La voz no tiene cuerpo. Sólo tiene sueños y fantasías que se van a otro lugar del mundo, hacia un mar adentro.
Calificación: * * * * Interesante. Ramón (Javier Barden) hace 28 años que yace en la cama. Quisiera ser sólo pensamiento pero carga con la angustiosa cruz de ser cuadripléjico, luego de romperse la médula en un tonto accidente. Un accidente por pura distracción. Un accidente contra aquello que le había dado la posibilidad de conocer el mundo (“para viajar sin dinero, marinero”), y que ahora lo condena a la inutilidad.
Ramón no quiere pensar en su pasado. No le gusta. Prefiere dirigir toda su atención al futuro: la muerte. Para él esta perspectiva no es tan original ya que, lejano o próximo, es el fin común a todos.
Pero él no es igual a todos. Él es un cúmulo de emociones atado a una roca: su apagada corporalidad. Un incapaz hasta de poder quitare su propia vida. Una cosa inerte que no hace más que agudizar su cínica inteligencia para sentirse más miserable.
El transcurso de los días no tienen mucho sentido de ser hasta que una abogada (Belén Rueda), sufriente también de una enfermedad regenerativa, llega para inmiscuirse en su corazón y así poder llegar al corazón del juez. Lograr la despenalización de la eutanasia no es un camino fácil de recorrer. ¿Quiénes pueden favorecer semejante petición?
“Ramón, ¿por qué morir?”
“Porque la vida así no es digna”.
¿Quién lleva una vida absolutamente digna?
¿Quién puede dar un concepto certero acerca de lo que es digno?
Que ‘cada cual atienda su juego’ porque el otro no comprende, simplemente porque no lo vive.
Y el que vive puede elegir (¿o el que elige es el que vive?).
La familia eligió hacerse cargo de él. Un padre anciano que no toleraría que un hijo suyo se suicide. Un hermano que, como hermano mayor se siente el jefe, reprueba la eutanasia por no querer tener esa palabra en su historia familiar. Una cuñada que, como mujer bien educada y maternal, se desvive por atenderlo y comprenderlo tal como si fuera su hijo. Un sobrino que le trae un poco de inmadurez a su putrefacto mundo.
También elige Rosa (Lola Dueñas). “Una mujer frustrada” que encuentra en Ramón al hombre soñado. Sí, sí. Es el único hombre que no la golpeará jamás (porque está incapacitado de moverse). Es el hombre que va a estar siempre para escucharla llorar y quejarse (porque no puede salir corriendo). Es el hombre que necesita de su ayuda para vivir… o para morir.
Todos eligen qué hacer, menos él. Bueno, él sí eligió –y desde hace mucho tiempo- pero nadie es lo suficientemente ¿amororo? ¿valiente? como para usar sus miembros (los que él no tiene) para llevar a cabo su deseo.¿Quién lo ama más: el que lo ayuda a quitarse la vida o el que lo retiene? Según él “aquel que verdaderamente me ame me ayudará”.
Mientras espera esa persona aprende a viajar con su imaginación y a llorar riéndose. Una extraordinaria sutileza del director, ALEJANDRO AMÉNABAR (“Los otros”, “Abre los ojos”), quien transforma lo espeluznante en algo tragicómico. Humor negro que es bien tolerado porque es Ramón el que nos hace reír de su propia discapacidad.
AMENÁBAR también nos regala una excelente utilización del montaje. Pasado y presente, presente y múltiples presentes se van acompañando sin violencias para compaginar los paralelismos de sus historias. Ejemplo bello es la escena en donde él recuerda esos últimos segundos a punto de morir, esos en donde vienen a la mente los momentos más bellos de nuestra existencia, mientras que en la habitación de al lado la abogada observa las fotos de aquel joven de 20 años o de aquel niño que amaba jugar en la playa y que ahora sólo desea morir porque “una vida que elimina la libertad no es vida”.
No es raro que, por todo esto y por las conclusiones que cada espectador haga, MAR ADENTRO haya sido ganadora de 14 Premios Goya, entre los cuales figuran: Mejor Película, Mejor Actor, Mejor Director, Mejor Guión. Y que ahora esté Nominada para el Oscar como Mejor Película Extranjera.
La historia está basada en hechos reales. La trama psicológica de los personajes está basada en una realidad no muy diferente a la de cada uno de nosotros, porque nos cuestiona nuestra forma de amar (¿somos extremadamente egoístas, posesivos?); nuestra forma de luchar; de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos.
Y, sobretodo, porque nos cuestiona nuestro modo de elegir vivir.
Mar adentro Título original: Mar adentro Género: Drama Dirección: Alejandro Amenábar Guión: Alejandro Amenábar, Mateo Gil Interpretes: Javier Bardem, Belén Rueda, Lola Dueñas, Mabel Rivera, Celso Bugallo, Clara Segura, Joan Dalmau, Alberto Jiménez Fotografía: Javier Aguirresarobe Música: Alejandro Amenábar, Carlos Nuñez Montaje: Iván Aledo Origen:España (2004) Duración: 125 minutos Calificación: Apta para mayores de 16 años Web: http://www.mar-adentro.com Horarios: Cine El Cairo 15:20 17:45 20:10 22:35 Trasnoche: Sábado 01:00 |