La neutralidad de la red junto al principio de que nadie es dueño de Internet han sido los pilares de su fuerte desarrollo. Pero esta democracia digital es peligrosa para los intereses políticos o económicos, acostumbrados a controlarlo todo…
La neutralidad de la red junto al principio de distribución (nadie es dueño de Internet) han sido los pilares del fuerte desarrollo y el impacto profundo que Internet ha tenido en nuestras vidas. Pero toda esta verdadera democratización digital de Internet ha comenzado a ponerse demasiado peligrosa para los intereses políticos o económicos, acostumbrados a controlarlo todo.
La Neutralidad de la Red
Pressenza · Santiago · 31/01/2011 · Politica · por Efren Osorio
Cuando nos conectamos a Internet, los datos de las páginas web que visitamos o el mail que enviamos, circulan como paquetes de bits (datos) a través de distintos puntos de intercambio o nodos hasta llegar a destino. Estos nodos se encargan de direccionar los bits de modo que puedan viajar de la mejor forma a su destino, y lo hacen sin importar que tales bits provengan de un ciudadano cualquiera o de un gobernante; de una humilde escuela rural o una gran empresa transnacional.
Esto es así pues desde sus inicios, Internet se creó como una red que no discrimina ni privilegia la información que circula a través de la red y esto es lo que se conoce como "la Neutralidad de la Red".
En términos prácticos la neutralidad de red significa que cuando usted contrata una conexión a internet con algún proveedor (en Chile: Telefónica Movistar, Entel, etc.) pacta un precio por una determinada velocidad de conexión. En virtud de ese contrato, el proveedor está obligado a que la velocidad sea la misma para todos los sitios por los cuales usted navegue, sin importar el buscador que utilice, el correo que le guste, la red social con la cual se conecte, la tienda donde realiza sus compras electrónicas, el banco donde hace sus transferencias, el periódico que le guste leer o el programa de telefonía que utilice para comunicarse (aunque sea competencia del proveedor como sucede con Skipe y Telefónica).
La neutralidad de la red junto al principio de red distribuida (nadie es dueño de Internet) han sido los pilares del fuerte desarrollo y el impacto profundo que Internet ha tenido en nuestras vidas.
Y es lo que ha permitido que jóvenes con muy buenas ideas y muy pocos recursos lograran crear gigantescas empresas (Google, FaceBook, etc.); que millones de usuarios sin ningún fin de lucro pudieran crear la mega enciclopedia colectiva WikiPedia, o que Juliàn Assange pusiera en jaque al gobierno norteamericano desclasificando numerosos documentos secretos en su sitio Wikileaks.
También ha permitido el surgimiento de un nuevo tipo de militancia y activismo social. Desde la llamada Batalla de Seattle en 1999 y la caída del Presidente Estrada en Filipinas el 2001; el 13M de España del 2004 que cambió el resultado de las elecciones presidenciales pasando por la revolución pinguina de Chile del año 2006, y ahora -en estos momentos- el alzamiento civil en contra de Mubarak en Egipto. En todos estos casos, Internet ha sido utilizado hábilmente para romper y burlar la censura oficial, y como un medio barato y efectivo para convocar a miles de personas a protestar (ver el Poder de las Redes de David Ugarte).
El control social y el control de Internet
Pero toda esta verdadera democratización digital de Internet ha comenzado a ponerse demasiado peligrosa para los intereses políticos o económicos, acostumbrados a controlarlo todo.
Hasta ahora el control social de la los Gobiernos y los grandes intereses económicos se hacía a través de la TV. Cuando usted enciende su TV está obligado a ver lo que los canales trasmiten. Las noticias son prácticamente las mismas en todos los canales y muchas veces todos los canales de TV se alinean con poderosos intereses políticos y económicos para ignorar un determinado tema (la huelga de hambre de los presos políticos mapuche) o entregar una información sesgada (el engaño del presidente Piñera de que el gas se estaba agotando en el reciente conflicto de Magallanes).
La TV construye “realidades” serviciales a los gobiernos muchas veces alineados con los grandes intereses económicos. Internet, en cambio -al no tener dueño y ser una red neutral- permite acceder a cualquier información, incluso aquella que incomoda al poder.
Si la TV fue el opio del pueblo de finales del Siglo pasado y comienzos de éste, Internet comenzaba a transformarse en aquella píldora roja de la Película Matrix, que Morpheo le entrega a Neo para que despierte de su falsa ilusión y pueda ver la “verdadera realidad”.
