Tomás Hirsch, referente internacional del Humanismo se encuentra en El Cairo con jóvenes humanistas que participaron en la revolución que derrocó a Hosni Mubarak. Estuvo en la Plaza Taharir reunido con ellos…
Tomamos contacto con Tomás Hirsch, referente del Humanismo que se encuentra en estos días presente y participando en El Cairo del espíritu que anima las acciones de los jóvenes que terminaron con el gobierno de Hosni Mubarak el 11 de febrero. Ayer estuvo en la Plaza Taharir y reunido largamente con ellos. De esas conversaciones extraemos esta nota.
Pressenza, El Cairo, 2/26/11, por Pía Figueroa
El encuentro entre Tomás Hirsch y los jóvenes egipcios del Movimiento Humanista que participaron activamente del levantamiento popular que terminó con el gobierno de Mubarak, tuvo lugar en El Cairo y fue una reunión "muy potente e inspiradora", según su testimonio.
Alegría desbordante dle puebloi egipcio. Los jóvenes, principales protagonistas de esta revolución
El proceso revolucionario que se ha vivido en Egipto, fue llevado adelante fundamentalmente por los jóvenes. No por los hijos de la dictadura que han vivido paralizados por el temor, sino que por la nueva generación que fue la que se decidió a avanzar y enfrentar a Mubarak.
Hubo algunos hechos significativos que se fueron acumulando. Según los humanistas de allá, "el egipcio es como el camello, tiene mucha paciencia… aguanta, aguanta, aguanta…. pero cuando revienta, revienta y ahí se va con todo…!"
Entre los hechos más detonantes destaca lo ocurrido en Tunez (el jóven que se quemó porque le impidieron trabajar en la calle). Lo otro jóven que hace tres meses fue detenido por la policía en Alejandría y golpeado brutalmente, hasta su muerte. Las mentiras, la corrupción. El regreso de Albaradei (Premio Nobel de la Paz) que incitó a actuar y a movilizarse por lo del jóven muerto en Alejandría.
Luego un grupo de Facebook invitó a movilizarse por mayores libertades, convocando para el 25 de enero. Esa movilización fue reprimida y hubo encarcelados. Por último los trece muertos de la Plaza Taharir terminaron por desatar la indignación de la gente. Fue un fenómeno civil, no-violento, liderado por los jóvenes.
"Es muy emocionante verlos en las calles decididos y esperanzados", comenta Tomás Hirsch. "Me decían: nosotros somos Egipto, nuestro país no son las pirámides, como cree la gente, nosotros somos nuestra historia…"
Luego de tres horas de conversación, reunidos en un atestado café muy muy cerca de la plaza central de El Cairo, se plegaron a los manifestantes que ayer seguían movilizados, ahora para que se vaya el jefe de las Fuerzas Armadas designado en su momento por Mubarak. La protesta, sabemos, terminó con algunos enfrentamientos y con la indiganción del pueblo por el trato recibido. Los soldados egipcios usaron la fuerza para disolver la protesta en demanda de cambios políticos. Ha sido la más dura en contra de los activistas.
En cuanto a los humanistas, volverán a reunirse con Tomás Hirsch este sábado y también en algunos días más, apuntando a una reunión ampliada.
Entre estos jóvenes egipcios hay mucha necesidad de estudiar, de comprender en profundidad qué es necesario hacer en este momento tan especial en el que el registro de una enorme inspiración se hace evidente, pero también la necesidad de que el proceso cobre la mejor dirección.
Están estudiando el Documento Humanista y trazándose líneas de acción estratégicas para su país.
"El tema central que les preocupa en este momento", nos dice Tomás Hirsch, "es qué hacer, cómo lograr que no se disperse la fuerza colectiva y que cada pequeño grupo busque sus propias reivindicaciones por separado".
"Es un momento de esos que se presentan pocas veces en la vida de una persona e incluso de todo un publo. Un momento difícil pero con un importante registro de futuro abierto y de que no hay vuelta atrás, porque algo muy profundo ya cambió para todos", señala Hirsch.