Nos hicieron toda esas cosas juntas… o alguna de ellas….
NUEVAREGION.COM · Opinión · Editorial de nuestro director
Seguramente hemos «pasado calor» muchas veces, sobre todo cuando éramos jóvenes e inocentes. PERO APRENDIMOS porque supimos darnos cuenta, aceptar la situación y el error, asumirlo con verdad interna y esa actitud nos hizo bien.
Pudimos seguir adelante menos «engañables». Pero hay personas que no quieren ver, ni aceptar errores, y terminan actuando en contra de sus propios intereses y de su gente querida. Eso tiene consecuencias. Atraen para sí mismos y a su alrededor todo tipo de males y sufrimiento. En el diccionario eso se describe en la definición del «comportamiento estúpido» (actuar de modo necio, torpe, sin inteligencia).
Quizá el principal apoyo de este defecto es la resistencia a aceptar el error. Otro es la negación a escuchar la voz interior que te dice «Ya Basta»… «Acepta que te engañaron, que te usaron» Termina de una vez con la falsa esperanza de que sea cierto algo de lo que te inocularon. Acepta la verdad y aprende cómo fue que te engañaron para que no se repita… luego sigue adelante fortalecido» … «Y ayuda a otros a darse cuenta».
Los expertos en manipulación de masas saben que, aún cuando la mentira sea evidente, una parte de la población se negará a aceptar la realidad. Eso la mantendrá «atontada» y disimulando su contradicción interna tras una máscara de «falso orgullo» u otras excusas.
Pero ese desgaste «da hambre». Entonces se alimentan con novelas mediáticas bien condimentadas, Y como están oscurecidos no se dan cuenta que les hablan en potencial, que nunca aparecen las pruebas, y que los manipuladores llegan a actuar contra la Ley y la Constitución. Si acaso cayeron en el odio crónico, es tal el oscurecimiento que algunos involucionan a formas mentales ultraviolentas de otras épocas…
Obviamente esos psiquismos tarde o temprano van a estallar y esos cuerpos debilitados quedarán al acecho de las enfermedades. Como si fuera poco, si al individuo se le hace «crónico» ese comportamiento, se convierte en un imán para los accidentes, la enfermedad, «la mala suerte»… y la soledad.
Por lo que he conocido de lugares lejanos, por lo que visto a mis alrededores, y por propia experiencia, sé que es mucho más conveniente aceptar los errores, aprender a no ser engañados y seguir adelante fortalecidos.
por Gabriel Gómez Fiori