Pero quiénes están acostumbrados a controlarlo todo, ahora intentan controlar la descontrolada Internet. Es así como desde hace algunos años, intereses económicos y políticos han comenzado a cuestionar el principio de Neutralidad de la Red.-
Son las grandes empresas telefónicas quiénes han comenzado a presionar para poder discriminar la información que circula por Internet, con el argumento de que ellos son dueños de las redes por las cuales otros se benefician (Ver Telefónica España).
En la pasada campaña presidencial de Estados Unidos, Obama se comprometió a garantizar la neutralidad de internet, y es así como en Diciembre pasado la FCC, la agencia regulatoria de las comunicaciones, aprobó en fallo dividido (tres votos contra dos), una tímida ley confirmando la neutralidad.
En respuesta a esto, la poderosa empresa de comunicaciones Verizon presentó una impugnación en contra de tal resolución y simultáneamente senadores republicanos (tienen mayoría) han anunciado públicamente que se opondrán a la idea de legislar a favor de la neutralidad prometida por Obama.-
En España el debate ha sido intenso a raíz del intento del gobierno de aprobar la llamada Ley Sinde, ley que pone en riesgo la neutralidad de la red. Incluso durante el mes de diciembre pasado, se produjo una verdadera revuelta digital protagonizada por miles de internautas españoles como protesta a la aprobación de ley Sinde. La revuelta digital consistió en el envío de miles de correos a las casillas electrónicas de diputados y en la saturación de visitas a las web de partidos políticos y del Congreso generando la caída de tales sitios web.-
Una ley hecha a la “Chilean Way”
Durante el mes de julio del año pasado, y luego de años de activismo de los internautas chilenos agrupados en el sitio www.neutralidadsi.org , Chile pasaba a la historia al ser el primer país del planeta en garantizar por ley la neutralidad de la red. Tal situación provocó innumerables titulares favorables en medios especializados de todo el mundo.
Pero la mundialmente aplaudida ley requería de un reglamento para su implementación. Hace unos pocos días, el sitio neutralidadsi logró acceder y filtrar el reglamento dictado por la Subtel (en revisión por Contraloría para su posterior promulgación), denunciando que dicho reglamento autoriza a los proveedores de internet para realizar prácticas contrarias a la neutralidad de la red, siempre y cuando sea publicitado, vulnerando con esto el espíritu de la ley que tanto había alegrado a los internautas chilenos y de todo el mundo .
Qué pasaría si se acaba con la Neutralidad
En términos concretos la idea de las telefónicas es transformar Internet en un modelo de negocios similar a la TV por cable. Es decir vender un pack de acceso limitado a Internet. Por ejemplo, venderle una conexión a Internet que sólo le permita usar un determinado buscador, una determinada cuenta de correo, un periódico específico o una determinada red social y un determinado programa de telefonía, y si usted desea navegar por otros sitios deberá pagar un adicional o su acceso será más lento.
Es decir, ya no podrá acceder al periódico digital alternativo que tanto le gusta leer (www.ElMostrador.cl o Pressenza.com) pues el pack vendría amarrado con algún periódico oficial. Tampoco podrá acceder desde su casa al sitio de su empresa, salvo que -por supuesto- ésta sea una gran corporación. Y tampoco podremos comunicarnos gratuitamente vía Skype con nuestros familiares al otro lado del planeta, pues las telefónicas nos obligarán a usar su propio programa de telefonía.
Y evidentemente ya no presenciaremos nuevos fenómenos tipo WikiPedia, WikiLeaks, Twitter, Google, FaceBook o YouTube, en que una buena idea casi sin recursos logra un impacto planetario (curiosamente y olvidándose de sus orígenes, algunos estos sitios están bajo sospecha de querer acabar con la neutralidad).
Por tanto, la información libre y abierta, horizontal y democrática que nos ofrece Internet se acabaría, volviendo las grandes corporaciones de comunicación -en contubernio con los poderes políticos- a controlar la información a la que la población puede acceder.
Por eso la consigna de los cibernautas, “todos los bits son iguales”, debe dejar de ser sólo de los especialistas transformándose en un lema ciudadano, pues si los bits no son todos iguales, significa entonces que no todos los seres humanos podrán ser iguales, pues seguirán habiendo unos pocos que controlarán a la mayoría.
* Efrén Osorio es un reconocido y leído columnnista, miembro del Partido Humanista chileno.