimos una competencia, porque la manera de lograr una solución siempre es colectiva. Tenemos la obligación y responsabilidad de ser mejores, y Brechas apostó a ese colectivo, a juntar un grupo que no se conoce, pero tiene un bien común”, resumió el ejecutivo.
EL “CAMPEONATO” DE LAS BRECHAS
En este marco, para que este “campeonato” fuera lo más imparcial posible, se eligió a un tercero como “árbitro” para definir las metodologías de trabajo y analizar los resultados.
Se trata de José Andrade, docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) e investigador del Conicet.
Así, los diferentes grupos de asesores y productores, de las diferentes regiones agrícolas, que participaron de este trabajo, realizaron sus estudios en base a tres planteos:
- Una parcela “testigo”, con un tratamiento “promedio” de la zona en cuestión
- Una parcela “potencial”, en el que se les indicó todas las condiciones de densidad de siembra, dosis de nutrientes y aplicaciones de fitosanitarios necesarias para alcanzar el máximo rinde, sin fijarse en el presupuesto y la inversión.
- Una parcela de “reducción de brechas”, que es en la que tenían que actuar los asesores, estableciendo las estrategias para acercarse lo máximo posible al potencial, pero obteniendo también la mejor ganancia por hectárea.
Según detalló Andrade, a nivel general, los grupos de asesores levantaron los rendimientos en un 16% con relación al testigo en el caso del maíz, con rindes que promediaron 12,3 toneladas por hectárea, cuando los lotes testigo dieron 10,5 toneladas.
En soja, en tanto, se pasó de 4,1 toneladas a 4,4; es decir, un salto del 6%.
En tanto, en comparación con la parcela potencial, los modelos de reducción de brechas rindes de entre 94 y 100% del rendimiento máximo, con mejoras de márgenes brutos de maíz de 95 dólares por hectárea, y en soja 59 dólares.
El grupo ganador de la competencia fue el de Río Cuarto (Córdoba).
LAS CLAVES PARA CERRAR LAS BRECHAS
A lo largo de la jornada en Cardales, los diferentes grupos de asesores fueron exponiendo sus experiencias y determinando los factores clave que ayudaron a hacer crecer los rendimientos a través del manejo agronómico.
Andrade fue, en este contexto, quien ofreció una suerte de resumen de todos esos planteos.
Según el experto de la FAUBA, hoy en día el rinde promedio argentino del maíz se ubica en 7,5 toneladas por hectárea, cuando el valor “alcanzable” es de 11,5 toneladas, y el máximo potencial si ocurrieran todos los factores favorables posibles (incluidos los inmanejables como el clima) llega a 14,4 toneladas.
En soja, la media actual es de 3 toneladas, lo alcanzable es 3,7 y el potencial máximo 4,7; y en trigo, los valores son 3,3, 5,2 y 6,4, respectivamente.
De allí que Andrade hizo un cálculo realmente esclarecedor de por qué reducir las brechas sería un gran paso para la producción agrícola nacional: elevando los rindes hasta los “alcanzables”, se podría elevar la cosecha de maíz de los 55 millones de toneladas actuales a 80 millones; la de soja, de 50 a 60 millones de toneladas; y la de trigo de 20 a 30 millones.
“Reducir las brechas y llevar los rendimientos hasta el valor alcanzable significaría aumentar la producción nacional de 125 a 170 millones de toneladas”, resumió.
Sobre el principal factor que impide que el agro argentino explore sus máximos potenciales, hizo foco fundamentalmente en la fertilización insuficiente.
“Todos los años los suelos pierden 35 kilos de nitrógeno y 9 kilos de fósforo por hectárea en maíz, y 11 kilos de fósforo en soja. Lo que estamos fertilizando no alcanza ni siquiera para cubrir los rendimientos actuales; el sistema subsiste gracias a los nutrientes que minamos del suelo. Esto significa que, para alcanzar estos mayores rendimientos que buscamos, habría que más que duplicar las dosis de fertilizantes”, cerró.
Con información de INFOCAMPO
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